Capítulo 38: ¿Quién domina a quién?

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Cada paso que daba era imponente y digno, hasta su semblante demostraba que, cualquiera que se pusiera en su camino, sufriría las consecuencias de hacerlo. Después de que su nuevo amigo le dijera sobre el paradero de Qin, no dudó ni cinco segundos en ir por él.

Ya había planeado todo lo que haría con su pareja, de hecho, tenía en mente unas cuantas cosas, pero debido a su personalidad, le daba en cierto punto algo de vergüenza pedirlas y más al sinvergüenza de su novio.

Así que era la oportunidad perfecta, aunque sería un premio para el humano más que un castigo, pero quería intentarlo.

—Espero que Qin no haga un alboroto.

⚡🪰

Observaba todas las salsas y extras sobre la mesa del cuarto de su mejor amigo. —Tal vez si combino salsa picante con vinagre de manzana, mayonesa y leche pueda descubrir un nuevo sabor... Veamos... —y como si nada, Qin se puso a mezclar los ingredientes a diestra y siniestra.

Una vez terminado su "experimento" abrió otra bolsa de papitas condimentadas con limón, sonrió y de una vez, pasó la papita en su nueva salsa. —Le guardaré un poco a Nikola.

Sin temerle al éxito, se metió el alimento a la boca, masticando con lentitud, saboreando todo por completo, de repente se detuvo y abrió sus ojos mientras las lágrimas comenzaban a acumularse, aunque por tener su rostro cubierto no se le notaba.

—¡Es delicioso! —y antes de que pudiera seguir comiendo, la puerta fue abierta llamando la atención del ex emperador de China. —¡Oh, Niko! ¿Cómo te fue con...? ¡Hades!

—Sorpresa. —se burló el dios colocando una mano en su cadera.

—¿Qué haces aquí?

—¿Todavía lo preguntas? —Hades suspiró algo fastidiado. —Vamos a casa, tengo algo planeado para ti.

—Sé de antemano que es un castigo... ¿Cómo te enteraste de que estoy aquí? —Qin siguió comiendo tranquilamente.

—Hablé con Nikola. —con sosiego, se acercó hasta la mesa para comer algo de lo que su novio estaba consumiendo.

Al borde de las lágrimas, Qin cuestionó, ¿Acaso su mejor amigo lo había traicionado? Aunque en cierta medida se lo merecía. —¿Él me delató?

—Yo no diría que fue Nikola, Beelzebub me contó todo. —mencionó como si nada, no estaba preparado para lo que pasaría después de comer la aberrante salsa de Qin.

En cuanto dio bocado, Hades sintió como su vida pasaba frente a sus ojos, su vista se tornó borrosa y aguada debido a las lágrimas de asco, por Chronos, quería morirse ahí mismo. Unas cuantas arcadas se hicieron presentes antes de que pudiera tragar por completo la papita con esa extraña salsa. "¿En serio eso comen los humanos?" pensó.

Por otro lado, Qin seguía maldiciendo al señor de las moscas, ¿Cómo se atrevía a traicionarlo de esa manera después de todo lo que hizo por él?... Aunque ¿Qué había hecho exactamente?

Sacudió su cabeza mentalmente y se propuso enfrentar a una pelea al demonio, de pronto algo llamó su atención puesto que su novio tenía un rostro de repulsión total, parecía que se estaba aguantando las ganas de ir al baño y no precisamente a hacer del uno. —¿Qué sucede, Hades?

—Yo... —giró sus ojos hacia la salsa de color nada apetecible. —¿Quién hizo la salsa? Esta...

—¡Ya sé! —de inmediato, Qin interrumpió al rey del inframundo con una enorme sonrisa llena de emoción. —¡Está deliciosa y más porque yo la hice! ¿Te gusta?

"No puede ser" pensó Hades, el rostro emocionado y lleno de esperanza que tenía Qin en ese momento no debía ser roto por nadie, ni siquiera por él. —Sí, está deliciosa...

—Un rey debe de saber sobre cocina. —elevó el pecho con total orgullo.

—Vámonos, Qin. —ordenó.

—Por ese rostro, creo más o menos a qué te refieres... Y tienes razón, no soy lo suficientemente descarado como para ensuciar la cama de mi Niko. —expresó con su típica sonrisa comenzando a recoger y limpiar su tiradero. —¿O tal vez sí?

—Nikola y yo ya somos amigos. —habló Hades en un tono burlesco, como si estuviera tentando a su pareja. —De hecho, entablamos muy buena amistad... Si te comportas así, Nikola ahora será mi mejor amigo y no el tuyo.

Qin se quedó en shock, ¿Había escuchado bien? Y lo peor de todo, estaba hablando de su mejor amigo, el único que lo defendió de Hades cuando le dijo enano, el único que lo ayudó a conquistar a Hades... El único que lo entendía.

"Ay, ya me puse sentimental" pensó Qin.

—No lo harías. —con un tono amenazante, habló.

—¿Te enojaste? —Hades elevó su sonrisa de forma sarcástica, era de cierta manera divertido molestar a su "Pequeño" novio.

—Esta noche me aseguraré de que no puedas volver a caminar. —afirmó Qin.

—Quiero ver que lo intentes. —respondió Hades.

⚡🪰

Estuvieron abrazos por un largo periodo de tiempo envueltos en un cómodo silencio bajo la hermosa luna que los rodeaba, ambos disfrutaban del aroma del contrario lo que demostraba cuanto se habían extrañado. Cuanto se necesitaban.

—Sé que la noche de hoy es buena, pero el fresco ya está comenzando. —con total suavidad, Beelzebub acarició el cabello de su pareja puesto que Tesla era el que estaba recargado sobre él.

Además, tenía en mente que su novio era un humano por lo que le era fácil enfermarse a diferencia de él que era un dios, de cierta manera le parecía extraño que incluso después de la muerte un humano pudiera enfermarse.

Tampoco era como si los dioses no pudieran contraer alguna enfermedad solo que, para ellos y ellas era extremadamente raro. Muy raro.

—Tienes razón, Beelzebub, me gustaría dormir contigo hoy. —y aunque no tuvieran relaciones, Tesla solo quería estar junto a su pareja, conversar y dormir. —Además ya es tarde para regresar a mi casa.

—De acuerdo, estaré encantado de tenerte entre mis brazos esta noche. —con amor, finalizó Beelzebub.

El secreto de Nikola TeslaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora