Harry se sentía desmesuradamente nervioso mientras hacía la ronda en el Baile de los Malfoy al lado de Sirius y Remus. Ya había asistido a un Baile de Navidad en Hogwarts con motivo del Torneo de los Tres Magos, pero no había sido nada parecido. Claro que había gente del colegio, pero Harry no llegó a verlos mucho, ya que parecía estar inundado de saludos de varios miembros de alto rango de la sociedad mágica, todos aparentemente desesperados por hablar con él o con sus tutores. Era algo bueno, lo sabía, pues demostraba que apoyaba plenamente lo que Sirius proponía y que su padrino era un buen candidato para tender un puente entre dos bandos aparentemente opuestos: los viejos tradicionalistas y la nueva ala progresista del mundo mágico que antes había apoyado a Dumbledore.
Eso no quiere decir que todos apoyaran sus ideas, por supuesto. Hermione había estado con ellos al principio, pero se había decidido dividir y conquistar la sala. Hermione había llevado a las personas que habían traído a sus hijos, utilizando esa conexión para presentarse a sus compañeros y tratar de hacer flotar varias ideas. Sirius y Remus se habían quedado con la vieja guardia, gente con la que tenían varias conexiones familiares que podían aprovechar para conseguir presentaciones. Eso dejaba a Harry con el resto de los partidarios ligeros, aquellos que probablemente harían lo imposible por tener la oportunidad de hablar con el salvador del mundo mágico, pero también, por desgracia, un montón de partidarios de Dumbledore. Eso incluía a Elphias Doge, un hombre que Harry reconoció en el juicio de Sirius y alguien que, al parecer, estaba tan metido en el culo de Dumbledore que había salido por el otro lado y había decidido volver a zambullirse para intentarlo de nuevo. Harry estaba hablando con Millicent Fawley sobre las posibles ventajas de que hubiera más pueblos mágicos como Hogsmeade cuando Doge se metió en la conversación sin contemplaciones.
-¡La segregación sólo conducirá a una mayor endogamia, lo que se traducirá en una menor tasa de natalidad y, en última instancia, a la destrucción del mundo de los magos tal y como lo conocemos!-. resopló Doge. -Necesitamos pueblos más integrados para animar a la gente mágica a relacionarse con los muggles. Es la única forma de asegurar la continuidad de nuestro mundo, ¿o estás diciendo que quieres que el mundo de los magos perezca?-.
-Claro que no-, resopló Harry, poniendo los ojos en blanco ante lo ridículo del argumento del hombre. -El problema es que no hay absolutamente ninguna prueba que apoye lo que estás diciendo-.
Doge soltó una carcajada burlona. -Confía en que los jóvenes no se toman el tiempo de consultar realmente las cifras y simplemente se basan en la fe ciega para argumentar-, atronó, llamando la atención de los asistentes a la fiesta cercanos, con la clara esperanza de ridiculizar a Harry ante sus ojos. -Si lo hubieran hecho, habrían notado claramente el rápido descenso de la población del mundo de los magos en este último siglo-.
-Al contrario, señor, conozco bien las cifras-, frunció el ceño Harry. -Lo que quiero decir es que en realidad no respaldan su argumento-.
Harry sintió que alzaba la voz a medida que crecía su ira. ¿Cómo se atrevía este imbécil a suponer que no sabía de lo que hablaba porque era más joven? Bueno, Harry no tenía ningún problema en aprovechar la audiencia que Doge ya había atraído para bajarle los humos. Sonriendo, continuó alegremente su refutación.
-Verá, señor Doge, el problema de considerar las cifras en su conjunto es que no se tienen en cuenta otros factores, por ejemplo las dos grandes guerras mágicas que han tenido lugar este siglo, ambas han mermado enormemente la población total, pero, más concretamente, han matado o encarcelado a gran parte de la población infantil, lo que invariablemente tendrá un efecto sobre el número de niños nacidos. El hecho es que no hay indicios de que las familias de sangre pura tengan problemas para procrear cuando lo desean. Basta con mirar a los Weasley. Sin embargo, incluso fuera de ellas, es normal que las familias de sangre pura tengan dos o tres hijos, a veces más. No hay absolutamente ninguna prueba de que las familias de sangre pura tengan más dificultades para concebir que las que no lo son-.
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DEAR VOLDIE
FanficCon los exámenes acercándose y Umbridge con más poder que nunca, Harry está al límite de sus fuerzas, así que decide intentar escribirle una carta a Voldemort, en un esfuerzo por detener las pesadillas/visiones que, sin duda, no significan absolutam...