El secreto de Nikola Tesla

Capítulo 52: Maldecido

—¿Entonces? —Qin preguntó después de haber ayudado a su amigo a vestirse. Veía como se recostaba en la cama en vez de sentarse, sí, esa era una señal de que le habían dado con destreza sobre la mesa.

Sin más, el más bajo se sentó en una de las sillas de la habitación mientras cruzaba las piernas tal como un emperador, su sonrisa solo demostraba que quería saber todo lo acontecido.

—¿Qué deseas saber, mi estimado? —con una sonrisa ladina, Tesla habló dirigiendo su vista al ex emperador de China, si él le había contado todo, entonces no podía negarse, ¿Verdad?

—Cuéntamelo todo. —sentenció sacando una compresa fría de la bolsa que traía consigo. —¿La necesitas?

—Puede ayudar contra el dolor... Por la ciencia, Qin, ¿Por qué no me dijiste que dolía? No me puedo ni sentar. —casi al borde de la desesperación, el hijo de la luz habló colocando con cuidado la compresa en sus posaderas.

—No creí que serías tan delicado, cuando lo hice con Hades, si sentí algo de dolor al día siguiente, pero no era nada como lo que tú pareces tener.

—De todos modos, no me arrepiento de haberlo hecho. —Nikola expresó con una leve sonrisa, como si por fin hubiera tirado aquella "cruz" que cargaba.

—Aun así, quedaste casi invalido porque eras más puro que el agua bendita. —Qin se cruzó de brazos, asintiendo como si lo que hubiera dicho fuera un gran descubrimiento.

—Sabes perfectamente que nunca fui un hombre que cayera ante las tentaciones carnales. —Tesla mencionó tranquilo, después de todo su amigo no sabía por lo que había pasado y no había necesidad de que alguien más lo supiera.

—Bueno, al menos no le diste ese tipo dolores de cabeza a nuestro padre Adam, creo yo. —finalizó Qin.

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Por otro lado, Beelzebub se encontraba en su habitación en el castillo de Hades tomando lo necesario para que su pareja se sintiera mejor ¿Y por qué no? Pasar la noche de nuevo con él.

Todo iba bien hasta que una vocecita muy bien conocida por él se hizo presente. No tenía ganas de discutir ni mucho menos de conversar con Satanás.

—Con esto ya se me arruinó el día. —expresó con fastidio el señor de las moscas guardando varias cosas en una mochila.

—Tienes razón, no es momento para conversar... —por su parte, Satanás solo se limitaba a observar a Beelzebub desde el marco de la puerta, recargado en la pared con los brazos cruzados, la mirada que mantenía era sombría y oscura.

—...

—Está bien, no es necesario que respondas, pero... —amplió su sonrisa de una forma espeluznante. —¿Realmente crees que todo va bien?

—No estés jugando conmigo, Satanás, ¿Qué quieres decir con eso? —el tono que había escuchado de su acompañante "imaginario" no le había gustado en absoluto.

Tal vez solo quería provocarlo.

¿Cierto?

—No es nada en particular. —la sombra de Satanás comenzó a crecer invadiendo la habitación del pecado de la gula, pero el nombrado no se movió de su lugar. —La próxima vez que nos veamos, será cuando el sol no salga.

Y en un abrir y cerrar de ojos, Satanás desapareció dejando a Beelzebub con cierta intranquilidad y ansiedad, ¿Qué quería decir con eso?, ¿Pensaba lastimar a Nikola?

—Cuando por fin todo va bien, tiene que venir Satanás a recordarme lo maldecido que estoy. —entre dientes, el demonio dijo con frustración ya pensaría después en algo, por ahora, regresaría con su pareja el cual debe de estar tumbado en la cama pensando en todos los maravillosos experimentos que se está perdiendo por estar descansando.

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—Qin, antes de que regrese Beelzebub, necesito hacerte una pregunta. —Tesla no estaba seguro de si realizar su pregunta o no, pero necesitaba sacarse de la duda, respiró profundo y se mentalizó cualquier cosa que su amigo pudiera responderle.

—Me ofendería que no me preguntaras. —con orgullo, el ex emperador de China expresó, es cierto, tenía respuesta para todo incluso si era una tontería.

—¿Cuál sería la reacción de Adam si le cuento sobre esto?

—No entiendo, Nikola, ¿Qué tiene qué ver él ahora? —claramente estaba confundido, ¿Por qué ahora le interesaba la opinión del padre de la humanidad?

—Bueno, él es la razón de nuestra existencia por así decirlo... Y es nuestro padre indirectamente, solo me preguntaba si estaría de acuerdo o no. —la verdad, el hijo de la luz tampoco entendía que tenía que ver el primer hombre, pero por algún motivo sentía esa necesidad.

—Ya entiendo por dónde va la pregunta, Niko. —Qin suspiró notando como su amigo sonreía, era fácil entenderlo. —Estoy seguro de que te preguntaría si tú estás bien con eso.

—Lo estoy. —añadió el científico.

—¿Entonces cuál es el problema? —Qin cuestionó con tranquilidad.

Y antes de que la conversación continuara, Beelzebub entró a la habitación llamando la atención de los humanos.

—No sabía que Qin Shin Huang estaba aquí. —en un tono neutral, el señor de las moscas habló caminando hacia la mesa para deja su mochila. —¿Cómo estás, Nikola?

—Algo adolorido, pero ya estoy mejor. —en un acto de amor, Tesla le regresó la sonrisa a su amado.

—Yo también estoy bien, gracias por preguntar. —por su parte, Qin añadió ese último comentario sintiéndose ignorado puesto que no encajaba en la atmosfera de esos dos.

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El tiempo pasó y todo parecía ir bien hasta que aquella noche llegó.