Capítulo - 27

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TJ / En el teatro

Martes 31 de octubre - 23:30

Soy un idiota.

¿Cómo se me ocurrió jugar a la Red Roulette en la fiesta? Debí imaginar que esto traería muchísimos problemas. Es que no puede ser, mi mente todavía no asimila lo que acaba de ver.

Cassie y Melanie nos han pillado con la ruleta, por lo tanto, ya forman parte del juego. ¡Tenían que ser ellas! Joder, es que me siento fatal... Cassie era la última persona a quien le deseaba esto, puede tener sus cosas malas, pero es mi persona favorita, entre los dos nos entendemos, estamos hechos el uno para el otro. Por otro lado, Melanie, aunque la conozca desde hace unos pocos meses, es una persona con la que me llevo especialmente bien, y no tiene ni pizca de maldad, ¡ella no se merece esto!

Y lo peor es que las chicas siguen delante nuestro esperando respuestas, pero ninguno de nosotros sabe cómo empezar.

- Estáis sordos, ¿o qué? - habla la rubia, quien está perdiendo la paciencia. - ¿Qué puta mierda es esta?

- Vuestra peor pesadilla. - les responde Klaus. - Venga, vamos a sentarnos en círculo, y os lo contamos todo de arriba a abajo. Y puedes estar tranquila, Melanie, no os haremos daño. - le advierte a la chica después de notar su miedo.

Las palabras del moreno son órdenes, así que vamos al centro del escenario, donde hay la ruleta, y nos sentamos a su alrededor. Ahora que ya estamos colocados, nos queda contarlo todo desde el principio... A ver si son capaces de tomárselo todo con calma.

...

- ¡Vamos a morir todos! - grita Cassie horrorizada tras escuchar toda la historia de la Red Roulette.

- Madre mía... ¡Yo no voy a poder con esto! - Melanie está a punto de echarse a llorar.

No me parece exagerada la reacción de las chicas, les acabamos de contar que involuntariamente forman parte de un juego donde pueden salir heridas, y que no podrán dejar de jugar hasta que todos los retos se hayan cumplido. Y por no hablar de todas las consecuencias que pueden llegar a tener si no siguen las normas correctamente...

- Y es que encima no tenéis ni puta idea de quién es el chiflado que se encarga de todo este juego... - Cassie se estresa cada vez más. - ¿Y habéis dicho que tal vez nos espíen desde cámaras o microchips? ¿Pero dónde se ha ido nuestra privacidad? Es que yo no entiendo nada...

- A ver, es solo una teoría, de alguna manera esta persona tiene que saber si cumplimos nuestro reto. - le responde Gwen intentando calmar el ambiente.

- Ya, tiene lógica... ¡Pero todavía no entiendo cuál es el propósito de este juego! - se queja Melanie.

- Yo le caigo mal a mucha gente, y fui el primero en encontrar el juego. - hablo después de permanecer mucho rato en silencio. - Estoy seguro de que esto solo iba para mí, y todos vosotros no deberíais estar aquí. Y ya sé que me dijisteis que no podía sacar conclusiones todavía, ¡pero es que es demasiado evidente! Siempre he tratado mal a la gente, y seguro que más de uno se ha querido vengar, y es por eso que inventó este juego, para que yo lo encontrara.

- Lamento decirte, querido TJ, que no eres el centro del universo. - dice Cassie de repente. - Es totalmente imposible que el juego haya sido creado solo para ti. ¿Tú crees que si alguien te odia se molestará en hacer toda esta currada de juego con cientos de retos únicamente para ti? ¡No seas tonto! Además, si alguien te quiere joder, te jode a ti y ya está, pero no crearía un juego donde cualquiera que se lo encuentre tiene que sufrir, ¡esto no tendría ningún sentido! Una cosa así está pensada para putear a la gente, da igual a quién, la finalidad es fastidiar a aquel que tenga la mala suerte de toparse con la ruletita esta de las narices. - su comentario nos hace reflexionar a todos.

Esto que ha dicho es cierto, el juego no está hecho para nadie en concreto, por algo la primera norma de la ruleta dice que el que descubra la existencia del juego ya forma parte de él. Así que tal vez yo seré culpable de algunas cosas, sí, pero por lo menos el juego no iba para mí.

- Cassie tiene razón. - afirma Gwen. - Joder, nunca pensé que esto saldría de mi boca. - se empieza a reír junto con Klaus. - Entonces, esto ha sido creado por alguien que detesta a todo el mundo. Ya no tenemos que pensar que esta persona nos odia a nosotros, sino que directamente quiere joder a cualquier persona del insituto.

- Pues hay que estar loco para odiar a todos y querer hacer algo así. - opina mi amigo Leo. - ¿Quién coño puede odiar a todo el mundo?

- Ni idea. - le responde Klaus. - Todo esto es un misterio.

Después de esto nadie tiene nada más que aportar, así que Cassie decide dejar a un lado sus preocupaciones y sacar su lado más carismático.

- Así que habéis mencionado antes que la casilla negra es la del amor... - suelta una risilla traviesa. - Joder, pues si lleváis ya varios meses jugando a esto, imagino que ya os habréis liado todos con todos.

- Pues, la verdad es que no, por raro que parezca. - le respondo yo. - De hecho, no ha habido ni un solo lío.

- Madre mía... Al final va a resultar que mi papel en este juego sí que va a ser de suma importancia. - se ríe. - Venga, ¿jugamos ya?

- Sí, que nos estamos enrollando demasiado... - afirma Klaus. - Venga, empiezo yo.

El chico gira la ruleta y obtiene como resultado la casilla de los secretos, así que coge una carta blanca y lee la pregunta que tiene que responder.

- «¿A qué jugador de la Red Roulette le desearías la muerte?» - el chico nos mira a todos, pero no tarda mucho en pensárselo. - A TJ, evidentemente.

- Oh, ¡qué amable! - su comentario no me sorprende en absoluto, porque a pesar de que cada vez nos llevemos mejor, le sigo cayendo un poco mal. - Venga, ahora voy yo.

Me acerco a la ruleta y la hago girar con fuerza, hasta que me toca la casilla del amor, hoy he tenido suerte.

- ¡Vamos! - tomo una carta negra para leerla en voz alta. - «Quítate una prenda.»

Miro todo mi atuendo para pensar qué es lo que me puedo quitar. Esta noche tan solo llevo una gran tela blanca que me cubre todo el cuerpo, y un pañuelo en la cintura que hace la función de un cinturón, y bueno la ropa interior y el calzado, evidentemente. Opto por quitarme el pequeño pañuelo, pero antes de poder hacerlo, la rubita que tengo al lado decide opinar.

- Bah, vaya panda de sosos, ¡normal que todavía nadie se haya liado en este juego! - Cassie me juzga con la mirada. - En serio TJ, ¿el pañuelo? Te creía más atrevido.

- Ay, ¡déjalo! - salta Melanie. - Que se quite lo que quiera. - me defiende.

- Joder Wöhler, si estás deseanado que se quite la tela que lo cubre enterito, no te hagas la tonta. - uy, ahora parece que Melanie está interesada en mí.

- No sé de qué me hablas. - le responde la chica poniéndose roja.

- Bueno, está bien. - hablo finalmente. - Vamos a jugar con fuego esta noche.

A continuación me quito la larga tela blanca que me cubre todo el cuerpo, quedando en ropa interior... Estar así frente a todos no me molesta para nada, al contrario, así presumo de mis abdominales.

- Ahora es cuando el juego empieza a tener gracia... - se ríe Cassie. - Ahora me toca a mí, ¿no? - dice mirando el orden que estamos siguiendo.

Todos asentimos y la chica gira la ruleta con emoción. Esta se detiene en la casilla de los secretos, así que la chica toma una carta blanca.

- Ay, mira qué bien, ¡la carta combina con mi disfraz! - esta chica es de lo que no hay. - Bueno, voy a leer lo que dice... «¿Quién fue la última persona a la que besaste?» - la chica se queda un rato pensando hasta que finalmente contesta. - Fue Jacob creo, hace casi una hora... Ah no, ¡perdón! Fue Logan, a este me lo tiré poco antes de enterarme de todo esto.

- No necesitamos detalles, gracias. - le responde Melanie en un tono repelente. - Ay, que ya es mi turno, ¡qué horror! - dice al darse cuenta de que es la que sigue después de Cassie.

La alemana, muy asustada, gira la ruleta con fuerza y esta empieza a dar vueltas muy rápidamente. Poco a poco la velocidad de la ruleta empieza a disminuir hasta detenerse en una casilla roja, la de las torturas. 

Red RouletteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora