Red Roulette

Capítulo - 41

Cassie / En el campo de béisbol

Lunes 20 de noviembre - 15:09

Agh, ¡educación física es una tortura! Vale sí, soy una persona activa y ágil, por algo soy la capitana del club de animadoras, pero eso no significa que me guste dar millones de vueltas al campo, esto es agotador.

Lo único que hace esto entretenido es que puedo hablar con mis amigos a la vez que corro.

- Así que has invitado a Melanie al autocine. - le dice Leo a TJ.

- Sí, hace una semana ya. - le responde el castaño.

- Entonces, ¿te mola Melanie? - se ríe Bryce.

- Bastante. - sonríe TJ.

- Por favor, vuelvo a escuchar este nombre una vez más y os juro que os mato a los tres. - le digo yo, que ya me estoy hartando. - ¿Podemos no hablar de Melanie, por favor?

- Está bien, está bien... ¿Tú vas a ir al autocine, Cassie? - me pregunta el rubio.

- Pues claro, voy con Chris. ¿Y vosotros?

- Yo no tengo pareja todavía. - nos confiesa Bryce.

- Ni yo. - nos dice Leo, algo avergonzado. - No sé a quién pedírselo.

- ¡Claro que lo sabes, tío! Quieres ir con Gwen. - le molesta TJ con un tono picarón.

- Sí, sí... - le doy la razón. - Estás coladito por ella, ya nos dimos cuenta el sábado cuando la defendiste a muerte.

- ¡Eso no es verdad! ¡Qué tonterías! - niega el chico.

- Ya, tonterías... - se burla Bryce.

- Tú mejor cállate, ¿o quieres que hablemos de Ally? - le intimida Leo.

- Por favor, ella es solo mi profesora particular...

- ¿Y eso qué más da? ¡Estás loco por ella! ¡Pídeselo, anda! - le incita el rubio.

- Ni de coña.

- Oh, ¡venga! - le anima Leo. - Mira, si tú le pides a Ally que vaya contigo al autocine, yo se lo pediré a Gwen. - le propone. - ¿Trato?

- Trato. - estrechan manos. - Un placer hacer negocios contigo. - se ríe Bryce.

- ¡Por fin dais el primer paso! - exclamo yo. - Ya era hora...

- Ya te digo... - dice TJ. - Bueno, ¿hacemos una carrera o qué?

- Vale, a ver quién llega antes al cono rojo. - propone Leo.

- No, por favor, llevamos media hora corriendo en círculos, ¿y ahora queréis correr todavía más rápido? - les digo algo cansada.

- Sí, ¡será divertido!

- ¡Divertido para vosotros, que sois del equipo de béisbol! - les contesto.

- Bueno, ¡tú eres la capi del club de animadoras! - observa TJ.

- Para tu información, las cheerleaders bailamos y damos piruetas, ¡no corremos! - le contesto. - Bueno, haced vosotros la carrera, y yo ya os alcanzaré cuando os canséis.

- Está bien... - dice Bryce. - Pues chicos, ¡hasta el cono rojo! Preparados, listos, ¡ya!

Los tres se ponen a correr como si se fuera a acabar el mundo, definitivamente están locos... Así son los Lions.

Yo sigo corriendo a mi ritmo, pero de repente algo me distrae. Veo a Melanie sentada en las gradas sin hacer absolutamente nada. Pero, ¿qué hace allí? ¡Qué morro! Si ella se escaquea, yo también.

Me dirijo hasta las gradas, y luego subo hasta llegar a Melanie.

- ¿Se puede saber qué haces tú aquí? - me siento a su lado.

- Estoy resfriada. - me miente.

- Esto no te lo crees ni tú. - me río. - ¿Qué te pasa, Wöhler? ¿No te gusta el deporte?

- Lo detesto. Es la única asignatura que no se me da bien. - me cuenta.

- Vaya, qué modesta. - le digo en ironía.

- Perdón, no quería sonar así... - me dice con la mirada baja.

- Me he enterado de que vas a ir con TJ al autocine. - cambio totalmente de tema.

- Sí. ¿Estás celosa?

- ¿De ti? - me empiezo a reír. - Sigue soñando.

- Bueno, en el autocine no te vas a reír tanto. - su comentario me sorprende.

- ¿Por qué? ¿Vais a hacer manitas? - le respondo en un tono vacilón. - No sé por qué me dices esto, ¡si no te atreverás ni a besarlo!

- ¿De verdad crees que no soy capaz? - me hace dudar de mi misma.

- ¿Apostamos algo? - le reto.

- Vale, la que pierda la apuesta le debe un batido de cereza a la otra.

- Lo normal es apostar dinero, pero admito que lo del batido tiene su gracia... Acepto la apuesta, siempre y cuando mi ropa no acabe manchada como la última vez. - le recuerdo cuando me tiró un batido por encima.

Ambas nos reímos hasta que oímos la insoportable voz del profe de deporte.

- Cassie, ¿qué haces aquí? Melanie tiene permiso para estar en las gradas porque está resfriada, pero que yo sepa, tú estás perfectamente. - cruza los brazos. - Venga, ¡a correr!

Yo suspiro y me levanto para volver al campo, menudo palo...