Capítulo 56: Responsabilidad

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"¿Estás seguro de lo que me estás diciendo?"

"Jamás he estado tan seguro..."

"Comprendo cómo te sientes y te apoyo, sabes que puedes contar conmigo, ¿Cierto?"

"Supuse que tendrían historia ustedes dos, así que decidí hacértelo saber por si se requiere."

"Siempre estaré del lado de mis hijos."

"Te lo agradezco... ¿Puedo pedirte una cosa más?"

"Dime."

"¿Puedes vestirte?"

"No, me siento cómodo así."

"Al menos lo intenté."

🪰⚡

—¿Qué te trae por aquí, primer hombre? —para ese momento, el aura de Satanás era inimaginable, se sentía tan pesada que podría jurarse que era visible y oscuro, meramente maligna.

—Tuve una sensación extraña, veo que no me equivoqué. —con un semblante relajado, Adam se acercó varios pasos hacia donde estaba el contario dejando un espacio entre ellos que demostraba que lo estaba retando. —No planeo quedarme mucho tiempo...

—¿Por qué no? —amplió su sonrisa burlona elevando un poco el mentón, no se dejaría intimidar por nadie. —¿Tu mujer te golpea?

—Los ancianos deben dejar esas viejas costumbres, pero que más da... El amor es algo que tú no entiendes. —respondió el hombre ignorando la pose de su enemigo.

—No es la primera vez que escucho eso. —seco, Satanás dio respuesta esperando ya saber el motivo del primer hombre.

—Iré directo al grano, si la relación de Nikola y Beelzebub llega a su fin, entonces yo mismo me encargaré de borrar esa marca que le pusiste.

De inmediato, una carcajada de parte de la maldición se hizo presente, estaba echándole en cara lo patético que se veía diciendo aquellas palabras tan cómicas.

—Te crees la gran cosa, ¿Por qué no se la quitas ahora? —agudizó sus ojos aún manteniendo su sonrisa de superioridad.

—Porque si te mato ahora mismo, entonces no le daré la oportunidad de ser feliz a uno de mis hijos... —sin dar un paso atrás, Adam respondió recto y sin duda alguna.

—Quisiera ver que intentes matarme.

—Ya acabé una vez contigo, puedo hacerlo una segunda vez y esta vez exterminarte. —a pesar de su corta estatura en comparación con algunos dioses y luchadores, se acercó hacia su oponente utilizando los ojos divinos demostrándole que podría darle fin a todo si así lo deseara.

—"Exterminarte..." Me suena conocido. —haciendo burla de esto último, la maldición dio por terminada la conversación.

Y de esa forma, el oscuro pasillo quedó en completa soledad.

Adam había regresado con Eva y Satanás decidió finalizar sus juegos.

🪰⚡

Al llegar al laboratorio del octavo luchador y sin nada de delicadeza, Beelzebub abrió la puerta llamando a gritos a aquella persona que le había devuelto la esperanza y las ganas de vivir.

—¡Nikola!

Observó todo el laboratorio en una mirada rápida hasta que se encontró con su amado quien, con delicadeza se abrochaba los botones de su blanca camisa.

De inmediato y al escuchar su nombre, el hijo de la luz se sorprendió, sin embargo, casi al instante un sentimiento de tristeza lo invadió al ver lo desesperado que estaba su pareja.

—Beelzebub...

Y antes de que los dos dijeran otra palabra, Beelzebub ya tenía entre sus brazos a su humano, inspeccionando que él estuviera bien y, sobre todo, abrazándolo con fuerza.

—¿Estás bien, Nikola?, ¿Ese maldito no te hizo nada? —expresó Beelzebub con mucha preocupación. —No me perdonaría si Satanás te lastimara...

—Beel... —con una tierna sonrisa y sujetando las manos de su novio, Tesla le transmitió tranquilidad. Le dolía verlo así. —Estoy bien, solo me puso una extraña marca diciendo que yo era de ustedes dos, así que yo también puedo asumir que ustedes dos míos, ¿No?

Por su parte, el mago de la humanidad decidió contarle todo lo que había sucedido, era mejor no mantener secretos y por la expresión incrédula del señor de las moscas, entendía a la perfección que, en primera, Satanás era tan egocéntrico que no le había explicado lo que pasó, al contrario, lo asustó y, en segunda; que Beelzebub tampoco comprendía por qué razón Satanás le puso una marca a nombre de los dos.

Por ello, también procedió a mostrarle la marca que ahora se encontraba en su pecho, era considerablemente visible y de un color negro rojizo.

—Debió doler... —se sentía culpable, la marca que ahora estaba en el cuerpo de su amado estaba hecha con magia, incluso parecía que había sido hecha con dolor.

—Es curioso que ahora ya no duela, sin embargo, sí, dolió como si me estuvieran devorando vivo... —en ese momento, la mirada de Nikola pasó a una extraña, como si estuviera recordando el dolor que sintió incluyendo lo débil que era sin sus inventos.

Solo era un simple humano con gran intelecto.

Nada más.

Aún así, estaba satisfecho de a donde había llegado ya que, gracias a eso, ahora pudo experimentar por sí mismo lo que es el amor y eso era lo importante.

Amar y ser amado.

—Aun así, Nikola, yo... Tomaré responsabilidad de todo. —no le quedaba de otra, aceptaría lo que su pareja quisiera como castigo aun si eso significaba distanciarse por un tiempo, aunque esperaba por Hades que no pidiera eso.

—Si eso quieres... Entonces, tomemos un descanso del trabajo del día de hoy y veamos juntos la tormenta eléctrica. —sonrió y los ojos que mostró significaban que era más por la ciencia que por el mismo descanso.

—De acuerdo, solamente si prometes no intentar atrapar un rayo. —sabía bien que su pareja ya no quería que siguiera culpándose, tal vez era lo mejor olvidar a Satanás por ahora. 

El secreto de Nikola TeslaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora