Harry se sentía perdido, tanto metafórica como literalmente. Sabía que estaba en algún lugar de la selva amazónica, él y Ágata habían remontado el río unos días antes, y suponía que seguían en Brasil. Pero no sabía exactamente dónde. La selva era hermosa, realmente impresionante, diferente a todo lo que había visto antes, pero también era un poco repetitiva, por lo que Harry no tenía ni idea de si estaba caminando hacia adelante o dando vueltas en círculos. Ágata parecía saber adónde iba, o al menos caminaba con un propósito por lo que parecía, y Harry realmente esperaba que así fuera. Harry ni siquiera sabía cómo aparecerse si se metía en problemas y deseaba haber pensado en organizar un Traslador o algo así, por si acaso. Los animales se habían mantenido a distancia hasta ahora, pero Harry había visto suficientes serpientes y jaguares grandes como para estar un poco nervioso.
En cuanto a estar metafóricamente perdido, aún no había tomado una decisión sobre qué hacer con su relación con el Señor Tenebroso. Se había ido de viaje para conseguir algo de espacio e intentar aclarar qué hacer en el futuro. ¿Quería dejar al Señor Tenebroso y encontrar a alguien que quisiera casarse con él y tener hijos o quería quedarse con él y posiblemente acabar matando a alguien para poder vivir juntos, los dos solos? Antes de marcharse, Harry se había inclinado sin duda por la opción de marcharse; la gran bronca que habían tenido había empujado definitivamente la aguja en esa dirección. Harry llevaba una semana fuera y cada vez echaba más de menos al Señor Tenebroso. Estaba llegando al punto de llorar de soledad y Harry no sabía cuánto tiempo más podría aguantar. Claro que eso podía deberse simplemente a que se sentía solo, no a que echara de menos al Señor Tenebroso. Harry casi se preguntaba si sentiría lo mismo si hubiera alguien más en el viaje y no sólo él y Ágata.
Para ser justos con Ágata, estaba haciendo todo lo posible por distraerlo. Al fin y al cabo, se suponía que era un viaje educativo, en el que iban a recolectar diferentes maderas del bosque e intentar discernir qué propiedades mágicas tenían. Harry se había sorprendido al enterarse de que no había habido expediciones anteriores a la selva amazónica y era muy emocionante poder poner su nombre en algo así; algo en lo que la gente pudiera hablar de algo que realmente había logrado en lugar de algo que había hecho cuando era un bebé.
Por desgracia, no era tan fácil como Harry había pensado en un principio. No todos los árboles tenían propiedades mágicas, de hecho muchos no las tenían, pero averiguar cuáles eran utilizables fue un poco de ensayo y error. En el Reino Unido era un poco más fácil, pues bastaba con fijarse dónde se reunían los Bowtruckles, ya que sólo se congregaban en árboles mágicos. Harry aún no había visto ningún Bowtruckles en el Amazonas, pero como rara vez podía ver ni siquiera las ramas más bajas, era difícil saberlo. Hasta ahora se habían dedicado a arrancar astillas de los árboles a su paso y a esperar lo mejor, que aún no había sido muy bueno.
Habían montado su tienda en un grupo de árboles de cacao y Harry se había quedado fascinado al ver las vainas en espiral alrededor del exterior de los árboles, pues no tenía ni idea de que crecieran así. A Ágata le habían intrigado especialmente esos árboles porque, entre los antiguos aztecas, se consideraba que el chocolate procedía del paraíso y el emperador Moctezuma lo comía para intentar obtener la sabiduría de los dioses. Una historia tan rica sugería que la madera podía tener unas propiedades mágicas asombrosas, pero hasta ahora no habían encontrado ningún árbol que produjera resultados. Harry incluso había intentado destilar algunos granos para ver si funcionaban en un núcleo. No lo habían conseguido, y no tenía prisa por volver a intentarlo. No tenía ni idea de que el interior de las vainas fuera tan viscoso.
-¿Es posible que aquí no haya árboles mágicos?-. preguntó Harry, cogiendo una astilla de una raíz de caoba y sin obtener ningún resultado por enésima vez. -Quiero decir que no es que haya podido encontrar ningún texto sobre este lugar en el mundo mágico y Hermione tampoco había oído hablar de nada-.
ESTÁS LEYENDO
DEAR VOLDIE
Fiksi PenggemarCon los exámenes acercándose y Umbridge con más poder que nunca, Harry está al límite de sus fuerzas, así que decide intentar escribirle una carta a Voldemort, en un esfuerzo por detener las pesadillas/visiones que, sin duda, no significan absolutam...