Harry y Dudley volvieron al número 4 de Privet Drive con Dudley un poco desmejorado. El otro chico había estado callado todo el tiempo que estuvieron en el parque y Harry lo había dejado con sus pensamientos, simplemente haciéndole saber a Dudley que estaba allí si lo necesitaba. Dudley se había ido directamente a su habitación, dejando a Harry volver al salón, que estaba benditamente vacío excepto por Lucius.
-Bueno, ¿sabremos que ha sucedido?-. le preguntó Harry al aristócrata sangre pura.
-Creo que recibirán una visita de la policía esta misma noche, cuando se encuentre el coche. No sé qué hará Dumbledore cuando se entere de la noticia, pero por suerte tengo gente en el Departamento de Uso Indebido de la Magia que ya ha creado un expediente falso para ti. El verdadero ha sido ocultado y he puesto una nota en tu cuenta diciendo que enviaré a un elfo doméstico para que vigile todo, ya que el Señor Tenebroso me ha informado de que has mantenido a mi antiguo sirviente a tu servicio. Eso debería cubrir cualquier alteración en el rastro de su varita si desea que venga a ayudar en la casa-.
-Gracias, señor Malfoy-, sonrió Harry, -eso será de gran ayuda, sobre todo para que Dudley sepa que la magia no es del todo mala-.
-Es un placer, señor Potter, y por favor, llámeme Lucius, tengo la sensación de que trabajaremos juntos mucho más en el futuro y, sorprendentemente, no puedo decir que me moleste la idea. Trabajar contigo parece ser mucho más productivo que trabajar contra ti-.
-Empiezo a sentir lo mismo-, se rió Harry. -Y, por favor, llámame Harry-.
-Harry será entonces-, asintió Lucius. -Por cierto, si las fuerzas del orden muggles preguntan, entonces tus tíos han salido a comer, pero no sabes dónde-. El aristócrata rubio se despidió del adolescente y dejó a Harry en la cama.
A la mañana siguiente lo despertó una llamada de Dudley.
-¿Harry? ¿Todavía estás aquí?-.
-Sí-, murmuró Harry somnoliento. -¿Hay algún problema?-.
-¿Dónde estás?-.
-En mi habitación, ¿dónde iba a estar si no?-.
Harry oyó unos pasos pesados subiendo las escaleras antes de que la cara de Dudley asomara con curiosidad por su puerta.
-¿Qué haces aquí?-.
-Bueno, estaba durmiendo hasta que me has despertado-, bromeó Harry.
Dudley frunció el ceño. -No, me refería a qué haces todavía durmiendo en esta habitación. No puede ser cómodo-.
-No lo es especialmente-, admitió Harry, -pero es lo mejor que tengo aquí-.
Dudley sacudió la cabeza y suspiró. -Sí, lo siento por eso, y por armar jaleo cuando incluso conseguiste esta habitación, fue una mierda por mi parte. Para empezar, nunca deberías haber tenido que dormir debajo de las escaleras, mamá y papá no deberían haberte hecho eso-.
Harry se encogió de hombros. -Ya está hecho, forma parte del pasado, y al menos ahora tengo una cama en la que puedo estirarme-.
-¡No, Harry!- insistió Dudley, entrando bien en la habitación. -Anoche estuve pensando mucho. Al principio estaba enfadado, todo me parecía tan injusto, y mi parte egoísta de antes quería echarte la culpa de todo, pero sabía que eso no estaba bien, sobre todo después de cómo te habíamos tratado. Cuando estaba en Smeltings una vez tuve que pasar una noche durmiendo en el suelo. El vizconde Morton y sus amigos me habían estado llamando cerdo y pensaron que sería divertido llenarme la cama de barro-.
-Eso es horrible-, jadeó Harry. -¿Le has denunciado?-.
-Sí-, suspiró Dudley, -pero Morton dijo que era culpa mía porque había estado jugando fuera y no me había cambiado de ropa. El Jefe de Casa le creyó y dijo que tendría que arreglármelas o dormir en el suelo. No iba a tumbarme en la cama, tenía la paranoia de que hacer eso provocaría que esa cola volviera otra vez-.
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DEAR VOLDIE
Hayran KurguCon los exámenes acercándose y Umbridge con más poder que nunca, Harry está al límite de sus fuerzas, así que decide intentar escribirle una carta a Voldemort, en un esfuerzo por detener las pesadillas/visiones que, sin duda, no significan absolutam...