Mientras T/n y Jungwon caminaban bajo la tenue lluvia, el ambiente se tornó un poco más tenso. La noticia de la tormenta y la advertencia de las patrullas resonaban en sus oídos, pero lo que realmente ocupaba la mente de T/n era que finalmente tenía la oportunidad de pasar más tiempo con Jungwon, aunque no de la manera que había imaginado.
—Vaya, esto es justo lo que necesitaba —dijo T/n con un tono de resignación, cruzándose de brazos mientras miraba al cielo nublado—. ¡La primera tormenta de la semana!
Jungwon soltó una risa suave, un brillo de preocupación cruzando su rostro.
—Lo sé. Siempre que hay tormentas, me preocupa no poder regresar a casa a tiempo. Pero al menos no estoy solo, ¿verdad? —dijo, dándole una mirada significativa.
—Exacto, no estás solo —respondió T/n, sintiéndose un poco más segura en su compañía.
De repente, un fuerte trueno resonó en el cielo, lo que hizo que T/n se sobresaltara. Jungwon se acercó un poco más, casi instintivamente, como si su presencia pudiera ofrecerle protección.
—Si te quedas conmigo, no tienes que preocuparte por nada —dijo Jungwon, tratando de sonar tranquilo.
T/n sintió un escalofrío de emoción y gratitud.
—¿Y qué tal si la tormenta se intensifica? —preguntó, intentando sonar más preocupada de lo que realmente estaba—. ¿Dónde nos vamos a refugiar?
Jungwon miró a su alrededor y luego apuntó hacia su casa, que estaba a solo unos pasos.
—Podemos quedarnos en mi casa. Mis padres no están en casa, así que tendríamos libertad total hasta que pase la tormenta —dijo, una chispa de emoción en sus ojos.
T/n dudó por un momento, su mente recorriendo los posibles escenarios. ¿Realmente iba a pasar tiempo a solas con Jungwon en su casa? El pensamiento la emocionaba y la aterraba a la vez.
—¿Estás seguro? No quiero incomodarte...
—Claro que sí. Además, si no entramos, podría atraparnos la tormenta aquí afuera —respondió él, sonriendo con confianza.
Con un ligero asentimiento, T/n decidió seguirlo. Mientras se acercaban a la puerta, una ráfaga de viento hizo que la lluvia comenzara a caer con más fuerza, obligándolos a apresurarse. Jungwon abrió la puerta rápidamente, y ambos se apresuraron a entrar.
—¡Wow, eso fue más intenso de lo que pensé! —exclamó Jungwon, sacudiéndose el agua del cabello.
T/n no pudo evitar reír, su risa llenando el pequeño vestíbulo. La tensión en el aire se disipó un poco, y ambos comenzaron a quitarse los zapatos.
—Así que, ¿qué hacemos ahora? —preguntó T/n, tratando de actuar casual, aunque su corazón latía con fuerza.
—Podemos ver una película o jugar a algún juego —sugirió Jungwon, guiándola hacia la sala de estar—. No tenemos nada más que hacer hasta que pase la tormenta.
—Me parece una excelente idea —respondió T/n, sintiéndose más relajada.
A medida que se acomodaban en el sofá, el sonido de la lluvia golpeando las ventanas se convirtió en una especie de música de fondo. Mientras la tormenta rugía afuera, dentro de la casa de Jungwon, la atmósfera se llenó de risas y una creciente conexión entre ambos, un momento que ninguno de los dos olvidaría.
Mientras se acomodaban en el sofá, el noticiero comenzó a transmitir en vivo desde el centro de la ciudad. La imagen mostraba calles vacías, patrullas y soldados bloqueando caminos mientras el locutor informaba: