Capítulo - 14

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Leo/ En el teatro del colegio

Viernes 8 de septiembre - 10:21

- ¿Quién quiere empezar? - pregunto yo, a ver quien es el valiente que se atreve a girar la ruleta primero.

- Yo si queréis. - se ofrece TJ. - Ya he sufrido bastante con este juego, así que espero cualquier cosa.

Mi amigo se acerca a la ruleta y la hace girar, hasta que esta apunta a una casilla blanca, y noto un gran alivio en su faz.

- Oh, ¡qué bien! ¡Me ha tocado la menos peligrosa! - a continuación el chico coge una carta de color blanca para leerla en voz alta. - «¿Con qué profesor o profesora de este colegio mantendrías relaciones sexuales?»

Después de oír esto, todos nos echamos a reír. Este juego da mal rollo, sí, pero también tiene su otra cara más picarona, su parte juvenil.

- A ver, todas nuestras profesoras tienen más de cuarenta tacos, excepto la de biología, que tiene como treinta, así que con ella, Miss Harrison. - creo que todos los de aquí hubiéramos respondido lo mismo, bueno, Gwen no, ella probablemente hubiera elegido al joven y apuesto profesor de deporte.

Tras comentar un poco su respuesta, seguimos con el juego siguiendo el orden en el cual estamos sentados.

- Ahora voy yo, ¿no? - pregunta Klaus y asentimos con la cabeza.

El pelinegro hace girar la ruleta y esta se detiene en una casilla blanca, al igual que TJ.

- ¡Vaya suerte qué tenéis! - les digo alegrado por ellos.

- Sí, sí, esto me tranquiliza... - me responde Klaus mientras toma una carta de los secretos. - «¿Con quién te diste tu primer beso?» - el chico lee la carta con cara de desagrado.

- Tu madre no cuenta, ¿eh? - se burla TJ, ya que duda mucho que el chico haya dado su primer beso.

- La mía no, pero la tuya sí. - el comentario de Klaus nos hace reír a todos, incluso a TJ. - Bueno, ahora hablando en serio, si que he dado mi primer beso. - esto no nos lo esperábamos. - Fue en sexto grado, con... - el chico mira a Gwen y ella muestra una vergüenza muy notable. - Fue con Gwen.

- ¿Qué? - dice TJ riendo a la vez que alucina, al igual que yo. - ¿Os habéis liado?

- ¡Claro que no! Solo nos dimos un pico, ¡teníamos doce años! - le contesta Gwen un poco molesta. - Y lo hicimos por curiosidad y no por amor, nunca ha habido nada más entre nosotros. Siempre hemos sido amigos y ya está. - nos explica y Klaus le da la razón. - Venga, ¿a quién le toca ahora cumplir el reto? Ah, a mí. - dice con una gran desilusión.

La castaña le da un impulso a la ruleta para que gire, y después de unas cuantas vueltas esta termina en una casilla negra, la del amor, que hasta ahora todavía no había salido, por lo que me han contado Klaus y TJ.

- Uy, uy, uy... ¡Esta es la casilla del salseo! - comenta TJ con una risilla traviesa.

Gwen ignora completamente su comentario y pone los ojos en blanco. Acto seguido coge una carta negra y la lee en voz alta.

- «Deja que el jugador que tienes a tu derecha te de un beso donde él quiera». - mira por donde, me ha tocado a mí. - Joder, ¿esto es una broma? ¡Prefiero el reto de cortarme las venas a que este tío me de un beso! - me mira con desprecio.

- Perdona pero te me calmas, ¿eh? - le respondo un poco ofendido por su comentario.

- Bueno, ¡perdón! Es que no me gusta esto, ¿vale? - dice nerviosa. - Bueno hazlo ya, y así acabamos rápido con esta mierda.

Yo me acerco a ella y la analizo de arriba abajo para pensar donde darle el beso.

- Te recuerdo que tengo novio, así que ni se te ocurra darme un beso en algún sitio donde no tienes que darlo. - me advierte.

- Que sí, ¡pesada! - le respondo harto de sus quejas.

A continuación me aproximo mucho más a ella, y dejo que solo haya centímetros entre nuestros labios. Evidentemente no la besaré en la boca, porque soy buena gente y respeto su relación, pero como antes me ha tratado un poco mal, quiero asustarla un poco.

Gwen se queda muda, pero con su penetrante mirada me insulta de todas las maneras posibles, sé que si le llego a dar un beso allí me va a matar. Como no quiero hacerla sufrir más no tardo en darle un beso en un sitio poco problemático, su mejilla. Después de esto la chica no tarda en gritarme.

- ¿Tú de qué coño vas? ¡Te he dicho que tengo novio! - se nota que está verdaderamente enfadada conmigo.

- ¡Pero si te he dado un beso en la mejilla! - le respondo con el mismo tono.

- Ya, y eso de acercarse tanto a mis labios era necesario también, ¿no? ¡Un poco más y rozamos sin querer! - cruza los brazos.

- Eso lo he hecho para acojonarte, porque no me ha gustado como me has tratado antes. - me excuso pero ella me mira con odio.

- Eres un idiota.

- Y tú una imbécil.

- Bueno, ¡ya vale! - Klaus intenta calmar la situación. - Venga, ¡acabemos ya con esta partida! Leo gira la ruleta.

Hago lo que me pide, y parece que el karma aparece en su máxima expresión, porque la ruleta se ha detenido en la casilla de las torturas.

- ¡Pff! ¡Lo que me faltaba! - con rabia, cogo una carta roja y la leo. - «Deja que el jugador que tienes a tu izquierda te de un golpe donde él quiera.» - muy oportuna esta carta.

Gwen, la jugadora de mi izquierda, se ríe con maldad y se acerca a mí para hacer lo mismo que he hecho yo antes con ella, analizarme para pensar dónde darme el golpe.

- Está bien, Leo levántate. - me ordena y no me gusta su entonación.

- ¡No, no! No piensas darme una patada ahí abajo, ¿no? - le digo muy asustado. - Gwen, ¡allí duele que te cagas!

Gwen ni se molesta en escucharme y se prepara para su golpe, así que para no ver la escena, decido cerrar los ojos para solo sentir el dolor. Estoy alarmado porque sé que está muy enfadada conmigo y me va a dar una patada fuerte y en el peor sitio, pero de repente, solo noto una pequeña bofetada en la mejilla. Vuelvo a abrir los ojos y la veo riéndose.

- ¿Qué te pensabas? No soy tan mala... - todavía no asimilo lo que acaba de pasar.

- Eres tonta, ¿no? - le digo enfadado.

- ¿Tonta yo? ¡Pero si he hecho lo mismo que me has hecho tú! Solo he querido hacerte creer que te daría el golpe en la peor parte de tu cuerpo, y al final solo te lo he dado en la mejilla. - empiezo a entrar en razón.

- Es verdad, ¡tío! - se ríe TJ. - Habéis hecho lo prácticamente mismo, solo que ella se ha ganado un beso en la mejilla y tu una pequeña bofetada en el mismo sitio. Yo aquí veo amor... - ya está mi amigo metiendo más mierda.

- Uy sí, ¡estamos super enamorados! - digo en un tono cursi forzado.

Justo antes de que alguien más pueda opinar sobre el tema, el timbre suena, así que todos recogemos el juego y abandonamos el lugar para ir a nuestra aula.

Red RouletteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora