Capítulo 15: Suave

1.7K 193 23
                                    

Después de todo el alboroto, Beelzebub se dirigió hacia la habitación de su amado no sin antes, llevar la cena. Estaba seguro de que su novio tendría hambre así que optó por algo sencillo.

Al llegar y entrar a la habitación de su humano, lo vio sentado cerca de la ventana, se veía tan hermoso siendo levemente iluminado por la luz de la luna.

Nuevamente, su corazón se estrujó, ¿Cómo había sido posible que le causara tanto daño a su pareja? Sabía que no merecía el perdón de su castaño y aunque se lo haya dicho, todavía no podía sacarse de la cabeza el daño que le causó.

El rostro tan aterrado que le provocó.

—Nikola. —llamó Beelzebub.

—¿Hm? —de inmediato, dejó de observar por la ventana para ver a su pareja. —Te tardaste en regresar.

Beelzebub asintió, se había retirado incluso cuando todavía le faltaban varias horas al sol para ocultarse. —Tenía que atender unas cosas.

—No es necesario que me acompañes esta noche, estoy bien. —sonrió Nikola, lo que desconocía es que el demonio sabía todo y comprendía que no se encontraba bien.

Poco a poco los recuerdos iban saliendo y Tesla tenía miedo de decirle la verdad a Beelzebub.

—Yo no tengo problema de quedarme aquí contigo. —dejó la bandeja con la cena en la mesa de la habitación. —Podría quedarme contigo todos los días sin quejas.

Aquellas palabras provocaron que Tesla se avergonzara. —Gracias... —susurró. —¿Trajiste la cena? —observó la bandeja.

—Para los dos. —se acercó a Nikola sentándose junto a él y pasando su brazo por la espalda del contrario para abrazarlo; se alegró al no sentir un rechazo de parte de su amado.

Era obvio, a Nikola le gustaba el contacto cariñoso y suave con su pareja, desde abrazos, besos en la frente como si de un niño pequeño se tratara hasta leves besos en los labios.

—Beelzebub, cuando esté listo te contaré algo muy importante. —sentenció el hijo de la luz.

Y aunque el señor de las moscas supiera a qué se refería su humano, lo dejó ser. No lo presionaría y dejaría a Tesla superar su trauma a su ritmo.

—Te esperaré lo que haga falta. —besó la cabeza de su novio.

Después de eso, se dedicaron a comer lo que Beelzebub había traído para cenar. Por supuesto que el demonio se había asegurado de traer leche achocolatada debido a que era una de las bebidas favoritas de Nikola y es que decía que el chocolate ayudaba a la concentración.

Y al finalizar la cena y conversar entre ellos sobre las investigaciones de Tesla o de Beelzebub, ambos decidieron acostarse a dormir.

Se acostó sobre su cama pero al notar que su novio se acomodaba en el sofá de su cuarto, Nikola preguntó. —¿No vas a dormir en la cama?

—No quiero incomodarte. —afirmó el demonio.

—La cama es muy grande para los dos. —le sonrió. —Además prometiste que no harías nada malo y confío en ti, Beelzebub.

Por su parte, el señor de las moscas se ruborizó un poco. —De acuerdo, dormiré contigo.

Y así, ambos se acurrucaron en la cama del croata. El primero en quedarse dormido fue Tesla y éste era observado por su novio, le parecía tierno y gracioso como Nikola buscaba el calor ajeno acercándose más a su cuerpo.

Abrazó suavemente a su humano y cerró los ojos. —Yo me encargaré de todo.

⚡🪰

A la mañana siguiente, Nikola se percató de que Beelzebub se había levantado primero e ido de la habitación. Tal vez tenía cosas qué hacer.

Al girar su cabeza, se topó con una nota de su novio diciéndole que tenía una reunión temprano y que no quiso despertarlo.

—Bien, debo ir a buscar a Göndull para que me ayude a encontrar a una persona. —Finalizó Nikola levantándose de su cama.

El secreto de Nikola TeslaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora