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Siempre te pareció un chico brillante. Sonrisas por aquí, sonrisas por allá.
Era muy amable y risueño con todos, además bastante ocurrente.
Nunca se te pasó por la mente que ocultaba algo que creías era imposible. Nunca pensaste que te ocultaba algo y mucho menos que eso sea el hecho de ser vampiro.
Descubriste su furtivo secreto cuando llegaste a su departamento por sorpresa, todas las luces estaban apagadas.
Caminaste hacia la cocina encontrando un desastre de un sospechoso líquido rojo cayendo por la isla de la cocina y escurriéndose por el piso.
T/n: Rayos.. que desastre --exclamaste-- debió haber estado haciendo un jugo de frutilla pero hizo un desastre, ¿Dónde rayos se metió?
Caminaste lentamente por el oscuro pasillo hacia su habitación encendiendo todas las luces a tu paso hasta llegar a una puerta desconocida y la abriste lentamente.
T/n: ¿Sunoo? ¿Estás aquí?
Una gota de un sospechoso líquido cayó sobre tu mejilla y lo limpiaste con tu mano notando su color rojo.
T/n: ¡¿Pero qué mierda?!
Levantaste la cabeza encontrándote con varios restos de carne de animales colgando del techo y gritaste desgarradoramente.
Sunoo: ¿T/n?
Apareció detrás de ti.
Sunoo: No sabía que vendrías a verme --dijo con dulce voz--
Escuchaste sus pasos mientras se acercaba más a ti y hablaba en tu oído.
Te exaltaste alejándote de él al instante.
T/n: S-Sunoo ¡alejate de mí!
Sunoo: No quise que te enteraras de esta manera --dijo caminado lentamente hacia ti--
Tu respiración se aceleró.
Sunoo: Nena... se que estás asustada pero no tienes que temer de mi.
Quitaste tus manos que cubrían tus ojos para no verlo, encontrándote con el chico al borde de las lágrimas.
