Capítulo 18

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Por un momento, cuando Harry se despertó, podría haber jurado que estaba soñando, al sentir un par de brazos fuertes y cálidos que lo rodeaban y un cuerpo duro que le apretaba la espalda. El dolor sordo en el culo era prueba suficiente de que no era un sueño y Harry sonrió mientras se movía, sintiendo una polla dura deslizarse entre sus mejillas.

-Buenos días, querido, y feliz cumpleaños-, murmuró el Señor Tenebroso al oído de Harry, dándole un delicado beso detrás de la oreja. -¿Cómo te encuentras esta mañana? Espero que no muy dolorido-.

-Para nada-, dijo Harry con una sonrisa. -Gracias por lo de anoche-.

-Debería ser yo quien te diera las gracias querido Harry, la espera de anoche mereció la pena-.

-¿Significa eso que estarías interesado en otra ronda?-.

-¿Estás seguro? No me gustaría presionarte demasiado y que te hicieras daño-.

-No lo haría, no te preocupes, me preparé bien, recuérdalo-.

-Sí, pero aun así fui muy brusco-, suspiró el Señor Tenebroso y acarició con ternura el trasero de Harry. -Traté de encontrar algo para aliviar tu piel cuando te limpié anoche pero desafortunadamente los muggles son algo limitados en esa área-.

-Te prometo que estoy bien-, soltó Harry una risita.

El Señor Tenebroso canturreó y tanteó suavemente el agujero de Harry con los dedos. Harry jadeó ante una punzada de dolor cuando el Señor Tenebroso deslizó dos dedos y les metió una tijera. Sin embargo, el dolor se disipó rápidamente y Harry no tardó en gemir.

-Todavía pareces un poco dolorido. Si vamos a hacer esto, creo que deberías ponerte encima-.

Harry se dio la vuelta rápidamente, y el movimiento desprendió de repente los dedos que aún tenía en el culo, haciéndole estremecerse un poco.

-¡Quieres que lo haga, ya sabes, tú!-.

El Señor Tenebroso rió entre dientes. -No, Harry. No te ofendas, pero eso no es algo que me interese-.

Harry respiró aliviado. -Eso está bien. No te ofendas, pero en realidad no tengo ningún deseo de hacer otra cosa que no sea tomar, si sabes a lo que me refiero-.

-Es bueno saberlo-, arrulló el Señor Tenebroso, acariciando el costado de la cara de Harry, -pero he pensado que sería buena idea que me montaras, así podrás controlar mejor las cosas, podrás ajustarlas a tus necesidades-.

-De acuerdo-, respiró Harry, sintiendo ya la excitación retumbando en sus venas. El Señor Tenebroso se inclinó hacia él y lo besó profundamente, empujándolo hacia su espalda. Harry gimió durante el beso y levantó las manos para enredarlas entre los mechones oscuros y espesos del hombre. Nunca había pensado que fuera alguien a quien le importara especialmente la apariencia, y se había sentido atraído por el hombre antes de su transformación, pero Harry no podía negar que el nuevo aspecto del Señor Tenebroso le aceleraba la sangre de una forma mucho más allá de lo que había imaginado posible.

Las piernas de Harry se separaron con naturalidad y el Señor Tenebroso no perdió el tiempo en acomodarse entre ellas, invocando sin palabras un poco de lubricante para empezar a preparar su agujero. No hizo falta mucho, ya que aún estaba bastante flojo desde la noche anterior, pero el Señor Tenebroso no parecía querer correr ningún riesgo, aplicando lubricante generosamente y no aflojando hasta que pudo meter y sacar tres dedos de Harry libremente.

La anticipación de lo que estaba a punto de ocurrir hizo que Harry entrara rápidamente en un estado de gran excitación. Una cosa era hacer las cosas en el calor del momento, en la oscuridad de la noche, pero ahora había una sensación muy diferente, casi más dulce, que lo conmovía a un nivel que ni siquiera sabía que existía.

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