Capítulo 36: De nada

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La luna estaba sobre Beelzebub y Tesla, ambos pensaban que el contrario se veía hermoso debajo de la clara luz de la luna, dirían que era una sensación difícil de explicar. Si bien, Nikola había sido el primero en romper el silencio, pero eso no quería decir que el señor de las moscas debía quedarse callado.

—Escucha, Nikola... —automáticamente apretó el ramo de camelias. —Tal vez estés aquí sin saber que yo estaría, pero necesitaba verte.

—Ya sabía que estarías aquí, Qin te delató. —Tesla formó una suave sonrisa, se limitaba a observar la naturaleza del jardín y de ver de reojo al Dios.

Por su parte, el señor de las moscas tragó saliva con nerviosismo, "Ese imbécil" pensó.

—No te preocupes, aunque Qin me haya dicho todo, yo mismo decidí venir a verte. —notó que una de las manos de Beelzebub estaba sobre la banca por lo que no dudó en colocar la suya sobre la de su amado. —Nadie me obligó.

—¿Nikola? —Beelzebub se sorprendió, su pareja parecía otra persona; ahora se veía como... Si hubiera dejado todo le negativo atrás.

—Tomé una decisión y creo que ya te percataste de cuál es. —en cuanto notó que el demonio asentía, decidió proseguir. —Nuestra relación entró en crisis por el mismo motivo de que nuestra comunicación fue mala, por eso, debemos mejorarla.

—Fue el primer error que tuvimos, desgraciadamente lo aprendimos de la peor forma. —añadió el señor de las moscas sujetando con delicadeza la mano de su humano. —Quiero que confíes en mí, Nikola, así como yo confío en ti.

—Lo mismo va para ti. —como si estuvieran complementados, Tesla también correspondió el acto que hizo el Dios con su mano. —Es un bello jardín, ¿No crees?

—Hades tiene buen gusto. —El señor de las moscas comentó en un tono que demostraba que de verdad apreciaba a su amigo, el Dios que técnicamente lo había adoptado como su hermano menor. —Tus ojos me dicen que quieres tú propio jardín, ¿No es así?

En efecto, Nikola estaba maravillado con el lugar, desde siempre había sido una persona que apreciaba y conectaba bien con la naturaleza. —Podemos intentarlo a una distancia corta de mi laboratorio o del tuyo.

—Me parece perfecto.

Justo cuando el silencio cómodo había reinado nuevamente, Tesla tensó su mandíbula y se dispuso a contarle a Beelzebub lo que había sucedido con su maldición. A decir verdad, se le dificultaba mencionárselo debido a que no sabía cómo iba a reaccionar el demonio, por lo que decidió soltarlo de una vez.

—Satanás fue a verme.

Aquello tomó por sorpresa a Beelzebub, ¿Había escuchado bien?, ¿Satanás había ido a verlo?, ¿No se suponía que Hades debía evitar que eso sucediera?, ¿Por qué Hades no le informó nada sobre eso?, muchas preguntas comenzaron a rondar por su cabeza, en este instante, quería gritar, quería ir a reclamarle a su amigo por no decirle nada a pesar de que él si le dijo lo que hizo Qin.

Y para asegurarse, observó de pies a cabeza a su pareja, no había ninguna señal de que haya sido lastimado y, si hubiera salido herido física o mentalmente, entonces estaría en cualquier otro lado menos en donde estaba actualmente.

Por su lado, Tesla se percató de la explosión de emociones e inseguridades que el señor de las moscas estaba teniendo, por lo que de forma comprensiva decidió continuar antes de que otro malentendido se formara.

—Beelzebub, sé lo que estás pensando. —de inmediato, atrajo la atención del dios, por el amor a la ciencia, Beelzebub se veía completamente perturbado tanto, que Tesla tenía la necesidad de abrazarlo y decirle que todo estaría bien.

—Nikola, yo... Se suponía que Hades evitaría que Satanás te pusiera en peligro. —se llevó una mano a su frente con desesperación.

—Beelzebub, todavía no termino y creo que debes escuchar hasta el final.

—Lo siento, me dejé llevar. —expresó un poco más tranquilo.

—Cuando Satanás fue a verme, me contó que el tuvo la culpa de todo, que él te obligó y por ese motivo, nuestra relación se vio metida en problemas. —respiró profundo. —No sé cuánto de lo que dijo sea verdad, pero por alguna razón siento que debo creerle, no te preguntaré si es verdad o si es mentira... Solo quiero dejar atrás nuestros problemas y empezar de nuevo.

"¿A qué se refiere con que Satanás es el culpable de todo?" pensó el señor de las moscas y, como si fuera normal para él, escuchó la voz de su peor enemigo.

"De nada"

En ese momento, el demonio hizo un gesto de molestia, ¿En serio creía que le daría las gracias?, sin embargo, tal vez era mejor dejar las cosas como las dejó su maldición.

—¿Me estás escuchando, Beelzebub? —algo confundido por notar a su pareja "ida", Tesla cuestionó.

—Sí, escuché todo, Nikola.

—¿También escuchaste que Satanás me besó?

El dios no sabía cómo reaccionar, hacía todo lo posible por no enfurecer. —Lamento que hayas pasado por eso... ¿No te forzó a nada? Si es así, yo asumiré la responsabilidad.

—A decir verdad, te lo estás tomando muy bien. —extrañado, Tesla habló.

—De nada nos sirve enojarnos por eso, además estoy feliz de que me lo hayas hecho saber, de todas maneras, hablaré con Hades sobre esto. Se supone que él debía evitar que Satanás te pusiera un dedo encima. —El demonio añadió molesto.

—O, sobre eso... Hades si estuvo ahí, él me lo dijo, pero no intervino debido a que Satanás me estaba explicando todo, igualmente me reveló que Satanás no tenía intenciones de hacerme algo malo. Así que no le reclames nada, Hades se hubiera metido si realmente hubiese estado en peligro. —tratando de apoyar a su nuevo amigo, el hijo de la luz aclaró la situación.

—De acuerdo, solo por esta vez lo dejaré pasar... Después de todo estás bien. —sonrió el señor de las moscas. —¿Hay algo más que necesite saber sobre tu encuentro con Satanás?

—Hades me dijo que no me preocupara, pero Satanás dijo que tomaría mi cuerpo cuando todos los requisitos estuvieran completos. —Tesla mencionó como si nada, más que nada para evitar que su amado se inquietara.

—¿A qué se refería con eso? —Por su parte, dichas palabras si alarmaron a Beelzebub, averiguaría después qué era lo que Satanás quería decir.

—Que haya hablado Satanás conmigo o no, lo último estaría en sus planes de todos modos. —el hijo de la luz mencionó observando a la luna, sinceramente ya no quería pensar en eso.

—Supongo que tienes razón. —finalizó el señor de las moscas.

—Cambiando de tema, mi estimado, durante todo este tiempo en que no nos vimos, extrañé muchas cosas de ti. —con una deslumbrante sonrisa, Nikola hizo notar su alegría y su sentir.

El secreto de Nikola TeslaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora