Capítulo 20: Planes

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En el momento en que se quedó solo en su laboratorio, se acercó hacia su escritorio con la intención de descubrir que regalo le había dejado su acompañante.

Por alguna razón, sentía un cosquilleo en el estómago, como si algo le dijera que no abriera aquel sobre perfectamente sellado.

Pero él no era un hombre de prejuicios y de instintos, no, él siempre se guiaba por la razón y la lógica.

En cuanto llegó a su escritorio y abrió el sobre, se sorprendió, ¿Cómo había encontrado el anillo que le dio a Beelzebub? Recordaba muy bien que su novio le comentó que lo había perdido por culpa de uno de sus experimentos.

Millones de especulaciones pasaron por su cabeza, ¿Y si lo que le dijo Edison era cierto?

No solo eso, después del incidente de hace bastantes días y de que Beelzebub le dijera que siempre estaría con él, ahora él... Pareciera que todo había sido mentira.

¿Por esa razón Beelzebub marcó su distancia en la relación?

—Olvidé preguntarle su nombre... —apretó el anillo en su mano, su semblante ahora era uno serio y casi llegando a la tristeza sin embargo, no quería sacar falsas conclusiones.

Quería respuestas y las obtendría.

⚡🪰

—¿Entonces cuándo llevaremos a cabo su plan? —ya tenían todo listo, solo faltaba establecer una fecha.

—Buena pregunta, Jacksito. —Qin parecía feliz, le encantaba ayudar a sus “súbditos”. —Okita fue a espiar a Beelzebub y cuando regrese, nos dirá si hoy podemos realizar nuestro plan.

—¿Nuestro? —Sasaki no estaba seguro pero le gustaba la idea. —Okita es un poco loco así que espero que no cometa una locura.

No pasó mucho tiempo cuando el más bajo de todos hizo aparición. —¡Chicos!

—Es como si tuvieras los tiempos calculados, Qin. —Hércules se sorprendió, no habían pasado ni 5 minutos desde que hicieron mención de Okita cuando éste llegó.

—Un rey siempre conoce los tiempos de sus subordinados. —dijo orgulloso.

—Ya vas a empezar a decir tus disparates. —se quejó Poseidón.

Ignorando la pequeña discusión de sus compañeros, Jack optó por hablar, seguirle el juego a Qin no lo llevaría ni le dejaría nada bueno. —¿Cómo le fue, sir Okita?

—No creo que sea bueno ejecutar el plan el día de hoy. —se cruzó de brazos mientras asentía con los ojos cerrados. —Además creo que está loco....

—¿Sucedió algo? —Hércules ladeó levemente la cabeza, sabía que a Beelzebub le faltaba un tornillo pero no creyó que le faltaría toda una caja.

—¿Qué si sucedió algo? —frunció el ceño. —¡Ese idiota estaba hablando solo! Mejor dicho, ¡Discutía solo!

—Que novedad. —con sarcasmo, se expresó el tirano de los mares.

—¿Iba ganando o perdiendo? —el chino más o menos entendía la situación y eso significaba peligro.

—Perdiendo. —afirmó con total seguridad.

—Beelzebub es el único que puede discutir consigo mismo y perder. —Se burló Sasaki.

—No está discutiendo solo, él tiene sus propios problemas. —Jack decidió apoyar al novio de su amigo intelectual.

—Llevaremos nuestro plan en cuatro días, cuando el esquizofrénico se calme. —Qin presentía que era lo adecuado.

⚡🪰

—¿Es correcto que haya obtenido información privada de Nikola sin su permiso? —Sentado en uno de los asientos principales del castillo del inframundo, Beelzebub había recurrido a su mejor amigo... Otra vez.

—Lo veas por dónde lo veas, es horrible que hayas hecho eso. —Hades yacía sentado en su trono, escuchando las “Beel-aventuras” porque si, ya le había puesto un nombre a todo lo que su hermano adoptado le contaba.

—Yo solo quería saber más sobre él...

—Bueno, te hubieras ahorrado todo este problema si tuvieras suficiente autocontrol. —suspiró. —Escucha, señor de las moscas, ve, compra un regalo bonito para tu novio, dile la verdad y disculpate antes de que se entere por otra parte de tus acciones.

—No creo que sea buena idea que le cuente todo, tal vez pueda omitir algunos detalles. —observó el piso por unos segundos. —O mejor no decirle nada... No tiene por qué enterarse.

—A todo esto, ¿Encontraste lo que buscabas con la muerte? —Hades quería asegurarse de que su amigo no hubiera hecho nada malo o que próximamente estuviera por hacer.

—Sí... Y tengo una petición que hacerte.

—Dime. —en cuanto notó que Beelzebub cambió a un tono de voz más severo, supuso que su petición sería muy importante.

—En tres días necesito que vigiles a Nikola hasta que yo te diga que es suficiente. —sus ojos mostraban determinación, ya había escogido el día para ponerle fin a la vida del hombre que lastimó profundamente a Tesla.

No obstante, tenía miedo de perder el control ya que eso provocaría que Satanás hiciera de las suyas, ¿Lo peor? Su novio estaba en los planes de su mayor desgracia.

—De acuerdo. —el rey del inframundo optó por no preguntar, comprendía porqué Beelzebub le hizo tan semejante petición y todo apuntaba a su maldición. —Después me explicas los detalles.

El secreto de Nikola TeslaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora