Bryce / En casa
Lunes 25 de diciembre - 12:05
Por fin ha llegado el mejor día del año, ¡ya es Navidad! Cada año toda nuestra familia pasa la Navidad en una casa distinta, pero justo este año celebramos esta festividad en nuestra casa.
Mis abuelos han sido los primeros en llegar, siempre lo son. Mi abuela, como todos los años, se encarga de la comida, así que ya se ha instalado en la cocina para prepararlo todo. Mi padre la ayuda, es como su pinche, y entre los dos forman un gran equipo, siempre pensaré que son los mejores cocineros del mundo.
Mientras, mi abuelo, mi madre y yo estamos jugando a un juego de mesa que nos ha traído "Santa Claus", hasta que el timbre suena, parece que ya ha llegado más gente. Nos levantamos y recibimos a mis tíos y a sus tres hijos, es decir, mis primos.
- ¡Bryce! - Billy, el más pequeño, que tiene cinco años recién cumplidos, me abraza nada más entrar.
- ¿Cómo estás, campeón? - lo cojo en brazos. - ¡Has crecido mucho desde la última vez que nos vimos!
Antes de que él responda, Maddy, la mediana de sus hermanos, que tiene nueve años, me enseña una Barbie.
- ¡Mira lo que me ha traído Santa! ¡Es genial! - dice muy ilusionada.
- ¡Ala! ¡Qué chula! ¿Ya le has puesto nombre? - le pregunto yo.
- Sí, se llama Ally. - tiene que ser una broma.
- Qué nombre más bonito... - digo a punto de echarme a reír. - ¿Y tú qué? - le digo a Parker, el mayor de los hermanos, que tiene trece años y está superenganchado a su consola.
- ¡Mierda! Hostia puta, ¡joder! ¡Me han matado! - dice Parker indignado y luego guarda su consola. - Feliz Navidad, Bryce. - me dice más calmado y alegre y yo le sonrío.
- Venga, vamos a jugar a algo todos, pero antes saludad al resto de la familia. - les digo a mis primos.
...
Joder. Estoy agotado, hemos jugado al pillapilla, al escondite, a sardinas en latas, y yo no sé como mis primos pequeños todavía no se han cansado. En fin, abandono sus juegos durante un rato, y se quedan ellos tres jugando por toda la casa. Yo permanezco en la sala de estar, leyendo una revista de deporte, cuando de repente suena el timbre. Oh, creo que ya sé quién llama. Es mi primo mayor, el chulo de la familia, el que nunca llega temprano a los eventos familiares y siempre hace lo que le da la gana, y ahora voy a tener que abrirlo yo, que soy el que está más cerca de la puerta.
Me levanto con muy pocas ganas y le abro, y en cuanto me ve me dedica la típica sonrisa de capullo integral.
- ¡Ey, primito! - me de un pequeño golpe en el hombro con su puño para saludarme. - Hacía mucho que no nos veíamos... ¿Ya has conseguido novia, o qué? - me dice en un tono burlón.
- No. - le respondo seco.
- Lo sabía. ¡Qué pringado que eres! - se ríe de mí.
- Bueno, no estás tú para hablar de relaciones, que te recuerdo que tú y tu ex lo dejasteis hace pocos meses, así que deja ya de burlarte. - le replico.
- Cállate, que estos temas no son de tu incumbencia. - me dice muy serio. - Bueno, voy a saludar a los abuelos... Feliz Navidad, Bryce.
- Feliz Navidad, Steve.
Sí, Steve es mi primo. El Steve que todos conocemos, sí, el ex de Gwen, el imbécil que la agredió, y el gilipollas que todos odiamos, ese mismo. Nadie, absolutamente nadie, ni siquiera mis mejores amigos saben esto, y no quiero que se sepa en ningún momento.
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Red Roulette
Mystery / ThrillerEn todos los institutos siempre hay los mismos grupos: los populares, los raros, los listos, los buenos, los malos... Todos los alumnos ya tienen su etiqueta y nunca se dirigen la palabra con los que no son de su sector. Sin embargo, la aparición de...