Capítulo - 34

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Bryce / En los recreativos

Viernes 10 de noviembre - 23:04

Sinceramente, yo ya no sé si mis amigos pertenecen al grupo de los populares, o al de los raros, porque cada día hacen cosas más extrañas...

Esta tarde les he propuesto ir a los recreativos por la noche, pero los tres me han puesto excusas. Leo ha dicho que tiene una cena familiar, TJ nos ha contado que esta noche ha quedado con una tía, y Cassie nos ha comentado que Chris venía hoy a su casa, supongo que para hacer lo que todos ya nos imaginamos.

En fin, he estado a punto de quedarme en casa, pero al final he decidido ir a los recreativos yo solo. Sí, solo, porque soy una persona muy abierta y sé que a pesar de venir sin compañía, saldré de allí con algún amigo.

Ahora mismo, me estoy peleando con una de esas máquinas donde puedes obtener un peluche utilizando una garra de metal para conseguirlo. Llevo más de cinco intentos y todavía no he sacado nada, ¡eso es imposible!

- Mucha agilidad para el deporte, pero poca para estos jueguecitos. - oigo una voz femenina detrás de mí.

Me giro y veo a Ally riendo, que por lo visto lleva un rato observándome.

- ¿Ally? ¿Qué haces aquí?

- He venido con mis amigos. - me comunica. - ¿Y tú?

- Tristemente, he venido solo porque mis amigos están ocupados. - le respondo con la mirada baja.

- Bueno, todos no. - me contesta insinuando que ella está disponible.

- ¡Entonces he tenido suerte! - me río.

- ¿Puedo intentar sacar un peluche? - me pide y yo cedo.

- Sí, claro... ¡Aunque te advierto de que esto es muy difícil!

- La palabra "difícil" no aparece en mi diccionario personal. - mete una moneda para empezar a jugar.

La chica, muy concentrada, controla la garra con precisión, y en poco tiempo logra sacar un algo de la máquina.

Ella lo toma y me lo da, y veo que es un peluche de un león muy tierno.

- Toma, te lo puedes quedar. - yo le sonrío agradecido. - Es un Lion, como tú.

- Sí, ¡este es de los míos! - ambos nos empezamos a reír. - Venga, ahora te voy a enseñar yo lo que se me da bien en este lugar.

...

- ¿En serio, Bryce? ¿Dar golpes? ¿Esa es tu cualidad? - se burla Ally mientras juego en una máquina donde tengo que golpear con un martillo los botones que se van iluminando.

- Impresionada, ¿eh? - le hago una mirada seductora muy forzada, de esas que no son para ligar, sino para hacer reír.

- ¡Sí, sí! Se nota que eres un buen bateador en el equipo de béisbol.

- ¡Pues claro! Mira, ¡doscientos puntos! ¡Bien! - doy saltos de exaltación mientras ella me aplaude.

Los dos abandonamos la máquina para jugar a otra cosa, pero de repente, me cruzo con Chris, algo verdaderamente extraño, ya que se suponía que había quedado con Cassie.

- ¡Ey, Bryce! ¿Cómo estás? - nos saludamos con un choque de manos. - Veo que triunfas en el amor, ¿eh? - dice con una sonrisilla traviesa después de ver que estoy con Ally.

- Ay, que pesadito... - suspiro. - Oye, ¿pero tú no estabas en casa de Cassie?

- ¿Yo? ¿En su casa? - se empieza a reír. - ¡Ojalá!

- ¿Cómo? - cada vez estoy más confundido. - Pero entonces, ¿tú y ella no habéis quedado hoy?

- Que va, tío. Si Cassie me hubiera invitado a su casa, ¿tú crees que yo estaría aquí, en los putos recreativos? - niega con la cabeza. - No sé quién te ha contado esto, pero es raro que corra un rumor que yo desconocía hasta ahora.

- Sí, sí... - me río incómodamente. - Pues ha sido solo un rumor.

Me despido de Chris y me voy con Ally.

- Dios, no entiendo nada. - me quejo. - ¿No te parece extraño que ninguno de mis tres mejores amigos haya podido quedar esta noche? ¿Y no es aún más raro que Cassie me haya mentido sobre esto de ella y Chris?

La morena no me responde, la observo de reojo y la noto pensativa.

- Sí... Pero, ¿sabes que es todavía más extraño? - yo me quedo callado esperando a que vuelva a hablar. - Esta noche todos mis amigos han podido quedar, todos menos Melanie.

Los dos cruzamos miradas, y sin decir absolutamente nada, nos leemos la mente.

- Justamente, estos cuatro son los que perdimos de vista en la fiesta de Halloween. - me quedo confuso a la vez que sorprendido.

- Exactamente. - afirma la chica. - En la fiesta desaparecieron y no los volvimos a ver en toda la noche, y ahora, casualmente, todos tienen planes el mismo día y a la misma hora.

- Está claro que están escondiendo algo... ¡Y me ofende que no hayan contado conmigo para aquello que estén tramando! - protesto.

- Sí, sí... Lo que no entiendo es qué pinta Melanie en todo esto. Tus amigos pertenecen a un mismo grupo, pero ella no. - reflexiona.

- Ya, menudo lío... Tenemos que descubrir qué es lo que hay detrás de todo esto. - propongo. - ¡Tenemos que espiarlos y estar atentos a todo lo que hacen!

- De eso nada. - se opone. - Haciendo eso solo vamos a conseguir problemas, te lo digo yo.

- Vale, ¿entonces qué idea tienes, si se puede saber?

- ¡Pues hablar con ellos! Son nuestros amigos, lo que sea que estén tramando nos lo pueden contar, y si no lo quieren hacer, tal vez sea por algo. - me explica, en el mismo tono que utiliza cuando me da clases.

- ¡Siempre le quitas la gracia a todo!

- Solo soy prudente.

- Lo que tú digas, water-parties... Entonces, ¿el lunes durante el recreo hablamos con ellos?

- Sí, intentamos reunirnos los seis, y les contamos que ya sabemos que nos esconden algo.

- Está bien... ¿Crees que nos lo van a explicar? - le pregunto curioso.

- No lo sé, esperemos que sí. 

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