Capítulo 5: Momento de autocariño

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Los días fueron pasando y Beelzebub no descubrió ninguna infidelidad o algo que le levantara sospechas, al contrario, solo dejaba ver cuánto Nikola lo amaba y el que lo estuviera espiando solo hacía sentir mal.

—Esto no está me está llevando a ningún lado... —se dijo cansado.

Y aunque pareciera raro, el señor de las moscas le había dado su privacidad en el baño o cuando tenía que cambiarse de ropa.

—Solo me falta eso... —se dijo levemente avergonzado, en fin, lo haría, era un demonio después de todo y peor, era el pecado de la gula, la reencarnación de Satanás y muchas mas cosas, así que si su pareja le llegara a reclamar, usaría lo anterior a su favor.

Aunque claro, Tesla no tenía porqué darse cuenta.

Seguía observando los movimientos de su amado hasta que éste había decidido tomar una ducha en el baño de su laboratorio, cuidaba mucho su higiene y eso estaba claro.

La mosca voló siguiendo al croata hasta el baño ante unos ojos satánicos muy pero muy atentos.

De pronto, veía como su pareja cerraba la puerta del baño, abría la llave de la regadera para que el agua comenzara a correr.

Beelzebub tragó saliva cuando Nikola comenzaba a desvestirse, por Satanás, era la primera vez que lo vería desnudo y eso lo tenía ansioso.

Una erección se formó por debajo de sus pantalones cuando el castaño empezaba a desabrocharse su camisa lentamente.

—Esto será a tu nombre, mi amor. —expresó Beelzebub con una voz lujuriosa, sacó su miembro y empezó a masturbarse lentamente.

La intensidad en su acto de autoplacer se intensificó cuando pudo ver por primera vez el trasero de su pareja, tenía tantas ganas de estrujar y manosear a Nikola que no esperaba por hacerlo suyo.

Nunca antes lo había visto completamente desnudo por lo que se sorprendió al observar el cuerpo bien tonificado de su novio.

¿En qué momento Nikola hacía ejercicio? Siempre creyó que el cuerpo de su amado sería escuálido aunque poco le importaba, escuálido o tonificado, le daba igual, solo quería estar al lado de Tesla.

Ya lo había perdido todo una vez, así que esta vez sería todo lo cursi y romántico que pudiera.

Terminó por correrse cuando el agua comenzó a resbalar por el cuerpo de su novio.

Sin embargo, su erección no bajaba, estaba demasiado exitado de tan solo ver como las manos de su pareja recorrían su cuerpo para enjabonarse.

—Nikola... —nuevamente, Beelzebub había tomado su pene para iniciar otra vez a masturbarse. —Eres demasiado injusto... —decía dándose placer.

-En el baño de Nikola Tesla-

Un escalofrío recorrió el cuerpo de Tesla, por alguna extraña razón sentía que alguien estaba violando su privacidad, si alguien hubiera puesto una cámara, un micrófono o algo por el estilo, se hubiera dado cuenta casi al instante puesto que tenía memoria fotográfica.

Si algo hubiera sido distinto, se hubiese percatado antes de que pasaran dos segundos.

—No me gusta esta sensación... —exclamó inseguro, el baño siempre era la debilidad de muchos y más cuando se encontraban desnudos.

Era un hombre de valores así que siempre cuidaba esa parte de él.

-Regresando con Beelzebub-

Éste continuaba en lo suyo, ni siquiera se había percatado de lo que su pareja había dicho.

Algo bueno tenía que sacar de todos estos días en donde solo se dedicaba a espiar a su novio.

Cuando Tesla había dejado de bañarse y ya se había vestido, el señor de las moscas procedió a asearse, estaba hecho un desastre pero había disfrutado mucho del momento.

⚡🪰

Entre más pasaban los días, más se daba cuenta de que había cometido un error al espiar a su novio sin embargo, no se arrepentía en absoluto puesto que, gracias a eso había obtenido unas grandes y bellas vistas del cuerpo de su amado.

El secreto de Nikola TeslaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora