Capítulo 33

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Harry dejó a Sirius en manos de Remus, la pareja había estado rodeada de simpatizantes y periodistas desde el principio y Harry no tenía ningún deseo de formar parte de aquel circo, así que se había escabullido silenciosamente de la sala, con la esperanza de volver a la mansión Riddle antes del gran ajetreo. Al parecer no había sido el único que había tenido esa idea y se fijó en Severus y el grupo escolar que hacían cola en el punto floo.

-Hola Severus, cuánto tiempo sin verte. No esperaba verte aquí hoy o te habría saludado antes-.

-Claro que estaba aquí, Harry. Soy el director, así que es mi deber ayudar a supervisar este viaje. Es el primer viaje desde hace décadas con el colegio y tenía que asegurarme de que saliera sin problemas-.

-Cierto-, sonrió Harry. -Por supuesto que antepondrías la seguridad de los alumnos. Aunque es una lástima que estés ocupado, estaría bien charlar en algún momento-.

-Claro-, estuvo de acuerdo Severus. -Puede que ya no seas mi alumno, pero aún así me gustaría asegurarme de que te va bien. Es maravilloso que ahora puedas estar oficialmente bajo la custodia de tu padrino, pero no confío necesariamente en que Sirius haga lo mejor para ti. Eso no quiere decir que no tenga buenas intenciones- añadió Severus ante la mirada ofendida de Harry, -sólo sé, por nuestras interacciones pasadas, que tu padrino no tiene necesariamente en cuenta las consecuencias a largo plazo de las cosas-.

-Está mejorando-, insistió Harry.

-Eso espero-, se rió Severus, -sobre todo porque difícilmente podría empeorar mucho más. En cualquier caso, sería agradable oír que le va bien con mis propios oídos. Por suerte se acercan las vacaciones de Navidad y estoy seguro de que te veré durante alguna celebración u otra, si no, posiblemente podamos programar un almuerzo en Año Nuevo-.

-Eso suena muy bien-, sonrió Harry.

-También supongo que, ahora que Sirius está oficialmente libre, invitarás a la señorita Granger a visitarte durante las fiestas-.

-Más le vale, joder-, resopló Hermione, dándose la vuelta y dejando muy claro que había estado escuchando su conversación. -Tengo que hablar con tu amigo sobre posibles cambios en las leyes, por no hablar de investigar un poco. ¿Has oído lo que decía Dumbledore sobre los hombres lobo?-.

-Sí Hermione, estaba sentado en el mismo juicio que tú-, suspiró Harry, despidiéndose con la mano de Severus, que claramente se había dado cuenta de que no tenía sentido esperar a que Hermione terminara de despotricar y se había marchado para empezar a dirigir a los alumnos de vuelta al colegio.

-¡Es repugnante, Harry, absolutamente repugnante! Pensar que Dumbledore puede hablar de los hombres lobo como si fueran ciudadanos de segunda clase después de lo que hizo por Remus-.

-Pero es eso, Hermione ¿qué hizo Dumbledore por Remus?-.

Hermione frunció el ceño. -Bueno, ¿le dio una educación?-.

-¿Permitió que un niño mágico entrara en una escuela en la que debería haber entrado de todos modos? Eso no es ir más allá-, se burló Harry. -¿Y qué hay de los demás hombres lobo en edad escolar?-.

-¿Qué otros hombres lobo en edad escolar?- Hermione frunció el ceño.

-Todos los que se supone que Greyback ha convertido-, se rió Harry. -Hay historias de que es un monstruo horrible que ataca y convierte a niños a diestro y siniestro, pero no se menciona a ningún otro en el colegio, y no digas que es porque no son mágicos, porque está documentado que los muggles casi nunca sobreviven a la mordedura que los convierte-.

Hermione se quedó boquiabierta. -¡Ese bastardo!-.

-Lengua señorita Granger-, reprendió Severus, aunque tenía una sonrisa en la cara. -De todos modos, a pesar de lo esclarecedora que estoy seguro de que es esta conversación, ya es hora de que vuelva al colegio, pero estoy seguro de que podrá continuar esta conversación muy pronto-.

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