El ceño de Jungwon se frunció con una leve molestia cuando los rayos del sol se estamparon sobre su piel sin aviso alguno, fue tu culpa. Abriste las cortinas de golpe con una sonrisa de oreja a oraja mientras sostenías con tu otra mano el lindo pastel que habías preparado en secreto para él, decorado con sus frutillas favoritas.
Te acercaste a él dejando el pastel sobre la mesita de noche y besaste su mejilla varias veces.
Con sus manitas hechas puño talló sus ojitos manteniendo una leve sonrisa por tus besos salpicados en toda su cara.
Jungwon: Es muy temprano~
T/n: Despierta dormilón ~ --diste un último beso en su frente y por fin despertó completamente--
Estiró sus brazos antes de sentarse con una linda sonrisa y aceptar en sus brazos el lindo pastel.
T/n: ¿Te gusta?
Jungwon: ¡Me encanta! -exclamó con los ojos bien abiertos después del primer bocado--
T/n: ¿Qué quieres hacer hoy? Podemos hacer lo que quieras, antes que nada ¡Es tu dia! --sonreíste-- Si quieres podemos ir a tu lugar feliz
Jungwon: --ríe levemente-- Pero ya estoy en él
T/n: ¿Enserio? --arqueaste una ceja--
Jungwon: Sí --te mira-- es cualquier lugar en el que estes tú ~
T/n: Awww --apretaste sus mejillas rojitas y juntaron sus frentes--
Recordaste de nuevo el día en que conociste a este lindo niño hada.
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Era la novena vez que tus padres peleaban en el mes de febrero, y era la novena vez que escaparíad de nuevo.
Escuchaste la voz de tu padre detrás de ti.
¡T/n! ¡¡No te atrevas a irte de nuevo!! Si te vas ¡NI SE TE OCURRA VOLVER!
Con las lágrimas corriendo por tus mejillas apresuraste tu paso, intentando perderte de su vista en el frondoso bosque a las afueras de tu casa.
Mientras corrías te tropezaste con unas cuantas rocas pero te paraste lo más rápido posible y seguiste.
Como si fuera por arte de magia un gran muro de arbustos apareció frente a ti pero no te importaba nada con tal de no ver a ese hombre que ya se escontraba un poco lejos de ti.
