Capítulo 44

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Ron estaba nervioso. No por su decisión, no creía haber estado más seguro de nada en su vida. Le preocupaba lo que significaría para él, o específicamente para él y Lucius, pero no podía usar esa preocupación como excusa para contenerse. Eso era demasiado parecido a huir para el gusto de Ron y eso era algo que él nunca podría hacer. Por eso había quedado con Lucius el día de su cumpleaños, para que hicieran las cosas cuanto antes, para saber a qué atenerse cuanto antes.

Lucius le había dicho que las cosas seguirían igual, que pasara lo que pasara, que seguiría teniendo un sitio en la Mansión Malfoy si quería, pero Ron no podía fiarse del todo. Sonaba mal, no era como si Lucius le hubiera dado alguna vez a Ron motivos para no confiar en él, pero lo que le ofrecía sonaba demasiado bien para ser verdad. No podía evitar pensar que Lucius se alejaría naturalmente una vez que hubieran tenido sexo y Ron pensó que prefería que eso ocurriera mientras aún tuviera opciones en contraposición. No quería dar el salto y mudarse con Lucius, sólo para encontrarse atrapado. Era lo único que le impedía entregarse por completo a Lucius y la forma más fácil de resolver esa duda, por lo que Ron sabía, era acostarse con Lucius lo antes posible. Si Lucius seguía queriendo más, Ron dejaría gustosamente los estudios y se iría a vivir con él lo antes posible; de todos modos, no era como si tuviera una carrera en mente que necesitara N.E.W.T. Si Lucius se alejaba, le dolería, pero al menos Ron lo sabría y siempre podría quedarse fuera el resto del curso. No sabía lo que haría, pero tenía tiempo para pensarlo. Estaría bien buscar algún tipo de aprendizaje, aunque dudaba que sus padres estuvieran de acuerdo. Tal vez podría pensar en mudarse con Harry o algo así, ahora que era mayor de edad. Pero no era el momento de pensar en eso, porque Lucius acababa de llegar.

-Buenas noches, Ron. Me sorprendió mucho recibir tu mensaje esta mañana, sobre todo invitándome aquí. Habría pensado que estarías pasando tu cumpleaños con tus amigos-.

-Bueno, es mitad de semana y tienen clases-, explicó Ron.

-No sabía que eso detuviera a los estudiantes hoy en día-, rió Lucius. -No es que me queje. Pero tengo que preguntarme cómo te las has arreglado para ordenar este sitio tan bien-.

-Oh, sólo le pregunté a Dobby y Harry me dijo que era un regalo de cumpleaños-, se sonrojó Ron. Todavía no lo había visto todo, pero la nota que Harry había dejado parecía sugerente. Ron sólo podía adivinar lo que contenía, sobre todo porque había hablado con Harry de juguetes sexuales.

-Bueno, tal vez deberíamos aprovechar entonces-, sugirió Lucius, -sobre todo si tienes que estar de vuelta en tu dormitorio a una hora determinada-.

-En realidad, Hermione va a cubrirme, así que no tengo que ir necesariamente a ninguna parte hasta el desayuno-, admitió Ron, algo tímido y los ojos de Lucius se encendieron de deseo.

-Entonces, ¿supongo que el dormitorio está arriba?-. preguntó Lucius, con un ligero gruñido en la voz, y Ron asintió un poco dócilmente antes de abrirle paso. Se sentía un poco desgarrado. Al fin y al cabo, eso era lo que había planeado, pero no podía evitar preguntarse si se suponía que iba a haber más preparación. No es que se hubiera encontrado nunca en esta situación. Sin embargo, apresurar las cosas podía ser beneficioso, ya que evitaba que Ron pensara demasiado las cosas y se echara atrás. Él quería esto, se recordó a sí mismo, mientras miraba hacia atrás por encima del hombro y veía a Lucius lanzándole una mirada muy ardiente. Ron tragó saliva y volvió a girar la cabeza, aunque se dio cuenta de que su ritmo iba en aumento.

Ron se detuvo de repente al llegar al final de la escalera, haciendo que Lucius chocara con él, aunque Ron no se dio cuenta. Harry había hecho un magnífico trabajo limpiando y decorando la zona, con franjas de tela que cubrían las paredes y velas flotantes que ofrecían una suave iluminación. La cama había sido sustituida, o al menos mejorada mágicamente, y ahora ocupaba la mayor parte de la habitación. Estaba decorada en verde oscuro y dorado, lo que a Ron le ofendió un poco, aunque la disposición de los "regalos" sobre la cama pronto acaparó toda su atención.

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