Capítulo - 9

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TJ / En los pasillos

Martes 29 de agosto - 7:55

Este es justo mi segundo día del curso y ya estoy aterrorizado.

Lo que pasó ayer con la ruleta fue raro, pero lo verdaderamente preocupante fue lo que ocurrió en mi casa. Alguien lanzó una maldita pelota de béisbol en la ventana de mi habitación y la rompió, y todos los cristales saltaron y me hice mucho daño.

Por suerte mi buen amigo Leo me pudo ayudar, y me curó las heridas que tenía, pero dejando de lado el daño que me hice, tengo que mencionar lo más importante. En la pelota de béisbol había dos putas erres escritas con rotulador permanente. Dos erres que no son casualidad, ya que estas son las iniciales de la Red Roulette, y encima estaban escritas en rojo, algo que me perturba todavía más.

Lo cierto es que estoy asustado, porque si esto que me ha pasado es obra de la persona que se esconde tras este juego, significa que tendré que seguir todas las normas de la Red Roulette, si no quiero que la vida me vaya peor.

...

Mientras cruzo el pasillo noto como cientos de ojos me miran sin disimulo, que también es entendible ya que tengo pequeños cortes por toda la cara y los brazos vendados.

La primera persona que me recibe es Cassie, que al verme se me acerca con mucha rapidez.

- ¿Se puede saber qué te ha pasado? - dice con los ojos bien abiertos de lo impactada que está. - ¿Estás bien?

- Sí, sí... Hoy en el recreo Leo y yo ya os contaremos lo que sucedió ayer por la tarde. - le digo tranquilo para que ella mantenga la calma.

- ¿Leo? ¿Él también está implicado en esto? - ahora parece todavía más preocupada, al imaginar que Leo puede estar en el mismo estado que yo.

- Sí, pero Leo no se ha hecho daño, tranquila... - la intento aquietar. - Ahora no te preocupes por nosotros, ¿vale? - le doy un beso en la mejilla para despedirme de ella, ya que ahora tenemos optativa y no coincidiremos en clase. - Nos vemos en el recreo, adiós guapa. - ella me sonríe y se despide, y luego tomamos caminos diferentes para llegar cada uno hasta su aula.

Ahora tengo tecnología, y en esta clase no coincido con ninguno de mis amigos, evidentemente con algún chico del equipo de béisbol sí, pero ni Cassie, ni Leo, ni Bryce hacen esta optativa.

Justo antes de entrar al aula, veo a Klaus a punto de cruzar la puerta, él al igual que yo, también hace tecnología. Le impido el paso, y lo cojo del brazo para llevarlo hasta el baño más cercano, tengo que hablar con él urgentemente.

- ¿Pero qué coño haces? ¡Qué tenemos clase! ¡Vamos a llegar tarde! - dice mientras lo conduzco hasta el baño masculino.

Una vez allí me detengo y él me mira extrañado, todavía no se había percatado de los cortes y las heridas que tenía.

- Hostia, ¿pero qué te ha pasado? - dice absorto. - ¡Te pareces a Freddy Krueger! - se empieza a reír de mí el descarado.

- Y tú te pareces a la niña del pozo, con el pelo tan despeinado que me llevas siempre, ¿no te jode? - su comentario me ha ofendido así que le he devuelto el insulto.

Él suspira y luego habla con los humos más bajados.

- A ver TJ, ¿qué quieres? ¿Por qué me has llevado hasta aquí? - cruza los brazos.

- Te tengo que contar qué es lo que me ha pasado, que tiene que ver con las heridas que tengo por toda la cara, y a la vez, también está relacionado con la Red Roulette. - le contesto muy seriamente, algo que no es normal en mí.

- ¿La Red Roulette? - se sorprende mucho al escuchar estas palabras de nuevo.

- Sí, el juego ese que nos encontramos ayer...

- Me asustas un poco, la verdad, pero cuéntamelo todo, por favor. - me dice con preocupación e interés a la vez.

Yo le cuento todo de arriba a abajo, detalle a detalle, y cuando termino Klaus se lleva sus manos a la cabeza.

- Hostia puta... Entonces la tontería de juego al final ha resultado ser verdad. - parece que todavía no se lo cree.

- Joder, es que tenías razón, todo aquello era demasiado raro... No tendríamos ni que haber abierto la caja. - me cuesta aceptar que Klaus estaba en lo correcto.

- A ver, si te digo la verdad, yo tampoco me lo creí mucho al principio, y no pensé que pudiera llegar a ser verdad todo aquello, solo me dió un poco de mal rollo... Por eso te dije que lo mejor era no jugar. - me explica pero yo tardo en responder ya que estoy demasiado inquieto.

- Joder... ¿Y ahora qué hacemos? Esto significa que todo lo que había en las instrucciones es cierto, tendremos que cumplir todas la normas del juego o terminaremos fatal. - digo entrando en pánico. - Y lo peor es que el juego decía que si alguien encontraba el juego, automáticamente ya formaba parte de él, por lo tanto, si alguien ve la ruleta también estará implicado en esto .

- Mira, yo lo que haría es intentar seguir las normas del juego para que no nos pase nada malo. Haremos una cosa, cada semana cuando estemos en el colegio pero tengamos alguna hora libre o algo, nos vamos un momento y jugamos una partida. Tenemos que procurar que nadie nos vea, porque si alguna persona nos ve con el juego, habrá encontrado la Red Roulette, lo que significaría que también formaría parte del juego. Tendremos que hacer esto hasta que se nos acaben las cartas, y será aquí cuando habremos terminado con el juego. - me propone y yo suspiro.

- Está bien, pero no en qué hora podríamos jugar... - me encojo de hombros. - Yo los recreos no me los salto por nada del mundo, y menos por esta puta mierda de juego.

- Vale, vale, pero tenemos que encontrar una hora libre, ¿eh? Recuerda que una de las normas del juego es que no nos podemos saltar ninguna partida, tenemos que jugar una vez por semana. - me advierte en un tono que se parece al de mi padre cuando me riñe.

- Sí, sí... Eso ya lo decidiremos cuando podamos, tenemos una semana para pensarlo. - él asiente con la cabeza mientras hablo. - Bueno ahora mejor vamos a clase, que el profesor Brown nos va a echar la bronca si llegamos tarde.

- Sí, sí, ¡que son las ocho en punto!

Los dos salimos pitando del baño para no ganarnos otro castigo o aviso.

Ahora parece que este jueguecito nos va a unir un poco a Klaus y a mí, quién lo hubiera dicho... Theo James Scott y Nikolaus Burton, los chicos que se odian desde primer grado, llevándose medianamente bien gracias a un puto juego.

Red RouletteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora