Basado en la época de la dinastía Joseon (Era Chosŏn o Chosun)
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Sentada sobre el verde césped de la los hermosos prados de la aldea levantaste tu rostro hacia el sol el cual doró tu piel con su hermosa calidez.
Sonreíste respirando profundamente y entonces escuchaste la voz de un chico que te sacó de tus más relajantes pensamientos.
T/n: Joven amo~ --exclamaste sin perder la sonrisa--
El chico se sentó junto a ti admirando tu rostro y con su mano izquierda acomodó unos cuantos mechones de cabello que caían por los lados de tu frente.
Tu respiración se aceleró un poco al notar lo cerca que estaban.
Ni-ki: No tienes que llamarme por ese apodo tan ridículo --dijo entre risas-- ya te lo había dicho antes, Ni-ki es mejor.
Sonreíste apenada
T/n: Es que.. como eres el legítimo heredero del trono, tengo que dirigirme a usted de forma respetuosa.
Ni-ki: Ey, deja las formalidades.
Recostó su espalda sobre el suave césped cerrando sus ojos y luego palmeó a su lado para que te unieras a él.
Aún mantenía sus parpados cerrados, su rostro perfilado era hermoso ante los ojos de cualquiera, a veces te preguntabas por qué pasaba tanto tiempo junto a ti, si no eras una más de las chicas de la aldea.
Sus ojos se abrieron de golpe encontrándose con tu mirada.
Ni-ki: T/n..
Sus miradas se conectaron como si contemplaran lo mas hermoso de este universo.
Ni-ki: Pronto seré mayor y..
T/n: Y tendrás que casarte, lo se
Una leve muestra de incomodidad en tu sonrisa forzada antes de sentarte nuevamente.
T/n: ¿Ya eligieron tus padres a la afortunada chica?
Ni-ki: No, ellos... prometieron dejarme elegir --dijo en un suspiro incorporándose junto a ti--
El chico recogió en silencio unas cuantas flores que caían del enorme árbol de cerezo sobre ustedes.
Ni-ki: ¿Sabes algo T/n? --te volviste hacia él-- creo que el rosa es tu color
T/n: Oh --sonrie-- ¿Enserio lo crees?
Colocó cada una de las flores en tu larga trenza, decorándola con su hermoso color rosa que quedaba tan bien en ti. Y la última la colocó detrás de tu oreja antes de acariciar tu rostro con suavidad mientras sus ojos admiraban los tuyos como si miles de estrellas vivieran en ellos.
T/n: Ni-ki..
Sus ojos bajaron a tus labios, también rosados, esos que parecían tener un sabor especial, uno que realmente anhelaba probar desde hace tiempo.
De repente solo eran ustedes dos y nadie más, era el momento perfecto que ambos estuvieron esperando, un momento donde la alegría y el amor se reflejaba en el aire alrededor de ustedes con un hermoso aura rosa parecido a la galaxia.
Los milímetros de distancia desaparecieron cuando sus labios se unieron con suavidad, le permitiste probar cada centímetro de tu boca, dejando que las mariposas en su estómago se apoderaran de los nervios que ahora sentían.
Se separaron segundos después juntando sus frentes con los labios satisfechos aunque no lo suficiente porque volvieron a unirlos para sentir esa calidez especial una vez más.
Rieron al separarse y permanecieron hablando por un rato mientras el hermoso atardecer caía sobre ustedes, dándoles una vista mágica del bello reino bajo la despedida del sol.
T/n: ¿Qué piensas hacer? --cuestionaste mientras el tomaba tu mano y las entrelazaba entre si--
Ni-ki: Solo existe una persona con la que deseo pasar el resto de mis días Tn... eres solo tú.
Te volviste hacia él encontrándote con su fija mirada en ti, esperando tu respuesta lo más rápido posible la cual fue una pequeña y tímida risa hacia él.
T/n: Y solo tú eres el chico con el que quiero pasar mis días también joven amo ¡digo! Ni-ki.
El joven príncipe rió permitiendo que descansaras tu cabeza en su hombro, mientras los dos contemplaban el hermoso escenario en el que el sol se despedía y la luna comenzaba a salir, con aquellos característicos colores entre anaranjado, amarillo y violeta, sin perder el deslumbrante color rosa que ahora aparecía en el cielo.
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