Capítulo 14: Enemigo número uno

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Había sido un largo y pesado día pero en cuanto Nikola le había dicho a Beelzebub que iría a tomar un extenso y relajante baño, éste salió de la habitación para darle privacidad al castaño.

Le había prometido pasar la noche con él aunque el croata se negó varias veces, tenía la necesidad de estar junto a él.

Por supuesto que esta vez no haría nada que pudiera lastimar a su humano.

Lo primero que hizo fue dirigirse al laboratorio de su amado, tenía que desconfigurar la tablet que había utilizado para sus fines de violación de privacidad.

Aunque no dejaría de espiarlo, eso lo tenía claro, al menos por un “corto” periodo de tiempo.

Una vez que llegó y desvinculó la tablet de su magia, estaba dispuesto a ducharse en el baño del laboratorio pero antes de entrar, su enemigo número uno hizo aparición nuevamente.

Estaba recargado en la pared lateral de la habitación. —“Terminaremos nuestra relación si me dices que ya no me amas” —repitió con burla las palabras de Beelzebub mientras se acercaba lentamente a él.

—... —Beelzebub estaba más que dispuesto a ignorarlo, no tenía ganas de lidiar con él. No ahora.

—Siempre fuiste un cursi, me hiciste vomitar arcoíris. —detuvo su andar, en ningún momento dejaba su sonrisa burlona. —Lo fuiste con Lucifer, con esa bola de grasa y el otro parabrisas andante de los cuales no recuerdo sus nombres, siempre estas tratando de proteger a los demás. —se encogió de hombros.

Por su parte, Beelzebub comenzaba a fastidiarse, ¿Hasta cuándo iba a dejarlo en paz?, “Un momento, hay algo que no cuadra” pensó.

—Y ni hablar de Lilith. —sonrió con sorna entrecerrando los ojos. —“Lilith, yo siempre te protegeré” —repitió las palabras, lo único que quería era provocarlo.

Beelzebub frunció el ceño. —¿Y bien? —estaba cansado de las burlas de Satanás. —¿Por qué no te apoderas de mi cuerpo y haces lo que te venga en gana? —se cruzó de brazos y elevó un poco su mentón para ver por debajo al contrario. —¿O es que ya no puedes?

De inmediato, la sonrisa de Satanás se esfumó mágicamente. —Hay una razón. —cortó la conversación.

—Lo que digas. —comenzó a alejarse de Satanás, no tenía tiempo que perder.

—Si dejas que me encargue de esto, acabaría en menos de 5 minutos. —hizo mención de algo muy tentador.

Sin embargo, Beelzebub no estaba dispuesto a ceder ahora ni en un futuro próximo. Sabía de lo que era capaz Satanás y por ese motivo, le preocupaba.

¿Y si al final se le ocurría hacerle algo malo a Nikola?

Sería su culpa y ya tenía suficiente carga en su conciencia como para añadir más peso.

—Lo haré yo. —y sin más, Beelzebub dejó a Satanás solo mientras él procedía a asearse.

A su vez, Satanás dejó salir una sonrisa llena de burla y sarcástica, no podía esperar por el final. —Espero con ansias a que esto acabe.

⚡🪰

Una vez que Nikola salió del baño secándose el cabello con una toalla, se recostó en su cama. Su habitación estaba vacía y levemente iluminada por la luz del baño.

Su pijama era bastante cómoda y había sido un regalo de su pareja para que durmiera en su cama ya que, siempre terminaba acurrucándose en el primer sitio limpio que viera para cerrar los ojos un rato.

Beelzebub no estaba en su habitación así que, pensó en la posibilidad de que había salido por algo y luego regresaría, era raro cuando su pareja no cumplía con sus palabras así fueran las cosas más insignificantes.

Dejó salir un suspiro apagado y observando el techo de su cuarto con seriedad, exclamó. —Creo que necesito ayuda para superar esto.

El secreto de Nikola TeslaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora