Capítulo 8

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Voldemort estaba más contento que nunca de que Salazar Slytherin hubiera decidido establecer su hogar en las mazmorras. Al ser una zona apartada, su decoración no había cambiado con el paso de los años. A diferencia de otras zonas del castillo, no había retratos y las imágenes de serpientes que custodiaban la mayoría de las entradas no eran algo que debiera preocupar a la mayoría de los estudiantes, pero facilitaban considerablemente la vida de un parsel como él. La distribución del viejo castillo tampoco había cambiado nunca, así que era bastante fácil encontrar las habitaciones del maestro de pociones y del jefe de Slytherin, y los guardianes estaban más que encantados de dejar entrar a hurtadillas al heredero de Slytherin.

Dentro tampoco le decepcionó. Apenas había entrado en la habitación cuando apareció Severus, blandiendo la varita.

-¡Quién va ahí! Muéstrate y puede que me apiade de ti-.

Voldemort dejó caer la capa de invisibilidad. -Buenas noches, Severus. Me alegra ver que tus reflejos no han disminuido...-

-¡Mi Señor!- jadeó Severus, cayendo de rodillas.

Voldemort frunció el ceño. -Ambos sabemos que eso no es cierto, ¿verdad?-. Acechó el sofá y tomó asiento sin que nadie se lo ofreciera. Era un gesto un tanto mezquino, pero se negaba a permanecer ceremonioso en los aposentos de un antiguo subordinado. -Ahora Severus, ¿qué tienes que decir en tu defensa?-.

Severus hizo una pausa, claramente calculando la mejor respuesta, un signo de su verdadera naturaleza de Slytherin. Finalmente se levantó y, en un movimiento un tanto sorprendente, se acercó y tomó asiento frente al Señor Tenebroso. Era una clara demostración de poder, no de que estuviera por encima del Señor Tenebroso, sino simplemente de que ya no estaba por debajo de él, y Voldemort tuvo que admitir que estaba algo impresionado. Demasiados de sus seguidores habrían rogado o se habrían arrastrado, pero Severus no sólo vio la inutilidad de tales acciones, sino también una oportunidad de hacer algo más. Demostró inteligencia y apenas una pizca de valentía y Voldemort estaba empezando a apreciar mucho la combinación.

-Mi Señor, no tengo nada que decir en mi favor que probablemente no haya oído ya. Entré a su servicio buscando un lugar en el mundo pero, aunque tuvo mi gratitud por reconocer mi valía, no tuvo corazón. Cuando me di cuenta de que Lily estaba en peligro supliqué tu misericordia. Me la diste, pero tu celo por encontrar al niño mencionado en la profecía me preocupó, así que también pedí ayuda a Dumbledore para protegerlos. Ahora me doy cuenta de que debería haber confiado en ti irónicamente, hiciste más por mantener tu palabra que Dumbledore. No es que me queje de eso. Hice un trato para espiarte a cambio de que Dumbledore protegiera a los Potter. Nunca le conté todo, sólo lo suficiente, y siempre me pregunté por qué mi juramento nunca me castigó por ocultarle información. Ahora me doy cuenta de que es porque él tampoco planeó nunca defender su bando-.

-Al menos siempre planeaste traicionar a Dumbledore, lo cual es un punto a tu favor-, suspiró Voldemort. -Te perdonaré por este paso en falso ya que me siento de un humor generoso después de mi charla con Harry hace un rato-.

-¡Ya has hablado con el chico!- exclamó Severus.

-Tuve que hacerlo-, frunció el ceño Voldemort. -Ese movimiento fue totalmente demasiado Slytherin, tenía que asegurarme de que no era una serpiente con piel de león, construyendo en secreto un ejército intocable para frustrarme-.

-¡No lo haría!- Severus insistió. -Es demasiado honorable para algo así. La única razón por la que añadió mi nombre en primer lugar fue porque se sentía obligado por su honor-.

Voldemort frunció el ceño, pensativo. -Eso es, ¿no? No es que oculte sus manipulaciones tras un barniz de honorabilidad, sino que utiliza su astucia para disimular la culpa que siente por tus sacrificios-.

DEAR VOLDIE Donde viven las historias. Descúbrelo ahora