Capítulo 19: El inicio

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—¿Estás seguro de que funcionará, sir? —por más que intentaba darle el visto bueno al plan de Qin, simplemente no podía; era demasiado peligroso y para colmo, se ponían en un gran riesgo si salía mal.

Beelzebub los mataría de la peor forma posible.

—¡Por supuesto! —a su consideración, su plan era perfecto y nadie podía negárselo. —Por eso, Hércules y Poseidón están aquí, si algo sale mal con Beelzebub y nos quiere matar, ellos se encargarán.

—¿A quién más usaremos? —cuestionó Sasaki emocionado, le parecía divertido. —Porque necesitamos otra voz además de la de Tesla.

Qin hizo una risa malvada, como si fuera un gran villano. —Todo está fríamente calculado... ¿Quién es la persona a la que más odia Beelzebub?

—Satanás. —afirmó Sasaki.

—Satanás no es una persona, Sasaki. —regañó Poseidón.

—Por supuesto que se refiere a Thomas Edison. —al parecer, Jack era el más inteligente de los humanos reunidos. —Pero si es lo que estoy pensando, entonces hay un poco de verdad en eso.

—Es lo que quería decir, con el cerebrito ondulado no habrá sospechas. —se encogió de hombros, el ex emperador de china tenía una mayor afinidad con Beelzebub que con Edison.

—¿No es eso injusto? —Hércules dudó de culpar a un inocente, el humano no había hecho nada malo, aún.

—No. —negaron todos, hasta Poseidón se unió a ese “no”.

—Parece que no les agrada Edison...

⚡🪰

No sabía qué hacer, una parte de él quería destrozar a ese hombre pero la otra parte quería dejar las cosas como estaban.

¿Y si Nikola se enteraba de lo que hizo?

¿Y si lo odiaba después?

A pesar de que ese miserable hombre tuvo una buena vida, Tesla no hizo nada por vengarse de él.

También descubrió lo descarado que era Thomas Alba Edison, ¿Cómo se atrevió a robarle las ideas a Nikola en sus momentos de debilidad?

Si antes lo odiaba, ahora lo detestaba con creces.

Y sobre todo, ¿Por qué Nikola nunca hizo nada al respecto?

—Ahora sí ya no sé qué hacer. —se cruzó de brazos recargando su cabeza en el respaldo del sofá.

—Es obvio lo que debes de hacer. —Satanás se hizo presente, sentado elegantemente en frente de su acompañante. —¿O lo hago yo?

Dejó salir un suspiro, Satanás sí que era despreciable. —No te incumbe. —habló en tono grosero dirigiendo su mirada al contrario. —Desaparece.

—Eso quiere decir que lo haré yo. —elevó los hombros victorioso. —Una vez que lo haga sufrir, me aseguraré de tomar a Nikola y de encerrarlo de por vida para que solamente yo pueda verlo.

Lo mencionado sin duda provocó que las alarmas de Beelzebub se encendieran, ¿Secuestrar a Nikola?

No lo permitiría.

—¿No estabas enamorado de Nikola?

—Corrección, todavía lo estoy. —formó una sonrisa burlona.

—¿Entonces por qué lo lastimarías de esa forma? —No comprendía por qué Satanás haría algo tan atroz. —Si estás enamorado de él, lo correcto es que seas feliz si él es feliz.

—¿Si quiera te estás escuchando, Beelzebub? —se burló, ¿En serio le estaba diciendo eso? —¿Desde cuándo eres tan devoto al poder del amor? Me da asco escucharte.

—Sonará Cliché, pero si amas algo, déjalo ir. —su ojos mostraban una ira descomunal, estaba preparado para atacar a Satanás en cualquier momento si no cambiaba de parecer.

—Soy Satanás, ¿Qué esperabas? —en el instante en que sintió la mirada asesina de Beelzebub sobre sí, decidió usar un tono más sarcástico. —Solo me importa mi placer, ni siquiera tú me interesas.

—Eres despreciable.

—Es parte de mi encantanto. —celebró con un leve aplauso, posteriormente se levantó y posicionó su rostro a centímetros del de Beelzebub, como si estuviera mostrando su superioridad. —¿Lo haces tú o yo?

⚡🪰

—Entonces Nostradamus pensó que el nombre de mi nueva armadura que por cierto, ya no funciona con el poder de Göndull, era tonto. —Tesla conversaba de forma amena con alguien más dentro de su laboratorio, no esperaba tener visitas inesperadas.

—¿Y cómo le nombraste?

—¡Súper Automatón! —expresó orgulloso.

—Ahora entiendo porqué se burló de ti, chispitas. —se levantó de su asiento. —Me retiro.

—¿Ya? —el croata se decepcionó, para él era divertido y entretenido hablar con alguien más que entendiera sus temas de conversación sin la necesidad de ser un científico.

Además, últimamente se sentía solo por así decirlo, por alguna razón Beelzebub había puesto distancia con él. Sabiendo eso, no quería cuestionar a su pareja ya que temía la respuesta que obtendría.

Terminaría con su terapia y luego cuestionaría a Beelzebub, como un hombre que siempre dice la verdad, obtendría la respuesta aunque lo destrozara.

—Solo vine por el drama y a dejarte un pequeño regalo, te lo dejé en tu escritorio. —sonrió. —Sé que te gustará.

El secreto de Nikola TeslaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora