Capítulo - 29

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Klaus / En los pasillos

Jueves 2 de noviembre - 7:58

Hace dos días que no sé nada de Gwen. La última vez que la vi fue en la fiesta de Halloween, cuando jugábamos a la Red Roulette. Estoy preocupado, ya que se fue sin llegar a cumplir su reto semanal, así que habrá recibido un severo castigo.

Encima, como ayer era festivo, no tuvimos clase y no nos vimos, y la llamé mil veces, pero no me cogió el teléfono. Por suerte, ahora la veré y podré hacerle todas las preguntas que no le he podido hacer hasta ahora.

Estoy guardando mis pertenencias en la taquilla, cuando veo a Gwen pasar por los pasillos dirigiéndose hacia mí. La miro de arriba abajo, pero no le veo ningún daño físico, algo que me extraña, ya que cuando TJ recibió el castigo, al día siguiente vino al instituto lleno de rasguños y cortes por toda la cara.

- Tengo que hablar contigo. - percibo que está algo nerviosa. - Ven, vamos a otro sitio, que aquí hay demasiada gente.

- Está bien, yo también quería que habláramos.

Los dos vamos un momento a los baños masculinos, y no, no es raro que una chica esté en este baño, en el Harvey todo el mundo se lía en los lavabos, así que millones de chicas ya han estado aquí antes.

- Uf, ¡menuda peste que hace aquí! ¡Los tíos meáis en todos sitios menos en el váter! - dice asqueada mientras procura no pisar ninguno de los papeles mojados que hay en el suelo. - Bueno, intentamos ir rápido que si alguien entra, esto se va a complicar...

- Sí, sí... Bueno, ¿qué me tienes que decir? - le pregunto muy intrigado.

La chica no responde, solo se quita la chaqueta de cuero que siempre lleva puesta, quedándose ahora en manga corta. Observo que tiene sus brazos llenos de moratones, supongo que esto debe de estar relacionado con el castigo de la ruleta.

- Hostia puta... Esto es por la ruleta, ¿no? ¿Cuál fue tu castigo? ¿Cómo obtuviste todos estos moratones? - me estoy empezando a preocupar.

Antes de que Gwen pueda abrir la boca para poder responderme, la puerta se abre y los dos nos alertamos. Vemos a Leo entrar tranquilamente silbando y en cuanto nos ve se detiene. Primero asimila la situación, creo que encontrarnos a los dos juntos en los baños no era precisamente lo más esperado, pero ver a Gwen llena de moratones ha sido aún más chocante para él.

- ¿Qué es esto? - señala los brazos de la chica con la barbilla. - ¿Esto es por no haber cumplido tu reto? Ha sido por la Red Roulette, ¿verdad?

Es aquí cuando Gwen se queda callada y da un profundo suspiro, creo que no está mentalmente preparada para hablar ni nosotros para escuchar.

- Me lo hizo Steve. 

- ¿Que Steve ha hecho qué? - habla Leo con una seriedad absoluta, pero con una rabia descomunal a punto de salir de él.

La castaña, con sus ojos vidriosos mira a Leo, pero se ve incapaz de responderle, así que el chico se le acerca.

- Mira Gwen, sé que ahora mismo tú y yo no es que nos llevamos fenomenal, sé que estamos un poco enfadados todavía, sé que odias que opine de tu relación y que me meta entre tú y Steve, pero por favor, solo te pido que entres en razón. - la toma de las dos manos. - Esto que te hace no es normal. - enfatiza esa última palabra. - Que tu novio sea tan controlador, tan tóxico, y tan posesivo, no es para nada sano, y que te haga daño ya sea mentalmente o físicamente es lo menos natural que puedes encontrar en una relación. Y me da igual que me vengas con el argumento de que su anterior pareja le puso los cuernos y este es el motivo de su comportamiento, porque esta excusa no es válida, ¿entiendes? Él no tiene ningún derecho a tratarte así, ni él ni nadie, ¿me oyes? - Gwen, que está a punto de llorar, asiente con la cabeza. - Y mira, ya no te pediría que rompieras con él, aunque esto ya es lógico, directamente te diría que evitaras tener a personas como él a tu lado, tienes que alejarte de Steve.

- Joder, Leo, ¡ya lo sé! ¡Pero las cosas no son tan fáciles! - ahora finalmente se echa a llorar.

Leo la abraza, y yo para no quedarme como ahí como un perchero, decido unirme al abrazo.

- Tranquila Gwen, piensa que has hecho un paso muy importante al contarnos eso. - le animo. - Alejarte de él va a ser complicado, pero ya sabes que puedes contar con nosotros para lo que necesites. Y mira, si quieres, esta tarde te acompaño a denunciar a este capullo, porque lo que te hace es de gente enferma.

- Gracias, de verdad... - suspira la chica. - Pero todavía no me siento preparada para ponerle una denuncia, sé que es un imbécil, pero sigue siendo mi novio, y sé que alejarme de él me va a costar un poco, así que prefiero ir paso a paso.

- Vale, vale, pues tú cuando estés lista para lo que sea, ya sabes, acude a nosotros. - habla el rubio  y Gwen asiente.

- Y bueno, dejando a lado el tema de Steve, ahora tengo que hablar sobre la Red Roulette. - nos cuenta Gwen. - No recibí ningún tipo de castigo.

Joder, eso sí que es raro... Cuando TJ no cumplió su reto fue castigado pocas horas después de la partida, cosa que significa que Gwen ya tendría que haber recibido su castigo hace tiempo.

- Vaya, ahora tenemos todavía más problemas sin resolver. - me quejo.

- O no. - dice Leo de repente. - Tal vez esto no sea una cosa sin sentido, a lo mejor esto no es casualidad. ¿No es raro que Gwen haya recibido un castigo por parte de Steve, pero ninguno de la Red Roulette? - su pregunta nos deja pensando. - Yo esto lo veo sospechoso, muy, muy, sospechoso... Ya hemos comprobado que Steve es un asco de persona y que no tiene sentimientos por nadie, ¿y si él fuera el que se encargara de todo el juego?

- A ver, no es mala teoría... - opino yo. - Pero no creo que haya sido él, se estaría poniendo en evidencia, pero sí que puede estar más relacionado con la ruleta de lo que pensábamos.

- Uf, yo ya no sé ni que pensar de Steve. - dice la castaña agobiada. - Lo conozco bien y sé que podría ser capaz de estar relacionado con un juego así de macabro. - dice con una total sinceridad.

De repente, suena el timbre indicando que las clases van a empezar en un minuto, así que los tres salimos pitando del baño para no llegar tarde. Bueno, aunque para ser sinceros, después de todo lo que acaba de ocurrir, yo no me voy a poder concentrar en la siguiente hora, es que este juego es cada vez más enigmático, ¡yo ya no puedo más!

Red RouletteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora