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Tres días habían pasado desde aquel suceso.
No habías vuelto a decir una sola palabra desde entonces y Heeseung lo respetó porque después de todo, entiende por lo que estabas pasando pero no te dejó sola en ningún momento.
Heeseung: Buenas noches T/n -comentó suavemente casi en un susurro mientras cubría con las cálidas mantas tu cuerpo descasado sobre la cama mientras dormías- Te amo.
Besó tu frente antes de girarse para acostarse sobre el saco de dormir que había puesto en el suelo ya que obviamente no querrías dormir con él aunque de todas formas aún se encontraban en la misma habitación porque estaba realmente preocupado por ti.
Alrededor de las 2 de la mañana tus pequeños murmullos lo hicieron despertarse y rápidamente se puso de rodillas para observar como estabas desde el borde de la cama.
Sollozabas suavemente en tu sueño y supo que tenías una pesadilla. Con un puchero jugando en sus labios te movió con suavidad para despertarte y una frase que dijiste hizo que su corazón se estrujara con violencia.
-Mi bebé, n-no...
Quedó estático.
Tus parpados se movieron antes de que tus ojos se abrieran encontrándose con los suyos cristalinos y húmedos.
Heeseung: Amor...
No pudo aguantar más y te abrazó con fuerza, humedeciendo tu cuello con sus lágrimas.
