Capítulo 33: La profundidad de una amistad

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Nikola caminaba detrás del Rey del inframundo observando cada detalle suyo, los largos corredores iluminados y llenos de pinturas hermosas y de retratos de sus hermanos, por supuesto que no podía faltar una enorme y colorida foto de Qin.

—Se nota que Qin es fotogénico. —susurró para sí mismo con una sonrisa chueca, le parecía gracioso en cierto modo que Qin aceptara que una foto suya de ese tamaño estuviera en el castillo a la vista de todos, pero tratándose de Qin, era obvio que no le importaría; le gustaba mucho ser el centro de atención.

Al escuchar el susurro de su acompañante, Hades solo giró los ojos a un lado para verlo mientras seguía caminado muy distinguidamente. —¿Sucede algo, Nikola?

—No, no ocurre nada, es solo que me sorprende lo limpio y reluciente que es este lugar, me gustaría venir a trabajar a aquí de vez en cuando. —esperando relajar el ambiente, Tesla habló, sabía que el tema que Hades quería tratar con él era sobre Beelzebub.

—Al menos tú si me entiendes, un lugar sucio no es digno. —le comentó alegre.

—¿Verdad que sí? —Nikola continuó como si nada, incluso movía sus manos al hablar. —Yo no sé cómo hay personas que pueden trabajar en un área sucia.

—O no limpiarse los zapatos al entrar a la habitación principal. —añadió el rey del inframundo.

—Creo que usted y yo podemos ser grandes amigos. —con más confianza, el científico se posicionó al lado del Dios. —Usted es inteligente.

Por su parte, Hades suspiró con una sonrisa. —Me parece que sí podemos formar una gran amistad.

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Dentro de la habitación del hijo de la luz, Qin Shin Huang seguía comiendo frituras sin detenerse, sin embargo, detuvo su mano justo cuando iba a devorar una papita con extra de salsa picante.

—Tengo la sensación de que alguien quiere robarme mi lugar como mejor amigo de Niko...

Un escalofrió recorrió su espalda de tan solo pensar en ser desechado, pero era imposible, su Niko jamás podría cambiarlo ¿Verdad?

⚡🪰

Hades abrió una puerta y se adentró a la habitación que había ahí o, mejor dicho, era una sala bastante amplia y de buen gusto en decoración.

—Toma asiento, Nikola. —por su parte, él se sentó en la silla doble frontal dando a entender que ese era su "lugar". —¿Quieres beber algo?

—Un vaso de leche me caería perfecto. —como si nada, Tesla había tomado asiento en la silla de enfrente a Hades.

—¿Leche? —se sorprendió el Dios, esperaba todo menos eso.

—Me es necesario relajarme, quiero llegar con Beelzebub en mis cinco sentidos, además si voy a beber alcohol, será con él, al menos esta noche. —respondió Tesla ante la duda expresada de su acompañante, la leche era de sus bebidas favoritas y a diferencia del alcohol, la leche si podía tomarla a cualquier hora del día y en donde sea.

—Gustos son gustos, para mí un "Old Fashioned" y dos "Pavlov".

Y de esa forma, el sirviente salió en busca de lo que su Rey le había ordenado, procuraría no tardarse de lo contrario, sería castigado.

Una vez solos, la sala quedó en silencio.

—¿Cuál es tu necesidad de conversar conmigo en privado? —Nikola cuestionó sin nervios, después de todo ya sabía a donde iba el tema.

—Verás, Nikola, seamos breves en esto. —llevó una de sus manos a su sien y con gran seriedad, pero con un toque amable, decidió continuar, después de todo Beelzebub estaba esperando al humano.

—Estoy de acuerdo con usted. —afirmó lo que mencionó Hades.

—Satanás fue a verte, ¿Me equivoco? —y, al notar el leve sobresalto del humano comprendió que no erraba. —La razón por la que no intervine, fue porque no noté que estuvieras en peligro.

—¿Qué tanto escuchó? —Nikola preguntó decidido, en este punto no sabía si Hades sería su enemigo o su aliado, tenía que tener precaución.

Hades dejó salir una corta sonrisa mientras colocaba su brazo a lo largo del respaldo de su asiento. —Todo.

—Si estuvo ahí, ¿Por qué no hizo nada? —molesto, Tesla indagó, pudo ahorrarse ese mal rato con Satanás si Hades intervenía.

—Lo diré de nuevo. —con un aire de superioridad, Hades hizo un gesto de desdén con sus manos demostrando que no había problema y con cuidado de no ofender al amado de su hermano adoptado, por supuesto que Nikola se había dado cuenta de eso al instante. —No percibí que Satanás te fuera a lastimar, además, lo que él te dijo acerca de Beelzebub fue bueno, ¿Cierto?

—Sí. —asintió un poco decaído. —Yo no sabía nada de eso.

—Solo hay algo que no logré escuchar con atención. —sus ojos se agudizaron a tal punto de que era imposible mantenerle la mirada. —Cuando Satanás se te acercó para susurrarte al oído, ¿Qué te pidió?

El secreto de Nikola TeslaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora