Capítulo - 44

44 5 39
                                        

Leo / En el autocine

Sábado 2 de diciembre - 22:22

Hostia puta... ¡Esta peli es aburrida de cojones! Odio las películas románticas, no sé ni qué hago aquí, sinceramente. Lo único que me distrae es Gwen, que está a mi lado criticando todas y cada una de las escenas, porque sí, la he invitado al autocine, ya que tenía que cumplir mi parte del trato. No esperaba que aceptara mi invitación, pero lo hizo, y menos mal, porque está haciendo que la noche sea más entretenida.

- ¡Esto no es nada realista! ¡No hace ni un día que se conocen y ya se están liando! - se queja ella.

- ¡Ya te digo! - le doy toda la razón. - No entiendo por qué esta peli tiene tanto éxito...

- Lo que yo no entiendo es porque has querido venir a verla. - se ríe ella. - Pensaba que a ti este tipo de pelis te molaban, pero ya veo que no, y tampoco somos pareja ni nada parecido, así que, ¿qué coño estamos haciendo aquí?

- Bueno, es que todo el insti ha ido a verla, y yo no quería ser la excepción - le digo con sinceridad.

- ¿Y por qué me has invitado a mí? ¿Acaso te molo o algo? - me pregunta en un tono vacilón.

- ¿Tú? ¿Molarme a mí? - le digo alucinando. - Mira, te he invitado porque todos mis amigos son unos pesados que están todo el día emparejándonos, y como muchas chicas ya tenían pareja, me dijeron que te lo pidiese a ti. - le aclaro.

- Vale, vale, cálmate. - se echa a reír. - Te lo decía de broma...

- Eso espero... Bueno, ¿y tú qué? Mucho hablar de mí, pero bien que aceptaste mi invitación. A lo mejor soy yo el que te gusto.- observo.

- ¿Perdona? Lo hice porque me dabas pena, no por otra cosa, que quede claro. - dice muy afectada.

- Uy, uy, uy... ¡No te alteres! - me río. - Yo también lo decía en coña, ¿eh? Sé que no sientes nada por mí, al igual que yo no siento nada por ti, y es evidente que todo esto no es más que un vacile.

- Exacto, un simple vacile...

Tras esto, los dos permanecemos en silencio, pero mirándonos mutuamente, cuestionándonos si lo que acabamos de decir es verdad. Su mirada penetrante hace que mi corazón empiece a latir con rapidez, y de repente, noto como un calor empieza a invadir todo mi cuerpo. Gwen me mira a los ojos y luego inconscientemente a los labios, su rostro nunca había mostrado semejante deseo ante mí. La castaña se acerca a mí, y por alguna razón no me aparto, y en lugar de esto, decido abalanzarme sobre sus labios.

Su boca no se aleja de mí en ningún momento, y poco a poco nuestro beso va tomando pasión. Mi lengua empieza a jugar con la suya, consiguiendo una perfecta sincronización, y de vez en cuando nos vamos dando pequeñas mordidas que nos satisfacen aún más. 

Gwen se levanta de su asiento como puede y luego se sienta a horcajadas encima de mí. Yo la tomo de la cintura y acerco nuestros cuerpos todavía más, a la vez que ella me va acariciando el pelo, cosa que me encanta. Ambos seguimos con nuestro extasiante beso, pero justo cuando creía que la cosa iba a más, Gwen se separa de mí y me mira frunciendo el ceño.

- ¿Qué cojones estamos haciendo? Joder, ¿en qué momento? Quiero decir, tú y yo... ¿Por qué? - parece estar muy arrepentida.

- Eh... Lo siento, yo tampoco entiendo por qué hemos hecho esto, se nos ha pirado. - le contesto nervioso.

Ella, que todavía está encima de mí, se pone roja al percatarse de nuestra posición y vuelve a hablar nerviosamente.

- Bueno, creo que será mejor que vuelva a mi asiento... De hecho, directamente me largo ya, esta peli es un coñazo. - abre la puerta de mi coche y se levanta para salir. - Ya cogeré un taxi para volver a casa, ¡adiós!

Ella se va sin esperar respuestas y yo me quedo solo en el coche. Sinceramente, no sabría dar explicaciones a lo que acaba de suceder. Gwen y yo nos hemos besado, y no ha sido un beso cualquiera, ha sido de los mejores que he tenido. Pero, ¿por qué lo hemos hecho? Ella no me gusta, o al menos eso creo... En fin, solo espero que después de esto las cosas no se vuelvan incómodas entre nosotros. 

Red RouletteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora