Un Laberinto Sin Salida

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El raro castigo que Brahms me había puesto me daba una ventaja, tenía algo de tiempo  para buscar una salida aún que mi gran desventaja siempre sería el. Ya que Brahms conocía bien este lugar claro después de todo es su casa así que tan sólo con escuchar atentamente daría conmigo en menos de un minuto.

Avanzaba pero sin saber a dónde iba e incluso en algun momento sentía que solo estaba dando vueltas, ya que sólo andaba entre pasillos sin encontrar alguna escalera o una puerta que me sacara de este "laberinto".

Sabía que los 5 minutos ya habían pasado porque escuché gritar mi nombre, el eco estaba por todos lados así me sería más difícil continuar ya que no sabría de donde provenían

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Sabía que los 5 minutos ya habían pasado porque escuché gritar mi nombre, el eco estaba por todos lados así me sería más difícil continuar ya que no sabría de donde provenían.

—Necesito calmarme o no saldré de este maldito laberinto —me senté en el frío piso mientras formaba un plan.

Por ahora mi unico plan era salir pero sabia que necesitaba pensar bien que haria después, tenía que pensar rápido y actuar antes de que el me encontrara. Antes de seguir me quité los zapatos, Brahms siempre andaba descalzo lo que le daba más ventaja al no querer hacer ningún ruido, retomé mi camino por los oscuros pasillos que parecían no tener salida.

Continúe caminando pero estaba demasiado cansada de buscar, estaba  desesperada y mis nervios no ayudaban en lo absoluto. De nuevo caí al frio piso pero esta vez lloraba porqué sabía perfectamente que Brahms me encontraría y eso solo significaría que había perdido mi primer oportunidad para salir de este infierno.

—No puedo más —me recosté en mis propias piernas esperando que alguna luz me iluminará mi caminó.

Cerré los ojos y el cansancio me volvió a tomar por sorpresa. Después de un tiempo el fuerte sonido de la lluvia me despertó.

—Al menos ahora el cielo me acompaña a llorar.

Tomé las últimas fuerzas que tenía para ponerme de pie, el fuerte ruido del agua sería una ventaja más para aprovechar al límite, una vez lista comencé a caminar pero ahora lo hacia más calmada y en alerta. Unas escaleras apareción, no tenía idea si eran las mismas por las que Brahms me había llevado pero solo había una forma de averiguar, al subir las escaleras me encontré con un largo pasillo y me dispuse a continuar.

—Por dios —me alegre al ver que enfrente de mi estaba una pequeña puerta, al fin la salida estaba sercas.

Me apresuré por entrar y descubrir en que parte de la casa me encontraba. Abrí con mucho silencio la puerta, caminé entre las cosas con las llegué a chocar y por fin la última puerta para salir. Antes de salir tenía que asegurar que Brahms no estuviera en este lugar y para mi sorpresa la puerta llevaba a la habitación del pequeño Brahms; el cual estaba acostado en su cama.

—Por fin te vuelvo a ver.

Entre despacio y me alegre al saber que ya no estaba en aquel laberinto.

Beso De Buenas Noches Donde viven las historias. Descúbrelo ahora