Ally / En el pasillo
Lunes 28 de agosto - 8:12
Hoy he empezado mi último año en el Harvey, y aunque es triste saber que después de este último curso ya no voy a ver más a mis compañeros, en el fondo me alegro un poco. Llevo once años en este colegio y hay algunas personas que me cansan mucho, desde luego...
Ahora, por ejemplo, nada más llegar, nos hemos encontrado con todas las taquillas llenas de posits, cada una tiene un mensaje distinto. En el posit que han puesto en mi taquilla había escrito «la lista», porque este siempre ha sido mi papel en el instituto, el de empollona. Tampoco me quejaré, porque he echado un ojo a algunos que otros posits, y había cosas escritas de muy mal gusto...
En fin, como buena lista, empollona, y mimada de los profes, ahora mismo no estoy en clase, tengo una misión especial.
Resulta que este año ha venido una alumna nueva, Melanie Wöhler, que es mitad alemana y mitad estadounidense. Tras vivir nueve años en Alemania, su familia decidió volver a Estados Unidos, ya que de cara al futuro, vivir aquí le vendría mejor.
Durante esta primera hora, mi cargo es enseñarle a Melanie toda la escuela y explicarle un poco como funciona aquí nuestro sistema educativo.
- Mira, esto es el laboratorio. - le enseño el aula. - Ahora no hay nadie porque todos están en su clase, pero venimos a menudo, y las clases aquí son bastante guays.
- Madre mía... ¡Es enorme! Esto es tres veces más grande que el laboratorio que teníamos en mi antiguo insti. - se ríe la chica, que por cierto me parece super simpática.
Después de enseñarle más rincones del aula, salimos al pasillo otra vez.
- Oye Ally... - me dice Melanie mirando las taquillas con confusión. - No te he preguntado esto antes porque me daba corte, pero... ¿Qué son estos posits que hay aquí colgados?
- No lo sé. - suspiro en una pequeña carcajada. - La gente del Harvey es así, cada día con una cosa distinta... Se ve que alguien se ha dedicado a poner un mensajito a cada alumno del colegio, y a pesar de que la mayoría son normales, hay algunos que se pasan de la raya.
- Ya te digo... - me contesta Melanie mientras lee un posit. - Aquí hay una que le han puesto «la puta», pobre chica...
Miro la taquilla que está observando y me doy cuenta de que es la de Cassie Paige, una de las chicas más imbéciles que he conocido nunca.
- No sientas pena por ella, es un asco de persona. - le informo con una clara seriedad. - Cassie es una chica que se mete con todo el mundo, y si le dicen puta, es por algo... Se ha tirado a medio instituto, no bromeo.
- Ah, vale... - dice con la mirada baja. - Pero si es tan mala persona, ¿cómo ha conseguido tirarse a tanta gente? - su pregunta me hace reír.
- Pues porque estamos en 1995 y a los tíos se la suda la buena gente, ellos solo buscan chicas guapas con culo y tetas, básicamente lo que tiene Cassie. - me encojo de hombros. - Porque por mucho que odie aceptarlo, esta chica es guapísima... Ya la conocerás, porque va a nuestra clase.
- Vale, vale... - dice asustada, como si hubiera deseado no haber preguntado nada. - Bueno, ¿a dónde vamos ahora?
- Al aula de arte, esta te va a encantar. - le sonrío.
Las dos cruzamos el pasillo y antes de que podamos llegar al aula, oímos unos ruidos que provienen de los baños.
Las dos nos miramos confundidas, y sin decirnos nada , cambiamos de dirección para ver qué sucede allí. Entramos a los baños, y al ver lo que ocurre, rápidamente salimos pitando. Había un chico y una chica enrollándose, y para colmo, la chica era Cassie, muy oportuna como siempre.
Cuando las dos ya estamos en el pasillo de nuevo, nos empezamos a reír carcajadas.
- Ay dios mío, ¿esto también es normal? - me pregunta Melanie todavía riendo.
- Sí, la verdad... - le digo yo casi sin aire. - Lo mejor es que la chica era Cassie. - las dos nos empezamos a reír todavía más.
- ¡Tiene que ser una broma! - Melanie se ríe todavía más. - Este instituto es flipante... ¡Qué maravilla!
- ¡Sí, sí, sí! - todavía me persigue la risa tonta. - Buah Melanie, sé que te conozco desde hace menos de una hora pero es que me estás cayendo genial... ¿Quieres venir hoy conmigo y mi grupo de amigos al recreo? - le propongo.
- Sí, ¡claro! ¡Tú también me caes muy bien! - me dice con sinceridad.
- ¡Vale, perfecto! Pues ya te enseñaré nuestro rincón, está en la zona de la pista de béisbol, justo debajo las gradas. - le informo con entusiasmo.
- ¡Vale, guay! - me responde emocionada.
Después de esto le sigo enseñando el resto del edificio en lo que queda de hora.
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Red Roulette
Mystery / ThrillerEn todos los institutos siempre hay los mismos grupos: los populares, los raros, los listos, los buenos, los malos... Todos los alumnos ya tienen su etiqueta y nunca se dirigen la palabra con los que no son de su sector. Sin embargo, la aparición de...