Capítulo 49

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Fue una larga noche en la Mansión Riddle mientras todos esperaban noticias sobre Sirius y el bebé. Incluso la banda estuvo dando vueltas. Los elfos domésticos, por suerte, prepararon una cena ligera y transformaron todas las sillas y mesas del comedor en camas de día y mesas auxiliares para que la gente se instalara a pasar la noche. Harry lo cuestionó al principio, hasta que se dio cuenta de que, en primer lugar, era más fácil que hacer que los elfos domésticos prepararan un montón de habitaciones, sobre todo porque después tendrían que volver a limpiarlas. En segundo lugar, nadie quería irse a dormir. Algunos se echaban una cabezadita, pero todos parecían demasiado nerviosos como para quedarse tranquilos mucho tiempo. Eso no quiere decir que la gente no se emparejara para apoyarse, Harry estaba agradecido de que los que no estaban al tanto estuvieran demasiado preocupados para darse cuenta de algunos de los emparejamientos más inusuales. Incluso enarcó una ceja cuando vio a Hermione acurrucada con Greyback, aunque sabía que no debía decir nada.

-Todo va a salir bien, ¿verdad?- preguntó Harry al Señor Tenebroso mientras se acurrucaban en su propio sofá cama. Sabía que tenían una habitación en el otro piso, pero no se sentía bien dejándolos solos. Al fin y al cabo, eran sus invitados, sobre todo teniendo en cuenta que Sirius y Remus estaban preocupados, y además había algo reconfortante en estar con el grupo principal.

-Sinceramente, no puedo decirlo-, suspiró el Señor Tenebroso. -Ojalá pudiera prometerte que no habrá problemas, pero puede haber complicaciones con cualquier parto, pero especialmente con un parto masculino, y no querría arriesgarme a mentirte si algo sale mal-.

Harry palideció. -No es tan grave, ¿verdad? No es como si estuviéramos en la Edad Media o algo así. Seguro que la medicina moderna ha encontrado formas de minimizar los riesgos-.

-Por supuesto-, asintió el Señor Tenebroso. -Pero aún no hay garantías. Hay todo tipo de cosas que pueden salir mal para el bebé o, a falta de una palabra mejor, para la madre. Puedes quedar agotado por un parto demasiado largo, desangrarte por una rotura interna, que el bebé se atasque en el canal de parto o que el cordón umbilical se enrede alrededor de su cuello. Incluso la medicina moderna no siempre puede detener estas cosas-.

-¡Oh Dios!- gritó Harry, acurrucándose aún más contra el Señor Tenebroso mientras sentía que empezaba a temblar de miedo.

-Mira, Sirius tiene buena gente a su alrededor. Narcissa ya ha hecho esto antes y Severus conoce sus pociones mejor que nadie-, dijo el Señor Tenebroso, aparentemente intentando consolar a Harry lo mejor que podía. -Ninguno de ellos dejará que un sanador incompetente se acerque a Sirius. No podemos pedir nada mejor-.

Harry deseaba que así fuera. Sabía que el Señor Tenebroso estaba haciendo todo lo posible por consolarlo a su manera, pero en realidad había demasiadas cosas de las que Harry tenía que preocuparse ahora mismo. Quería algo que lo distrajera, pero, al mismo tiempo, su mente estaba demasiado ocupada repasando los distintos desenlaces posibles como para concentrarse en nada. Incluso cuando el Señor Tenebroso empezó a intentar besar el cuello de Harry, éste lo rechazó. El sexo era definitivamente lo último que quería hacer ahora, sobre todo porque era la razón por la que Sirius se encontraba en aquella precaria situación. El Señor Tenebroso había hecho un pequeño mohín, pero dejó que las cosas siguieran su curso y, al menos, no se alejó a ninguna parte, sino que continuó ofreciéndole a Harry un apoyo silencioso.

Al final, Harry se durmió, lo que no era de extrañar dada la hora que era. La boda había sido a última hora de la tarde, para que todos tuvieran tiempo de prepararse. Después de la ceremonia, la comida y el entretenimiento inicial, hacía tiempo que había anochecido cuando Sirius había llamado por primera vez. El sol ya se había puesto y Harry se preguntaba cuánto tiempo se tardaba en tener un bebé. El Señor Tenebroso había dicho que la gente podía agotarse debido a un parto prolongado, pero seguramente no podía durar horas y horas, ¿verdad? Al parecer, sí, porque Harry se despertó al oír el reloj que marcaba la medianoche en el pasillo.

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