Capítulo 51

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Los patrones de sueño de Mona se calmaron un poco, en parte ayudados por el hecho de que Sirius y Remus habían sucumbido y aceptado la ayuda de los elfos domésticos, al menos en lo referente a los cambios nocturnos y la alimentación. Sirius y Remus podían dormir bien por las noches, lo que les beneficiaba enormemente. Sirius empezó a ocuparse del trabajo, lo cual fue bueno al principio, pero creó nuevos problemas, sobre todo en relación con el Floo. Sirius necesitaba reuniones, ya fuera a través del Floo o en persona, lo que requería que la gente entrara o saliera por Floo. Desgraciadamente, el Señor Tenebroso tenía el control total de las chimeneas, así que cada vez que Sirius necesitaba usarlo tenía que pedirle al Señor Tenebroso que lo abriera. Era una molestia colosal y, por eso, la familia decidió volver a Grimmauld Place.

Harry estaba un poco preocupado, por algo se habían ido a vivir con el Señor Tenebroso. Pero Sirius desechó los temores de Harry. Dumbledore había sido exiliado mágicamente de la propiedad, por lo que no podía poner un pie en ella mientras Sirius viviera. También había sido oficialmente exonerado y, además, ahora era el Ministro de Magia. Tenía aurores y leyes literales que lo protegían, así que no le preocupaba volver a mudarse. Harry supuso que querían su propio espacio y el hecho de que Kreacher hubiera estado muy emocionado preparando la casa para el nuevo heredero Black probablemente ayudaba.

Harry se alegró por ellos en cierto modo, pero sin duda sintió la pérdida cuando se marcharon. Había sido estupendo poder ir a verlos cuando quisiera. Podía seguir viéndolos todos los días, pero ya no era tan fácil organizar los horarios para ir y volver, y aún quedaba mucho tiempo fuera de eso. Eso significaba mucho tiempo con el Señor Tenebroso, pero eso tampoco era necesariamente bueno. Seguían manteniendo relaciones sexuales con regularidad, pero, al menos para Harry, era un poco como si se tratara de una rutina. Lo disfrutaba, no lo haría si no lo hiciera, pero ya no era algo que esperara con impaciencia.

-Eso pasa a veces-, le dijo Remus a Harry en una de sus visitas. Mona no hacía mucho que se había instalado en su siesta vespertina y los tres disfrutaban de una rara taza de té sin interrupciones.

-¿Ah, sí?- Preguntó Sirius, sonando un poco preocupado por lo que Remus sugería.

-¿De verdad me estás diciendo que te excita tanto el sexo como cuando éramos adolescentes?-. rebatió Remus.

-Pues claro que no-, resopló Sirius. -Entonces era nuevo y lo hemos hecho mucho desde entonces-.

-Precisamente-, se rió Remus. -Nos sigue gustando, pero ahora es más como ponerse un par de zapatillas viejas que como hacerse un corte de pelo nuevo-.

-Me gusta cómo te cortas el pelo-, hizo un mohín Sirius.

-A mí también-, sonrió Remus, -por eso me lo sigo haciendo. Aunque a ti te gusta, ya no me felicitas como cuando me lo corté por primera vez. A eso me refiero. Algo puede seguir gustándote aunque no lo digas, o aunque no te genere la misma emoción que antes. Podría hacerme un nuevo corte de pelo, para intentar regenerar parte de esa emoción, pero podría ser contraproducente y no quiero correr ese riesgo. Estoy en un punto en el que soy feliz con lo cómodo-.

-¿Dices que estoy a gusto en mi relación con el Señor Tenebroso?- preguntó Harry.

-Eres feliz, pero las cosas ya no son nuevas ni emocionantes-, asintió Remus. -Eso me suena a haber superado la fase de luna de miel. No esperabas que esa emoción continuara para siempre, ¿verdad?-.

-Supongo-, Harry frunció el ceño. -Nunca había tenido ningún tipo de relación, y mucho menos a largo plazo. No tenía ni idea de qué esperar-.

-Bienvenido a las alegrías de la edad adulta-, rió Sirius. -El país de la responsabilidad y el compromiso-.

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