Beso De Buenas Noches

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El dolor estaba aumentando y Brahms seguia sin aparecer. Sudaba demasiado para estar en una habitación bastante fría y humedad; eso solo significaba que tenía fiebre.

—Brahms.

Intentaba gritar fuerte pero estaba cansada aún cuando todo el día había estado amarrada a esta cama. Sentía mucho dolor en la herida del hombro, acompañado de un escalofrío que recorria todo mi cuerpo adolorido.

Brahms parecía ser el mismo de anoche, sin ese brillo especial en sus ojos. La máscara de Brahms no me provocaba miedo de hecho me hacía sentir demasiada curiosidad al saber como era realmente su rostro. Su cuerpo era grande pero en forma, era demasiado alto, su cabello era negro y algo ondulado. Claro sin olvidar sus hermosos ojos verdes, que le paso para que se convirtiera en esto.

Que le paso al verdadero Brahms para tener que usar una máscara.?

Deje de pensar en todo aquello al percatarme que ya había pasado mucho más tiempo, ya que ahora estaba más oscuro. Los pasillos emitían cierta luz de día pero ahora solo estaban en completa oscuridad.

Mi cabeza comenzaba a dar vueltas, de un momento a otro escuché unas risita que me parecían algo conocidas. Unos segundos después escuché unos pequeños pasos por detrás de la puerta y cómo si de un fuerte aire se tratara la puerta se abrió revelando a la persona detrás.

—Tiene que ser una maldita broma.

Mis ojos estaban totalmente abiertos y pestañear me fue imposible. Iris mi hermana estaba parada justo enfrente de mi, con ese hermoso vestido blanco que la hacia verse como la verdadera princesa de mi madre.

—Iris eres tu? De verdad eres tu?

Logré ver cómo ella se comenzó alejar de mi, entrando a ese maldito laberinto de pasillos y de falsas salidas.

—Iris no te vayas —tenía que lograr quitarme las viejas cuerdas que tenia en mis muñecas y tobillos—. Por favor espera.

Sin pensar dos veces comencé a sacarme las cuerdas, dolía demasiado ya que podía sentir cómo mi piel se lastimaba a cada movimiento fuerte que hacía. Cuando logre sacar ambas manos, tomé algo para cortar la de los tobillos, me levanté pero de inmediato caía al suelo.

—Mierda —mire abajo y era mi tobillo.

Cierto, Brahms había comentado que al caer por las escaleras había lastimado uno de mis tobillos y no sabia que tan malo era. Ahora sentía un gran ardor en todo mi débil cuerpo.

—Iris si eres real ven y ayúdame a salir de aquí —entre lágrimas grité de la desesperación.

Me sorprendió que en ningún momento escuché a Brahms así que tenía tiempo para poder buscar de nuevo una salida. Sujetando la cama me levanté con precaución, tenía que caminar lento ya que al pisar con mi tobillo derecho era casi imposible.

Salí de la habitación y comencé a caminar entre los oscuros pasillos. De vez en cuando lograba ver la silueta de Iris corriendo, intenté seguir su ritmo pero era difícil estando herida y con un tobillo lastimado.

Caminé durante mucho tiempo, en unos momento logré perder de vista a Iris pero sus risitas me estaban guiando a mi salida y después de mucho logré ver cómo salía por una puerta. Antes de tocar la manija caí al suelo golpeando mi hombro herido, instantáneamente me lleve ambas manos a la boca para tratar de ahogar mis gritos de dolor y desesperación. Ahora estaba sangrando de nuevo, había descosido las puntadas que el doctor Brahms había hecho en mí.

—No puedo morir aquí necesito ir hasta el pueblo —un recuerdo llego casi de inmediato a mi mente—. Oliver dijo que los viernes vendría atraer mi dinero, así que tiene que llegar en unos minutos más.