Gio Volví a las gradas y luego de un rato el segundo tiempo comenzó, los jugadores de los dos equipos estaban mucho más competitivos y estresados por la situación.
En un descuido la defensa se desarmó demasiado rápido y el Atlético metió un gol, Pablo estaba sacado de quicio y lo que detonó la bomba fue un pequeño empujoncito de Pedri a Pablo Barrios en su área, este jugador ya estaba bastante picado y al sentir un mínimo contacto empujó a Pedri nuevamente. Nuestro jugador cayó al piso pero se levantó furioso, los dos se insultaban y agredían mientras una bola de jugadores se armaba.
-Ehh gilipollas!- Gritó uno de mis hijos enojado. -GENNARO!- Le dije. -No soy Gennaro soy Valentino!- Mintió -Mentira! Yo soy Valu!- Dijo el verdadero. -Gennaro, insultos y mentiras no!- Le dije- Ahora ustedes dos miren para acá- Les ordené y eso hicieron, no quería que vieran como se golpeaban y su padre se volvía loco dentro del campo.
No podía reconocer a ningún jugador porque todos se movían por cualquier lado y se metían en esa masa de gente. Otros jugadores que también estaban picados querían golpear a Pedri y a raíz de eso nuestros jugadores terminaron en pelea.
El desastre fue tan grande que la seguridad tuvo que entrar al campo a separarlos. Dieron un tiempo para que se tranquilicen y luego volvieran al campo. Localicé a Pablo y pude verlo con el ojo morado y el labio partido.
Pablo Barrios fue expulsado y cobraron penal a favor del Barça, Pedri pudo seguir en la cancha porque él solo se defendió, nunca agredió.
Nuestro primer gol fue en ese momento, Pedri pateó la pelota y entró perfectamente en el arco, todo el estadio se llenó de ovaciones y aplausos.
Los culers estaban como locos al igual que todos dentro del campo, faltaban 7 minutos para terminar cuando el capitán hizo lo que todos deberían hacer, marcar un gol.
Efectivamente Pablo hizo un golazo a 35 metros de distancia del arco, fue algo increíble, corrió mientras hacia la G luego la V y al final volvía a la G. Gio, Valentino y Gennaro.
El estadio explotó de emoción, gritos, saltos, llantos y sonrisas, la gente gritaba el nombre de Gavi sin parar y cantaban fuertemente. Los últimos minutos de partido fueron muy intensos y violentos. El árbitro tocó el silbato y por fin este partido tan desastroso había terminado.
Estábamos en semifinales y eso se festejaría, los jugadores aplaudieron y luego celebraron con la hinchada, Ferran y Pablo se llevaron a los tres pequeños.
Con Sira estábamos dentro del campo grabando fascinadas todo lo que sucedía, pudimos ver qué los jugadores del Atlético hablaban con el árbitro. Se volvió a armar lío con algunos jugadores por la simple calentura del partido así que nos fuimos al vestuario.
Allí por fin pude abrazar y felicitar al amor de mi vida. -Muy bien gordo!- Le dije y besé sus labios para sentir un raro sabor, lo miré y pude ver sangre en su boca aún- Te tenés que limpiar eso antes de que se infecte. -Está bien- Dijo sonriente y me abrazó otra vez- Ves que hay que confiar en el capitán? -Si si, ahora lo veo, gracias por esa dedicatoria- Le dije muy feliz.
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Hicieron una fiesta de celebración luego del partido entonces nosotros dejamos a nuestros hijos con Antonela y Leo, ellos habían vuelto a vivir en Barcelona con mis sobrinos luego de que mi cuñado se retirara del fútbol.
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Sira sería mi compañera de fiestas toda la vida y no tenía ninguna duda de eso, las dos íbamos juntas para cualquier lado no importaba dónde sea.
Hicimos repetidos brindis y hubo mucha celebración, estábamos llegando realmente lejos y teníamos la champions a dos pasitos, solo queda perseverancia y paciencia.
------------------- Holucha, les subo este capítulo cortito para terminar el díaa
