Capítulo 56

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-Tom, qué bien que te unas a nosotros-, sonrió Dumbledore. -Harry y yo nos estábamos reencontrando-.

El Señor Tenebroso lo ignoró, más interesado en liberar a Harry que en involucrarse en una especie de combate verbal. Desgraciadamente, Dumbledore no estaba dispuesto a dejar que sus planes se frustraran tan fácilmente y envió un hechizo sin varita que pasó zumbando, rebanando la oreja del Señor Tenebroso, haciendo que tanto Harry como él hicieran una mueca de dolor.

-¿Nadie te ha enseñado que es de mala educación ignorar a la gente cuando te habla, Tom?-.

-No es tanto ser descortés como una muestra de desprecio-, replicó el Señor Tenebroso, -y desde luego no siento más que desprecio por ti, no tan viejo-.

-Bueno, entonces tal vez deba desquitarme de tus castigos con tu mascota-, sugirió Dumbledore. -Ya que parece que realmente te preocupas por él de alguna manera. Es una pena estropear a una zorra tan bonita, pero estoy seguro de que podré arreglar cualquier daño que haga. Tal vez incluso sea capaz de hacerlo aún mejor cuando lo arregle-.

-¡Déjalo en paz!-, rugió el Señor Tenebroso, volviéndose contra Dumbledore y lanzando su propia maldición, algo que Harry ni siquiera había oído antes. Desgraciadamente, Dumbledore logró bloquearla, pero la distracción fue suficiente. El Señor Tenebroso ya había conseguido liberar las manos de Harry, lo que significaba que podía quitarle la mordaza e invocar su varita. Si tenía su varita, podría liberar sus propias piernas y defenderse, lo que significaba que el Señor Tenebroso no tenía que preocuparse tanto por él.

-Tut tut Tom, parece que estás mostrando un poco tu mano aquí-, se rió Dumbledore, esquivando las maldiciones del Señor Tenebroso con sorprendente facilidad. -Si hubiera sabido que el chico te importaba tanto, lo habría secuestrado en Inglaterra antes de que te dieras cuenta. Habría sido divertido verte enfurecer, corriendo de un lado a otro tratando de encontrarlo. Desde luego, habría actuado antes si hubiera creído que estabas tan cerca de alcanzarle-.

El Señor Tenebroso se rió. -¡Crees que estaba acechando a Harry! Tonto. Eso demuestra lo poco que sabes de magia. Estaba en Inglaterra esperando a Harry antes de que me llamara-.

-¡Espera!- exclamó Harry. -¿Quieres decir que de alguna manera te apareciste hasta aquí porque te dije que Dumbledore me estaba atacando?-.

-¡Imposible!- resopló Dumbledore. -He estado colocando protecciones antiaparición por toda la zona mientras esos dos dormían. Es imposible que hayas podido atravesarlos-.

-Debes de ser más débil de lo que creía, Dumbledore-, se rió el Señor Tenebroso. -No me aparecí, no exactamente. Utilicé mi vínculo y el de Harry para transportarme hasta aquí. Sentí un poco de resistencia cuando intenté atravesarlo, pero no fue suficiente para detener nuestro vínculo-.

-Espera, ¿tenemos un vínculo?- exclamó Harry, momentáneamente distraído.

-Te lo dije antes de que te fueras-, replicó el Señor Tenebroso, lanzando un escudo para proteger a Harry mientras no prestaba atención.

-¡Oh!- dijo Harry, agachándose en su lugar detrás de la cama. -Creía que hablabas, ya sabes, metafóricamente, no literalmente-.

El Señor Tenebroso puso los ojos en blanco, lanzando una maldición hacia Dumbledore. -¿Por qué iba a hablar sólo metafóricamente cuando te he dicho que quiero pasar la eternidad contigo?-.

-¿Quizás querías mantener tus opciones abiertas?- Murmuró Harry, sintiéndose un poco estúpido. Sin embargo, ese sentimiento fue pronto abrumado por el dolor, cuando Dumbledore se movió alrededor de la cama y envió una maldición fulminante, golpeando a Harry de lleno en el hombro.

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