Capítulo - 12

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Gwen / En el aula A

Jueves 7 de septiembre - 17:00

¡Uf! Por fin ha sonado el timbre, cosa que significa que el profesor Brown ya se puede meter su aritmética por el culo, y los alumnos ya nos podemos pirar de este sitio tan asqueroso.

Recojo rápido para irme ya, pero cuando salgo al pasillo noto como alguien me coge de la mochila para detenerme. Me giro y sorprendentemente veo que el idiota tira-mochilas es Leo.

- Tú, ¿pero qué haces? - le grito en medio del pasillo.

- Tenemos que hablar. - me dice sin ningún tipo de expresión.

- ¿Sobre droga? - me río pero él permanece serio.

- No, ven. - me pide y le hago caso.

Mientras todos los alumnos corren hasta la salida del colegio, nosotros vamos en dirección contraria, hasta llegar a unas escaleras que bajan hasta el escenario del colegio.

- ¿Qué vas a hacer ahora? ¿Una obra de teatro? - le pregunto en un tono vacilón.

- No bromees, que esto es serio. - se empieza a picar el rubito. - Te he llevado hasta aquí porque este es un sitio donde nadie nos puede oír.

- Bueno vale, pues déjate de rodeos y cuenta ya lo que me tengas que contar. - soy muy clara y sincera, como siempre. - Pensaba que me querías hablar sobre la EPO, ya que es nuestro único tema de conversación, pero antes me has dicho que no, así que me tienes intrigada.

- Quiero hablarte sobre nuestros mejores amigos. - esto era lo último que me esperaba.

- ¿Sobre Klaus y TJ? - le pregunto para ubicarme bien.

- No, sobre Antonieta y María Isabel. - me dice en ironía.

- Ay, perdón por preguntar. ¿Bueno, y qué pasa con ellos? - antes de que él me pueda contestar, me respondo a mí misma. - A ver, no sé si es esto sobre lo que quieres hablar, pero he notado que últimamente hablan a menudo, y no se pelean. Esto es muy raro en ellos.

- Sí, es ahí donde yo quería llegar. - me apunta con el dedo. - Veo que tú también lo has notado... El caso es que han estado pasando cosas muy raras entre ellos dos.

- ¿Estan liados? - es lo primero que se me viene a la cabeza, pero al ver que Leo me mira raro, deduzco que no estoy en lo correcto.

- ¿Qué? ¡No! Bueno, al menos que yo sepa, pero lo dudo mucho... Yo hablo sobre otra cosa.

- A ver, cuéntame.

- Como ya sabes, la semana pasada Klaus y TJ estuvieron castigados de cinco a seis, limpiando este sitio. - yo asiento con la cabeza siguiéndole el ritmo. - Pues cuando su castigo terminó y se fueron del colegio, TJ me llamó, y me dijo que él y Klaus habían encontrado una cosa super extraña en el teatro. Antes de que me pudiera contar nada, una pelota de béisbol...

- Sí, sí. - le interrumpo. - Esa historia ya me la sé, me la contó Klaus, que precisamente fue TJ el que le informó sobre esto. - le digo para que no tenga que contármelo todo.

- Vale, pues esto que ocurrió fue muy raro, pero más raro estuvo TJ esa tarde. Cuando llegué a su casa y lo curé, le pregunté por lo que me quería explicar en la llamada, y me dijo que aquella cosa tan interesante que habían encontrado era una rata muerta.

- Bah, eso es mentira. - digo segura. - El teatro de la escuela está un poco desordenado, sí, pero nuestra escuela es privada y nadie dejaría que entraran ratas al colegio... Aparte, en este barrio no hay ni siquiera ratones.

- Exactamente. Yo al principio lo creí, pero luego me puse a pensar y vi que aquello no tenía sentido. Además me dijo que lo que habían encontrado era raro y divertido a la vez, y ya me dirás dónde ves tú la gracia en una rata muerta. - se encoge de hombros y suspira.

- Vaya, que se encontraron algo super misterioso que TJ te quería contar, pero después de lo que sucedió con la pelota prefirió mentir sobre ello. - hago una pequeña recapitulación.

- Exactamente, han encontrado algo que quieren esconder al resto, y es por eso que últimamente están más unidos. Y otra cosa importante es que TJ cambió de opinión después del accidente con la pelota, por lo tanto, tal vez este suceso está relacionado con lo que encontraron. - observa el chico.

- Sí, sí, entiendo por donde va la cosa... - veo qué el se alegra al ver que lo he pillado todo muy rápido.

- Ah, y otra cosa importante es que la pelota tenía dos erres escritas a mano, y cuando TJ lo vió se puso muy nervioso. - se acuerda.

- Joder, hay muchas cosas sin explicaciones pero está claro que todas estan relacionadas. - doy un largo y profundo supiro. - Es por eso que has recurrido a mí. Porque soy amiga de Klaus, y mientras que tú puedes averiguar cosas sobre TJ, yo puedo hacer lo mismo con él. - Leo asiente con la cabeza. - Oye, y aparte de mí, ¿le has contado esto a alguien más?

- No, porque a pesar de que Bryce y Cassie son mis mejores amigos, creo que no son lo suficientemente maduros como para entender esto, y creerían que solo son películas que me monto. Además, ellos no me podrían ayudar con Klaus y tú sí. - me explica y yo me siento halagada ya que me considera una persona madura, a pesar de que literalmente me dedico a vender droga. - ¿Y a dónde quiero llegar con todo esto? Pues me gustaría averiguar qué es lo que esconden estos dos, y creo que tú me podrías ayudar con ello, ¿te apuntas?

- Teniendo en cuenta que mi vida es un aburrimiento y necesito algo interesante con lo que entretenerme, sí, me apunto. - veo el brillo en sus ojos al ver que ahora ya no está solo en su investigación.

- ¡Muchas gracias, necesitaba a alguien para hacer esto! - me da un abrazo no muy largo porque me alejo de él en seguida.

- Pues Leo, una cosa, ya que estamos en el mismo sitio donde ellos encontraron esta cosa tan misteriosa, podríamos aprovechar y mirar la zona muy por encima, a ver si encontramos algo sospechoso. - le propongo.

- Vale, sí, me parece perfecto.

Los dos nos paseamos un poco por este grande lugar y no tardo mucho en encontrar una cosa un tanto peculiar. En el suelo veo una carta roja, donde pone «torturas», algo muy siniestro, la verdad. La tomo y la giro para ver si en su otra cara hay algo más escrito y así es. En esta otra parte de la carta pone «Coge el objeto afilado que tengas más cerca y con él hazte un pequeño corte en la mano». Uy, me parece que ya hemos dado con el clavo. No sé qué cojones es esto, pero no es normal.

Llamo a Leo, y le enseño la carta, y se queda igual de asombrado que yo.

- Está claro que esta carta tiene algo que ver con ellos. Esto es igual o incluso más extraño que los factores que hemos mencionado antes. - le doy la razón.

- Mira, no sé qué están tramando estos dos, pero algo bueno no será, te lo digo yo. Hay que tenerlos vigilados.

- Sí, a partir de ahora tendremos que fijarnos en ellos todo el tiempo, no podemos perdernos ni un solo detalle.

Red RouletteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora