Capítulo - 42

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Melanie / En casa

Sábado 2 de diciembre - 21:11

¡Por fin ha llegado el esperado día! O la esperada noche mejor dicho... Bueno, ¡da lo mismo! ¡Hoy voy al autocine con TJ! ¡Y me pidió él que fuéramos juntos! ¿Será que siente lo mismo? Ay, ¡no puedo esperar más!

- No me puedo creer que mi hermana pequeña vaya a tener su primera cita... - me dice Adeline  mientras me maquilla.

- No es una cita... El autocine va a estar petado, ¡no va a ser para nada algo romántico! - no sé si la quiero convencer a ella o más bien a mí misma, para no hacerme ilusiones.

- Claro que lo es, ¡y más si vais a ver Before Sunrise! - sonríe ella. - Bueno, me tienes intrigada porque todavía no conozco a este chico, ¡y quiero saber cómo es! Solo sé que se llama TJ, vaya nombre más cutre, por cierto.

- TJ es su apodo, en realidad se llama Theo James. - proununcio su nombre con elegancia, como si estuviera mencionando a un príncipe.

- Anda, ¡no me jodas! - se empieza a reír. - Bueno, su nombre no me importa, yo quiero saber quién es... ¿De qué lo conoces? ¿Es uno de tu pandilla? ¿Participa en el periódico del colegio contigo? ¿Es igual de listillo que tú? - creo que mi hermana tiene una idea muy equivocada sobre mi tipo de chicos.

- Es el guay del insti. - le interrumpo. - Juega en el equipo de béisbol del colegio, siempre la lía con sus amigos, y no hay nadie del Harvey que no lo conozca.

- Espera, ¿qué? - Adeline no es capaz de asimilarlo. - ¿Me estás diciendo que mi hermana pequeña, la niña buena, tiene una cita con el popu del insti? Dios mío, estoy flipando... Necesito explicaciones urgentemente.

- Bueno, pues... El primer día de instituto me ayudó a sacar un zumo de una máquina expendedora que estaba un poco rota, y me enamoré de él en un instante, fue un flechazo, y desde entonces hemos hablado bastante... Un día me invitó a ir con él y sus amigos durante el recreo, una vez me lo encontré en el Derry's Berries y fue superamable conmigo... - podría continuar, pero muchos de los momentos "románticos" que he compartido con TJ han ocurrido jugando a la Red Roulette, y no le voy a hablar a mi hermana sobre esto.

- Ya veo... - mi hermana no parece tenerle mucha fe a TJ. - Pues espero que valga la pena, porque normalmente los guays del insti son los que más ligan, y están supersalidos... ¡Ya me gustaría saber a cuantas se ha tirado esta semana!

- Bueno, tal vez esto que dices es cierto... Pero da igual, ¡no somos novios! Él puede hacer lo que quiera con su vida.

- Sí, ya lo sé... Pero ten cuidado, ¿vale? No voy a permitir que ningún chico juegue contigo, y ni mucho menos que te rompa el corazón. - la noto algo insegura.

- Puedes estar tranquila, TJ nunca me rompería el corazón.

- Está bien... Bueno, ya he acabado con el maquillaje, estás guapísima. - me mira orgullosa. - Anda, mírate al espejo y dime si te gusta.

Me levanto y me dirijo hasta el gran espejo que tengo en mi habitación, donde puedo verme de arriba a abajo.

La verdad es que Adeline ha hecho un trabajo impecable. Su maquillaje es perfecto, es muy bonito, pero a la vez natural, me encanta. Y encima también me ha prestado su ropa, ya que yo no tengo nada en mi armario para este tipo de ocasiones. Llevo un vestido azul celeste bastante ajustado, y por encima de este una chaqueta blanca, también me he puesto unas medias transparentes y unas botas formales. Sí, ya sé que estamos en diciembre y me voy a congelar, pero como bien dice mi hermana, "para presumir hay que sufrir".

De repente, suena el timbre, y eso provoca que mi corazón empiece a latir rapidísimo. Bajo las escaleras muy nerviosa y me acerco a la puerta. Joder, estoy temblando, creo que nunca había estado así, ¡ni siquiera en mi primer festival de patinaje! Abro la puerta y me lo encuentro a él, tan guapo como siempre.

TJ me mira de arriba a abajo asombrado.

- Dios, Melanie... Esta noche estás preciosa. Perdón, quiero decir, todos los días estás preciosa, ¡solo que hoy estás radiante! - noto cómo está intentando no cagarla, a lo que yo me río.

- Tú también vas muy guapo. - le devuelvo la sonrisa.

- ¡Muchas gracias! - se le escapa una risita nerviosa. - Bueno, ¿vamos?

- Vamos.

Los dos nos dirigimos hasta su coche, que está aparcado justo delante de casa. No entiendo mucho de coches, pero se nota que este no le ha salido barato... Es un descapotable cuyo color blanco no tiene ni una sola mancha, y además es un modelo bastante nuevo.

- ¿Este coche es tuyo? - le digo mientras él saca las llaves.

- Sí, lo tengo desde hace un año, me lo regalaron por Navidad.

- Qué raro, yo pensaba que Santa Claus solo traía regalos a los niños que se portaban bien. - bromeo.

- ¿Qué estás tratando de insinuar? - intenta parecer ofendido, pero su media sonrisa lo delata.

- Nada, nada... - me río. - ¿Entramos ya?

- Las damas primero.

A continuación, TJ se acerca a la banda del copiloto, abre mi puerta y yo entro al coche.

- Vaya, qué caballeroso. - él se ríe de mi comentario.

Acto seguido, TJ entra al coche, arranca y empieza a conducir en dirección al autocine.

¡Ay qué emoción! Es que ahora mismo no podría pedir nada mejor, ¡esta va a ser la mejor noche de mi vida! Eso sí, todavía tengo en mente la apuesta que tengo pendiente con Cassie, aquella en la que tengo que besar a TJ, pero bueno, no creo que esto vaya a suponer ningún problema, al contrario, va a hacer que la noche sea aún más memorable.

Red RouletteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora