Capítulo 10

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A Harry no le sorprendió despertarse temprano al día siguiente y decidió aprovecharlo al máximo para darse una larga ducha y bajar a desayunar con tiempo, en lugar de esperar a que sus compañeros de dormitorio salieran de sus pozos y, por lo general, apenas tuvieran tiempo de meterse una tostada en la boca antes de tener que salir corriendo a sus primeras clases.

Harry se sorprendió de la cantidad de gente que veía deambulando a esas horas y se preguntó si tal vez él y sus amigos eran la minoría en su incapacidad para despertarse por la mañana cuando alguien le tocó el hombro. Harry se dio la vuelta y se encontró cara a cara con Cho y sus amigos y contuvo un gemido.

-Así que, ¿estas deseando que llegue el fin de semana de Hogsmeade?- preguntó ella.

-¿El fin de semana de Hogsmeade?- Harry frunció el ceño.

-Sí, el profesor Snape lo anunció anoche como una oportunidad para que los mayores se relajaran un poco antes de los exámenes-, explicó Cho. -Noté que no estabas en la cena de anoche, pero supuse que tus amigos te lo habrían dicho cuando terminaras lo que sea que estuvieras haciendo-.

-Oh, no los vi antes de que se fueran a la cama-, admitió Harry, -y todavía estaban roncando cuando me desperté-.

-Bueno, es de lo único que habla todo el mundo-, sonrió Cho, -aunque creo que varios de mis compañeros de casa se lo van a perder en favor de empollar para los exámenes-.

-Para ser justos, yo también debería hacerlo-, se rió Harry. -Con todo lo que ha pasado, siento que apenas he repasado nada y los exámenes son muy importantes-.

-¿Pero qué pasa con nuestra cita?- preguntó Cho.

-Oh, sí, casi me había olvidado de eso-, musitó Harry, perdiéndose la mirada cabizbaja de Cho. -Aunque probablemente sea lo mejor si lo cancelamos-.

-¿Pero por qué?- cuestionó Cho. -Creía que te hacía ilusión-.

-Um, no tanto-, Harry hizo una mueca, rascándose la cabeza. -Quiero decir que nuestra última cita fue tan horrible después de todo y he tenido una especie de epifanía desde entonces-.

-Bueno, que me gustan los chicos para empezar-, sonrió Harry.

-¡Pero nos besamos!- exclamó Cho. -¿No lo disfrutaste?-.

-Bueno, no especialmente-, dijo Harry, con la cara desencajada al recordarlo. -Estaba todo mojado. Sé que habías estado llorando pero no fue genial, por eso empecé a preguntarme si en vez de eso me gustan los chicos-.

-¿Y qué? ¿Acabas de decidir que sí?- Cho resopló.

-Pues no, había un chico y tengo que admitir que me sentí mucho mejor cuando me besó, incluso en la mano-.

Harry no tuvo tiempo de reaccionar cuando, de repente, Cho le dio una bofetada en la cara y huyó por el pasillo en medio de un torrente de lágrimas, perseguida por sus amigas. Harry se quedó un momento pasmado y se frotó la mejilla para intentar aliviar el escozor. Esperando que un vaso de zumo de calabaza fresco le ayudara, se dirigió al Gran Comedor, preguntándose si habría más sorpresas antes de que empezara la primera clase.

La respuesta era, por supuesto, sí, estábamos hablando de él. Estaba felizmente sentado a la mesa, comiendo cucharadas de gachas de avena mientras ojeaba algunos de sus apuntes y se curaba la mejilla sensible, cuando una chica de pelo rubio y rizado se sentó de repente frente a él.

-Entonces, ¿qué es, Cho te ha vuelto gay o has estado dándole largas todo este tiempo mientras tú y tu novio se reían a su costa?-.

-¡Perdón!- Harry se quedó boquiabierto -¿Y tú quién eres?-.

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