Capítulo 44: El primer paso de todo

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El ambiente de la habitación del humano era extraño y para colmo, el señor de las moscas podía sentirlo "¿Algo andaba mal?", por lo que no dudó en lanzar la primera pregunta en un tono más amable de lo normal para que su pareja hablara sin temor.

—¿Eh? —el cuerpo de Nikola se sobresaltó al escuchar a su pareja llamarlo. —¿Por qué preguntas eso?

En ese instante, las alertas de Beelzebub se encendieron, sí, algo había pasado, pero él no era el culpable, al contrario; y al notar las reacciones de su amado se dio cuenta de que él había hecho algo... Tal vez algo malo.

—Bueno, si me preguntas, Qin Shin Huang me dijo que viniera porque necesitabas decirme unas palabras. —recargó su rostro en su mano izquierda con una sonrisa, le encantaba ver su humano nervioso.

Por su parte, Tesla respiró profundamente, se acercó a hacia su novio a paso torpe y se acomodó en el brazo del sofá. —Sí, de hecho, quiero decirte... Mejor dicho, requiero cierta situación.

—Sabes muy bien que puedes pedirme lo que necesites, excepto la ruptura. —habló con orgullo elevando un poco su mentón.

—¿Lo que necesite? —tragó saliva en seco. Su cabeza comenzó a funcionar a mil y sus ojos comenzaban a ver ilusiones. "Cálmate, Nikola Tesla, puedes hacerlo, solo pídelo... Como lo hace Qin." se dijo dándose ánimos en su gran cabeza inventora.

—Lo que sea. —sin previo aviso, sujetó suavemente la mejilla de su pareja y le sonrió. No entendía que sucedía, pero le gustaba.

Y con una voz dura y tajante, Tesla habló. —De acuerdo, báñate entonces.

—¿Qué? —no podía creerlo, ¿En serio le había dicho eso?

—Sí. —no esperó más y a jalones y empujones por toda la habitación, logró meter al demonio al baño. —Gané tiempo... —se dijo sentándose en la cama mientras veía el suelo.

¿Por qué le costaba tanto trabajo dar el siguiente paso? El mismo había dicho que ya estaba listo para hacerlo, entonces... ¿Por qué dudaba?

O tal vez...

¿Tenía miedo?

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Por su parte, Beelzebub se había quedado confundido por las acciones de su humano, y sin pensarlo mucho olfateó una de sus mangas y, posteriormente la parte del cuello de su túnica.

—¿Huelo mal?

No tenía sentido pensar en ello, sin más, abrió la llave del agua caliente para darse una ducha bien hecha porque a su novio no le gusta la mugre.

⚡🪰

—Creo que hubiera sido mejor si le decía a Beelzebub lo que Niko quería. —expresaba tranquilo el ex emperador de China sobre el cuerpo desnudo de Hades.

—No quieras intentar distraerme, Qin, no voy a parpadear primero. —con una sonrisa vencedora, el rey del inframundo comentó.

—Rayos.

—Pero si debiste hacerlo, o al menos prevenir a Beelzebub de la situación. —finalizó Hades en su rol de hermano mayor.

⚡🪰

"Bien, ganaste tiempo, ahora piensa en cómo proponérselo" se decía una y otra vez caminando por toda su habitación.

Se detuvo y soltó con seriedad. —Beelzebub, quiero hacer el amor contigo.

En ese instante, los colores se le subieron a la cabeza de tan solo imaginar tan bochornosa situación.

—No, eso no, mejor. —a la mitad de un segundo recompuso su postura seria. —Beelzebub, tengamos sexo.

Por más que repetía sus intenciones, no encontraba la forma correcta para pedírselo. "A ese paso, me quedaré estancado" se decía decaído. —Solo quiero dar el siguiente paso y hacer el amor con Beelzebub...

De pronto, la puerta se abrió y del baño salió el señor de las moscas con una toalla amarrada a la cintura mientras que, con una de sus manos se secaba el pelo y con la otra mano libre, se abanicaba levemente.

—El agua estaba muy caliente. —al decirlo, sus ojos se dirigieron a su novio con seriedad.

—¿Por qué no llevas tu ropa puesta? —después de todo lo que estaba diciendo, ver a su pareja casi desnudo le provocó que por poco reaccionara como una colegiala enamorada del chico malo.

—No me diste tiempo de tomar ropa limpia.

—Cierto...

—Cambiando de tema, ¿Sí o no, Nikola? —con paso lento pero intimidante, el demonio se acercó al humano que yacía sentado en la cama.

—Temo dar respuesta a tu duda, mi estimado.

—Escuché todo lo que decías, tengo buen oído, ¿Sabes? —sonrió el señor de las moscas colocando de nuevo su mano en la mejilla de su amado. —¿Quieres hacerlo?

Con vergüenza, Tesla asintió apretando sus piernas con sus manos, ya no quedaba nada por hacer ni excusas por crear. Simplemente las palabras no venían a su cabeza.

Sintió como su pareja besaba su frente para calmarlo, en verdad lo amaba.

—De acuerdo, yo me encargo de todo por esta vez... Si quieres que me detenga, solo dímelo, ¿De acuerdo? —Beelzebub estaba feliz de que su humano por fin decidiera dar el siguiente paso, pero a su vez, estaba preocupado de que los malos recuerdos llegaran otra vez.

—Confío en ti, Beelzebub. —afirmó Tesla.

Con una sonrisa amable y llena de amor, el demonio acercó su rostro al del humano y lo besó para demostrarle que no había nada que temer.

Un beso era el primer paso de todo.

El secreto de Nikola TeslaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora