Capítulo 21: Descubierto

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Nikola estuvo de pie en su laboratorio por varios minutos, trataba de formular distintas opciones respecto al anillo, pero ninguna lo convencía.

Necesitaba respuestas y si seguía esperando, solo se carcomería por dentro, ¿De verdad Beelzebub le había mentido tan descaradamente?

¿Aquel hombre que le juró amor y que no aceptaba su ruptura?

No quería que todo el avance que había hecho con Jung se fuera a la basura por lo que, hablaría con su novio.

No importaba el resultado, solo quería deshacerse de la incertidumbre pero había algo que no cuadraba, ¿Como es que el otro Dios había obtenido el anillo?

No le interesaba que su pareja le haya prohibido ir al inframundo, iría a ese sitio a conseguir las respuestas que necesitaba para poder seguir con su vida.

No fue difícil dar con el castillo del Rey del Inframundo o mejor dicho, con el cuarto de su novio, solo le bastaba con preguntarle a los sirvientes de Hades o demonios que se topaba por ahí.

Por alguna razón, entraban en pánico cuando les mencionaba que se trataba de la pareja de Beelzebub o que era amigo del novio de Hades.

Todo el inframundo sabía que, si tocaban a Nikola Tesla, no vivirían para contarlo. Lo mismo ocurría con las demás parejas de los Dioses más fuertes, pero eso es otra historia.

Se detuvo justo enfrente de la puerta de su novio, ¿Realmente estaba bien que irrumpiera la privacidad de su pareja?

Sacudió su cabeza mentalmente y respiró hondo, ya pediría disculpas si cometía algún error.

Al entrar y enceder la luz tras de sí, se percató de lo sencilla que era la habitación de su novio, dejó salir una risilla justo cuando se percató de la foto enmarcada que colgaba en la pared.

Al parecer, era lo único que destacaba por el color y es que se trataba de una foto de ambos en su primera cita.

Los dos con una sonrisa relajada y llena de amor.

¿En qué momento habían terminado así?

Como sea, necesitaba gastar su tiempo mientras esperaba que Beelzebub regresará a su habitación.

Fue ahí cuando algo llamó su atención y es que Beelzebub mantenía un televisor en su cuarto, se preguntó qué tipo de cosas veía en esa pantalla de tamaño medio.

Al encenderla, solo se topó con la estática de un televisor sin señal.

—No hay nada... —la apagó nuevamente y comenzó a revisar los libros que su novio mantenía en su habitación. —Libros de criaturas extrañas, de magia, de biología humana y más libros de “¿Cómo ser un buen novio?”, sí, nada fuera de lo normal.

Y como si algo le dijera que volteara, se giró para ver a la cama de su pareja y en la mesita de noche que estaba al lado de la misma, había un libro delicadamente forrado para que no se le notara el título.

Por supuesto que eso llamó su atención, el ser humano es curioso por naturaleza y más si se trata de un científico.

Sin detenerse a pensar si estaba bien o mal, tomó el libro y levantó su cubierta para leer la portada.

—“Nikola Tesla” —se confundió y le dio poca importancia, quizás solo era un diario que Beelzebub escribía sobre él, pero decidió leer la página que tenía un separador de color café un poco desgastado.

Grave error.

No bastó que pasara de los primeros párrafos cuando ya sabía de qué se trataba, su estómago se revolvió y dejó caer el libro al suelo.

Estaba horrorizado.

¿Era por eso que Beelzebub había puesto distancia en la relación?

¿Por qué era asqueroso?

El secreto de Nikola TeslaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora