Capítulo 12: Hércules

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Beelzebub salió del laboratorio de su amado y se dirigió velozmente a la habitación de Jack, después pensaría en como arreglar lo de ese maldito acosador.

Cuando llegó y estuvo a punto de abrir la puerta sin siquiera avisar, una mano enorme lo detuvo sujetando su brazo.

—Suéltame. —ordenó el demonio con el ceño fruncido, no tenía ganas de ser interrumpido.

—¿A dónde crees que vas? —Hércules preguntó sin temor aun sosteniendo el brazo ajeno.

No le gustó lo que dijo el más alto, chasqueó la lengua con coraje y se zafó del agarre del pelinaranja.  —Nikola está ahí, quiero hablar con él.

—¿Para qué? —sabía perfectamente lo que estaba pasando puesto que había escuchado de forma accidental el relato del hijo de la luz. —¿Para qué lo hagas sentir mal otra vez? 

—Por esa razón quiero entrar. —¿Ahora todo el mundo estaba interesado en su relación? Era obvio que estaba comenzando a molestarse. —Necesito hablar con él.

—¿Y él quiere hablar contigo? —se cruzó de brazos. —Porque a lo que sé, Nikola huyó de ti.

—Eso es... —se quedó sin palabras, no se puso a pensar si su humano quería verlo. —Entonces quiero intentarlo y si no me dejas pasar, te mataré.

El ambiente se estaba tornando tenso e incluso parecía que se podía cortar con un cuchillo.

Ni Hércules ni Beelzebub iban a retroceder.

⚡🪰

La habitación se había quedado en silencio hasta que Jack decidió romperlo, admitía que era desagradable ver a Nikola desanimado y más, porque los colores de Tesla era muy parecidos a los de Hércules.

No quería ver aquellos colores hermosos siendo apagados.

—Sir, debería hablar con Beelzebub sobre su situación, estoy seguro que lo entenderá. —y para relajar más al castaño, le sirvió otra taza de té.

El croata agradeció el gesto del londinense. —No estoy listo para decírselo.

—En algún momento tendrá que hacerlo. —de la nada, Jack escuchó que alguien estaba discutiendo afuera de su habitación, lo que le faltaba. —Déjeme ir a ver qué sucede.

—Sí...

Justo cuando salió, se percató de que Beelzebub estaba a punto de pelearse con Hércules, le pareció graciosa la situación debido a la gran altura del pelinaranja e incluso su color seguía siendo el mismo.

Ese hombre no cambiaba y aquello lo volvía loco.

—Este lugar no es el adecuado para pelear. —habló serio. —Hay personas que quieren descansar.

—Jack. —el señor de las moscas caminó hacia el londinense y eso no fue de agrado para Hércules. —Me llevaré a Nikola.

Por su parte, el asesino solo arqueó una ceja y por lo que pudo percibir, no pensaba hacerle daño a Tesla. —Le preguntaré si quiere verlo.

—Pero, Jack... —no podía creer que su pareja dejaría ir así como así a una persona que no se encontraba bien emocionalmente.

—Beelzebub no le hará daño, ¿Verdad? —observó detenidamente al demonio, si mentía, se daría cuenta.

—No, no quiero lastimarlo, necesito disculparme con él. —Beelzebub estaba más que decidido, no abandonaría a su novio sin importar lo que sucediera.

—De acuerdo. —en cuanto Jack se dio cuenta de que no mentía, se adentró de nuevo a su cuarto para hacerle la mención a Tesla de que su amado novio estaba ahí afuera, esperándolo con la cara triste.

—¿Está todo bien? —Con extrañeza, Tesla cuestionó y a lo que pudo notar el londinense, el castaño ya se encontraba mejor.

—Diría que sí. —se acercó a Nikola. —Pero Beelzebub quiere charlar con usted.

En ese instante, Nikola abrió sus ojos sorprendido, ¿Cómo lo encontró tan rápido?

—Si cree que no está listo para verlo, se lo haré saber. —Jack expresó comprensivo. —No tiene porqué obligarse a verlo ahora.

Respiró profundo y se puso de pie. —No, tiene razón, Beelzebub no se merece esperar a alguien como yo.

—Eso no es lo que quise decir.

—Hablaré con él, tal vez lo mejor sea que nuestra relación termine... —le dolía el corazón de tan solo pronunciar aquellas palabras, lo amaba pero no quería que su pareja siguiera esperando algo que posiblemente nunca iba a llegar.

Asimismo, Jack dejó salir un enorme suspiro. —¿Por qué se esmera tanto en lastimarse? Solo tengan comunicación y su problema desaparecerá.

—Mmm... —se llevó una mano a su mentón pensando en lo que iba a decir. —¿Cuál de todos?

Y así mismo, ambos salieron de la habitación de Jack, Beelzebub estaba ansioso, no sabía como su pareja iba a reaccionar después de lo que sucedió.

Y en cuanto lo vio, su corazón se estrujó, su amada chispita tenía los ojos hinchados por haber llorado.

—Nikola... —lo llamó suavemente, no quería asustarlo por lo que, con dulzura tomó su mano para llevárselo al cuarto del croata. —Hablemos a solas.

El secreto de Nikola TeslaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora