Capitulo 24: Confusión

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La tan esperada noche por fin había llegado, después de haber llegado tan lejos no podía echarse atrás. Acabaría con el alma de ese hombre y desquitaría todas sus frustraciones.

Aunque pensándolo bien, ya no tenía ganas de hacerlo, solo quería esperar tranquilamente la respuesta de Nikola sin que nadie irrumpiera sus pensamientos, pero si no lo hacía, satanás podría tomar el control.

Se encontraba en uno de los hermosos jardines reales, sentado mientras degustaba una pera haciendo tiempo para la hora, se seguía preguntando si realmente era lo correcto.

Cerró los ojos por unos instantes tratando de relajarse y cuando los abrió...

Estaba en su habitación, sentado sobre su cama con manchas de sangre repartidas en toda su vestimenta negra, de sus dedos solo goteaba sangre y sabía que no era suya porque no sentía ninguna herida.

No recordaba nada.

Reaccionó cuando la luz del sol golpeó su rostro suavemente, la confusión se apoderó de él, ¿Qué sucedió?, ¿Al final de cuentas fue Satanás quien se encargó de todo?

—Satanás. —llamó a su maldición, pero no obtuvo respuesta. —Satanás. —nuevamente, lo llamó, pero no había respuesta alguna. —¿Te escondes ahora?

Intentó burlarse de él, sin embargo, no le funcionó, parecía que su maldición se había echado a dormir normalmente ya hubiera salido a molestarlo, pero esta vez no había nada.

—Si Hades no está aquí y desperté en mi cuarto, supongo que Nikola está bien físicamente... —se llevó una mano a su rostro. —Ya pasaron cuatro días y no me ha dicho nada. —dijo con desespero, se levantó y se dispuso a asearse.

⚡🪰

—¡Bien! —gritó Qin atrayendo la atención de todos. —¡Hoy es el día de nuestro amado plan!

—¿Y cómo llevaremos a Beelzebub hasta la plaza más cercana? —Cuestionó Sasaki llevándose una mano a su mentón. —Recordemos que rara vez sale de su habitación; es un hombrecillo muy triste.

—De eso yo me encargo, Sir. —Jack habló con cierto orgullo criminal. —Escribí una carta con la letra del Sir Tesla y se la entregué a uno de los sirvientes de Hades para su futura recepción.

—Sigo creyendo que esto es una mala idea. —se quejó Hércules.

—Te equivocas, Hércules. —habló Poseidón. —No existen malas ideas, solo gente estúpida.

—Creo que tienes razón.

—Solo míralos, jugando con fuego. —se cruzó de brazos.

—Aun así, amo a la humanidad.

—La tonta e ingenua humanidad. —respondió el tirano de los mares.

—Es hermosa... —justo en ese momento, se detuvo y sonrió avergonzadamente cuando observó a Qin y a Sasaki imitando una pelea falsa utilizando un par de rollos de cartón largos mientras que Jack la hacía de réferi. —A su manera, por supuesto.

—Sigo sin creer cómo es que fuimos derrotados por ellos. —con un tic en el ojo, Poseidón se quejó.

—Pero no han tomado en cuenta una cosa importante, ¿Qué van a hacer cuándo se entere Beelzebub de que todo fue una "broma"? —Hércules le cuestionó a Poseidón.

—Quiero ver eso. —sonrió con malicia.

⚡🪰

Por otra parte, y en laboratorio del hijo de la luz, Nikola hacía cálculos en su libreta sentado en su sofá y siendo sinceros, no se podía concentrar a cada rato se equivocaba y tenía que borrar una y otra, y otra vez.

Beelzebub no podía salir de su cabeza.

Se replanteaba si era lo correcto o no, después de todo, Beelzebub solo quería ayudarlo, pero le dolía que haya investigado su vida privada sin su permiso; esa horrible parte de su pasado no quería que la nadie la supiera, en especial Beelzebub.

—¿Qué debería hacer? —se preguntó y justo en ese momento, Edison entró a su laboratorio.

—¡Ey, Tesla!

—¿Edison?

—Tienes mala cara, ¿No has hablado con Beelzebub sobre lo que sucedió? —se recargó en el escritorio que estaba cerca del sofá del croata, frente a frente.

—Eso es lo que estoy pensando y te agradezco que me hayas escuchado después de eso. —dejó la libreta de lado. —Jamás me había sentido tan confundido.

—Es porque estás pensando con la cabeza sin juntar al corazón. —si bien, le disgustaba ver a su amigo triste, pero eso no quería decir que se mediría en sus palabras. —Hizo mal, pero entiendes perfectamente sus motivos.

—Eso lo sé, es solo qué... —suspiró cansado. —Tengo miedo de que en algún momento le cause repugnancia.

—No es tu culpa, ¿Jung no te lo dijo? —Edison se cruzó de brazos.

—Claro que me lo dijo, pero también hizo mención de que ese incidente no lo iba a olvidar sino a superar y que podría tener una recaída en cualquier momento, así como todo lo contrario. —afirmó Nikola recargándose en el respaldo del sofá donde estaba sentado.

—No entiendo mucho de psicología, pero si Jung que es un experto en eso te lo dijo, es porque tiene razón.

—No estoy dudando de él. —Nikola observó seriamente a su amigo.

Asimismo, el estadounidense arqueó una ceja. —¿Y bien?, ¿Cuál es tu respuesta?

—¿De qué lado estás, Édison? —se molestó.

—Estoy de tu lado, pero no me gusta verte así, no estás siendo el mismo hombre curioso y amable que conocí, es como si fueras solo otra persona con ganas de matarse. —como si no fuera nada, se acercó al croata y lo tomó por los hombros para zangolotearlo levemente. —¡Quiero al Nikola Tesla que no duda de lo que quiere!

—Edison, no creo que...

—¡Al mismo que no se rinde y solo piensa en avanzar sin importar los obstáculos que haya! —le gritó, odiaba verlo así, le recordaba los jóvenes años de su amigo y de como se había aprovechado de su vulnerabilidad; tenía un enorme remordimiento por eso.

—¡Ya, para! —con fuerza, Nikola empujó al gringo, un poco más y le arrancaría la cabeza. —Te agradezco que me apoyes, pero no soy licuadora para que me trates así.

—Lo hice para que reaccionaras.

—Lo sé, pero ya tengo una respuesta. —finalizó Nikola. 

El secreto de Nikola TeslaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora