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⛔Contenido adulto⛔
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Cada vez respiraba más rápido, sentía que en cualquier momento tendría un ataque de tan agitado que se encontraba y ahora, sentía un dolor más agudo que antes.
No sabía que el acto sexual sería tan doloroso, pero a su vez placentero, no quería parar y estuvo a punto de decirle a Beelzebub que se detuviera debido a que sus emociones se estaban saliendo de control.
Sin embargo, el escuchar la voz de su amado diciéndole que ahí estaba para él logró tranquilizarlo.
—¿Estás bien? —deteniendo el juego de sus dedos, decidió acercarse a su amado para darle seguridad; comenzaba a notarlo pálido y con unos ojos que se había jurado jamás volver a provocar.
—Sí... Es solo que me tomaste por sorpresa. —sintiendo su cuerpo pesado, levantó los brazos para abrazar a Beelzebub; colocándolos alrededor de su cuello. —Avísame para la próxima.
—Lo siento, me emocioné demasiado, ya estamos por llegar a lo importante. —dijo recargándose un poco más en el cuerpo de su humano.
Nuevamente, el señor de las moscas empezó a seguir con el ritmo de los tres dedos, los jadeos lentos y profundos no se hicieron esperar.
Estaba sintiendo el "interior" de su amante, era caliente y suave, además de que podía percatarse de que estaba siendo levemente succionado. Cada vez que dirigía su rostro al de su pareja, lo veía con los ojos entrecerrados y la boca entreabierta sin contener esa dulce voz que lo hacía tocar el paraíso.
Y a su vez, pegaba su vientre con el Tesla manchándose del líquido preseminal del mencionado, solo le quedaba disfrutar y, aunque hiciera todo el trabajo, no le molestaba, al contrario, le fascinaba para la próxima se encargaría de utilizar aquellos "juguetitos".
—Creo que ya es suficiente. —mencionó sacando sus dedos observando aquel rostro que siempre deseó para sí mismo.
—¿Beelzebub? —algo confundido, dirigió su vista un poco borrosa por las lágrimas hacia el demonio que ocupaba el puesto número uno junto al lado de su amada ciencia.
Y al ver lo que estaba haciendo, tragó saliva. Sabía perfectamente lo que se avecinaba, estaba nervioso, pero a su vez ansioso.
Por fin podría entregarse a su amado en "cuerpo" y "alma" un poco confuso porque ya estaba muerto, pero vamos, cualquiera lo entendería.
Sin pudor alguno, Tesla analizaba el cuerpo bien tonificado de su amante, "¿Todos los dioses serán así?" pensaba, podría decirse que se le olvidó por completo lo que estaba por suceder. "Me gustaría analizar el cuerpo de otros dioses, le pediré a Shiva si me deja explorar su cuerpo, es interesante que tenga de cuatro brazos".
Sin embargo, sus pensamientos chocaron contra una gran pared mental al notar como Beelzebub arrojaba la toalla al piso colocándose un condón de una manera tan... ¿Seductora?
Por supuesto que no había pasado desapercibida que el empaque del condón decía:
"Sabor cereza".
Desconocía a veces las acciones de su amigo.
—Ya estás preparado, así que pasemos al último paso. —dicho y hecho, el señor de las moscas se acomodó entre las piernas de su humano y le levantó las rodillas para tener una mejor vista y comodidad.
La piel blanca pero no tanto como la leche, se tornó rojiza y húmeda debido al sudor y los leves lloriqueos. El momento había llegado. —Sé amable... —con los nervios en punta y sudando por el momento.
—Muy bien, ya sabes qué hacer si no quieres continuar. —sonrió dándole ánimos a su pareja, era un proceso difícil después todo el historial que tenía.
Y así, Beelzebub posicionó su pene en la entrada del más joven y antes de adentrarlo poco a poco, comenzó con frotarlo.
Podía verlo, podía ver como su pareja respiraba cada vez más rápido y eso que todavía no lo había metido, ni siquiera la puntita.
Cuando se percató de que amado se relajaba, decidió ir adentrándose en el cuerpo ajeno.
Lentamente.
En el instante en que se dio cuenta que su cuerpo estaba siendo profanado por el miembro de un dios, abrió sus ojos y los sollozos combinados con jadeos no se hicieron esperar.
—Me duele... Beelzebub... —entre suplicas, el humano llamó al ser al cual se estaba entregando. Sus paredes internas se iban abriendo más de lo que se debería.
¿Por qué era tan diferente de tres dedos?
—Nikola... —era evidente que eso pasaría, después de todo su novio era virgen y jamás había experimentado el sexo anal y a eso sumándole los nervios... Si él deseaba parar, lo haría. Ya habían avanzado mucho como para arruinarlo por su calentura.
"Debo estimularlo para..." sus pensamientos fueron irrumpidos cuando Tesla habló, en parte lo esperaba, pero no quería llevarlo al extremo.
—No te detengas...
—Pero... —el demonio dudó, ¿Y si lo lastimaba?
—La humanidad siempre avanza... Y yo no seré la excepción. —su rostro era inexplicable, estaba sonriendo, pero a la vez tenía los ojos llorosos.
Dejando salir un suspiro entre divertido y orgulloso, Beelzebub no se opuso. —De acuerdo, no me opondré, pero mañana que te cueste levantarte no me dirás que es por mi culpa.
—No pensaba culparte, mi estimado, pero ahora que lo dices no es mala idea tener a quien culpar. —lo retó con los ojos, al parecer se había olvidado de la sensación de abajo.
—Entonces, mientras más rápido te acostumbres a tenerme dentro de ti, más rápido nos sentiremos "bien". —y, sin previo aviso decidió dar el golpe final.
Lo penetró tan rápido y de una sola embestida que no le dio tiempo de gritar.
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Ya estamos por llegar al final de este acto... No comprendo por qué me ha tomado tanto.
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El secreto de Nikola Tesla
FanfictionBeelzebub y Tesla mantenían una relación estable sin embargo, el Señor de las moscas suponía que su pareja, Nikola, le ocultaba algo muy importante. Aquella suposición era cierta. 🪰 Beelzebub Top ⚡ Tesla Bottom Los personajes no me pertenecen