Capítulo - 17

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Gwen / En las afueras del colegio

Viernes 15 de septiembre - 23:54

- ¿Estáis seguros de querer hacer esto? - pregunta Klaus a Leo y a TJ.

- Que sí, ¡venga! Esta ventana está abierta, es una entrada fácil. - le responde el castaño.

- Esto va a salir mal, os lo digo yo. - mi amigo sigue sin estar convencido de hacer lo que los otros nos proponen.

Básicamente la idea que tienen Leo y TJ es que a partir de ahora, las partidas semanales de la Red Roulette las juguemos cada viernes por la noche en el colegio, una idea pésima. En un principio el plan era jugar durante los recreos del viernes, y decir al resto que íbamos a la biblioteca cuando en realidad iríamos al teatro a jugar a esta mierda, pero a Leo y a TJ no les terminó de gustar esto. 

Al ser populares, saben que si cada viernes se van durante el recreo, van a tener que dar explicaciones a todos sus amigos y prefieren jugar en otros momentos.

Klaus y yo no tenemos este problema, ya que al ser los "pringados" del insti, no tenemos que excusarnos. Nadie va a notar que nos hemos ido, a la gente se la suda nuestra presencia.

El caso es que los dos chicos no querían perderse sus recreos y tampoco les apetecía dar explicaciones al resto, así que decidimos que lo mejor sería jugar durante horas fuera del horario escolar. Hasta ahí todo bien, pero todo empezó a perder el sentido cuando nos dimos cuenta de que no teníamos un sitio donde jugar, ya que ninguno tenía su casa libre normalmente. Teníamos que encontrar un sitio escondido para hacer todo esto, y el genio de TJ tuvo la maravillosa idea de colarnos en el colegio durante la noche. Según él, allí nadie nos va a encontrar a estas horas, y es un buen sitio ya que es grande y está un poco aislado de la zona más habitada de la ciudad. Además nos ha contado que los Lions se han colado más de una vez en el instituto por la noche para hacer alguna trastada y nunca les han pillado.

Al final no sé muy bien cómo ocurrió todo, pero decidimos aprobar el plan de TJ, supongo que tampoco teníamos muchas más opciones.

- ¿Y si nos pillan? - Klaus sigue con su pesimismo.

- ¿Cómo representa que nos pueden pillar? ¿Quién mierdas estaría en el colegio a medianoche? ¡Nadie! - se nota que TJ es el más seguro. - Mira, Leo y yo nos hemos colado en el colegio millones de veces con los Lions, ¡y nunca nos ha pasado nada! Si no pillaron a un equipo entero de béisbol, ¿cómo tienen que pillarnos a nosotros, si sólo somos cuatro?

- Agh, está bien... Vamos. - el pelinegro acaba cediendo.

Los cuatro entramos por una gran ventana que está a nuestra altura, y luego vamos al teatro del instituto. Ahora que tenemos todo el colegio para nosotros solos, podríamos ir a cualquier sitio, pero supongo que el escenario ya se está convirtiendo en nuestro sitio para jugar a esto.

Allí, Leo, que es él que esta vez lo lleva todo, saca de su mochila la caja del juego y lo preparamos todo para empezar a jugar.

...

Después de unos veinte minutos de estar girando la ruleta, leyendo las cartas, y cumpliendo los retos, al fin hemos terminado la partida de esta semana.

Tengo que decir, que cuando la semana pasada Klaus y TJ nos contaron lo que era la Red Roulette, pareció ser un infierno, pero yo no he presenciado nada perturbante todavía. En esta partida por ejemplo, no hemos tenido que hacer grandes sacrificios, de hecho, esta noche a nadie le ha tocado la casilla de las torturas.

A Klaus le ha tocado la casilla negra, la del amor, y le ha salido que tenía que pasarse toda la partida en ropa interior, algo que no le ha hecho mucha gracia.

Red RouletteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora