Cuando la oscuridad había reinado sobre el inframundo, el señor de las moscas había emprendido su viaje al jardín principal del castillo de su amigo, meditaba sobre lo sucedido y sobre qué le diría su pareja y, aunque estuviera preparado para lo peor, la frustración sería evidente.
Una vez llegó al lugar indicado, se sentó sobre una de las bancas que Hades usaba para contemplar la belleza de las Cereus, a decir verdad, era un sitio bastante tranquilo y relajante.
Y, aun así, su rostro reflejaba seriedad, pero por dentro se moría de la ansiedad por saber la respuesta de su pareja. Anteriormente, perdía lo que más amaba por culpa de Satanás, pero ahora, había sido su error.
Dejó salir un enorme suspiro y sin más, se dispuso a esperar sosteniendo con fuerza lo que había comprado en la tarde para ver a su amado.
—Yo prefiero las "flor de luna". —comentó Beelzebub a la nada.
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Por su parte y varias horas antes, Tesla se había dado un baño antes de encontrarse con el señor de las moscas, y él, al igual que Beelzebub, estaba nervioso como si se tratase de la primera cita que tuvo con él.
Se perfumó y con ayuda de Edison y Qin, consiguió una botella de whiskey. Tal vez tomar un poco calme las cosas, además estaba seguro de que el demonio no iría con las manos vacías, sería descortés de su parte llegar sin nada.
—¿Te quedarás aquí, Qin? —al abrir la puerta de su cuarto se detuvo para girarse y encontrar a su mejor amigo recostado en la cama de lado y con su mano sosteniendo su cabeza cómodamente justo delante de él, una bolsa de frituras... Y de las grandes.
—Tengo el presentimiento de que, si voy, me meteré en problemas. —sonrió el ex emperador de China metiendo varias frituras a su boca.
Aquel acto de su amigo provocó que al hijo de la luz se le revolviera el estómago. —Cuando termines de comer, limpia todo ¿Entendiste?
—No soy ningún cochino, Niko. —respondió de la misma manera, comiendo sin ningún problema.
—Bien, entonces nos vemos después. —salió de su cuarto cerrando la puerta tras de sí comenzando a caminar hacia su destino, se repetía una y otra y otra vez, si de verdad era lo correcto, pero todo apuntaba a que sí, además y contra todo pronóstico, si quería estar al lado de Beelzebub.
Al salir del recinto de los luchadores del Ragnarok, se encontró con su Valkiria quien gustosa, había aceptado llevar al humano al castillo de Hades.
—Ha pasado tiempo, señorita Göndull. —como todo un caballero digno de la humanidad, Tesla saludó a su amiga. —Un placer verla de nuevo.
—Lo mismo digo, señor Tesla, el placer mío. —sonrió tomando las manos del hombre. —¿Nos vamos?
Y de esa forma, ambos emprendieron su camino al inframundo.
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—¿Me llamó, mi señor? —uno de los tantos sirvientes del Rey de inframundo había sido llamado por el nombrado. —Dígame, ¿En qué puedo serle útil? —se arrodilló delante de su rey.
—Infórmame cuando Nikola Tesla llegue a mi castillo. —con seriedad, ordenó Hades sentado en su trono con las piernas cruzadas de forma elegante.
—¿Se refiere al mago de la humanidad?
—Así es, me gustaría conversar con él antes de que hable con Beelzebub. —entrelazó sus dedos con una sonrisa.
—Como usted ordene, mi señor. —hizo una reverencia y se levantó. —Me retiro. —con una voz plana, finalizó para salir de la sala del trono.
Una vez que Hades se vio solo con la compañía de su cacatúa, se quejó por cómo era mirado por su ave. —No me veas así, es verdad que necesito hablar con Nikola. —agudizó su mirada con severidad mientras observaba la puerta principal. —Recuerda que me pidió vigilarlo por si Satanás hacía un movimiento, y así fue.
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Una vez que la luna del inframundo había alcanzado a su punto más brillante, el hijo de la luz por fin había llegado al castillo del novio de su mejor amigo.
Una vez en la entrada principal, los dos comenzaron a hablar:
—¿Seguro que no quiere que lo acompañe, Señor Tesla? —con preocupación, la mujer cuestionó.
—Estaré bien, recuerda que estamos en uno de los sitios más seguros del inframundo. —para calmar a su amiga, Nikola sonrió a tal punto que parecía que el sitio se estaba iluminando.
Los dos se despidieron y cada uno de ellos tomó su camino.
Para llegar al jardín principal, Tesla tenía que atravesar la mitad del castillo puesto que, el sitio del destino estaba al otro lado de la fortaleza y sin más, se adentró con el permiso de los guardias.
Caminando por los largos pasillos iluminados por luces blancas, Tesla comenzó a hablar consigo mismo. —Espero no sudar, lo bueno es que me puse desodorante. —cruzó los brazos asintiendo para sí mismo. —Eres un genio, Nikola, siempre pensando en todo. —se decía para alimentar su orgullo de científico.
Y justo antes de llegar a un cruce de largos pasillos, Hades salió de la esquina de uno de ellos sorprendiendo al científico que detuvo su andar en ese instante.
—Tomemos algo antes de que te encuentres con Beelzebub. —Hades le sonrió amablemente.
Y por puro instinto y reflejos propios, Nikola observó su reloj para asegurarse de que tenía tiempo puesto que el Dios que estaba delate de él no se lo estaba pidiendo de favor, mejor dicho, se lo estaba ordenando; siendo sinceros, no quería problemas así que decidió conversar con Hades.
—Me parece perfecto, tal vez así tome un poco más de valor para hablar con Beelzebub. —sin mostrar ninguna emoción negativa, Tesla formó una leve sonrisa.
—Perfecto, sígueme. —concluyó Hades comenzando a caminar.
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El secreto de Nikola Tesla
FanfictionBeelzebub y Tesla mantenían una relación estable sin embargo, el Señor de las moscas suponía que su pareja, Nikola, le ocultaba algo muy importante. Aquella suposición era cierta. 🪰 Beelzebub Top ⚡ Tesla Bottom Los personajes no me pertenecen