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—Porqué me miras así? —Brahms arqueo una de sus cejas mientras pasaba una de sus manos por mí rostro—. Sí no te conociera bien diría que estás malinterpretado la situación ó lo estás haciendo?

—Qué! —me aparté mientras esperaba no ponerme roja cual tómate—. No... no es eso.

—Segura? —él bajo una de sus manos a mí cuello mientras me pegada a la pared.

—Porqué crees que no estaría segura?

—Cuando estas una situación así sueles contestar una pregunta con otra —me beso y se apartó para dejarme entrar en la casa—. Ya te lo había dicho en otra ocasión, entra ya.

Entre a la casa, la cual se encontraba en total oscuridad por lo que al intentar buscar el apagado choque con el pecho de Brahms, es cómo si el destino quisiera que pasara algo más.

—Lo siento, es que todo esta tan oscuro.

—Sí querías tocarme pero lo hubieras pedido —encendió lo que parecía ser una vela y ahora un poco más iluminado podía observar un camino de flores.

—Qué es esto Brahms?

—No quieres averígualo por ti misma? —me tomó del mentón para darme un beso.

Tomé la vela de la mano de Brahms y empecé a caminar por las flores. La casa se veía más hogareña que la mansión, al principio me sorprendió que todo estuviera casi vacío pero después recordé que Brahms había comentado que tenía tiempo sin venir aquí.

El camino está por terminar cuándo Brahms apagó la vela dejándome en completa oscuridad.

Brahms!

Él me giró pegándome a su cuerpo. Su olor era demasiado agradable ya que era un aroma a maderado lo cual me estaba enloqueciendo y más con toda esta situación. De un momento a otro se despegó de mí por lo que intenté encontrarlo sin éxito me tape los ojos pues vence que talvez me estaba jugando una maldita broma.

Puedes quitar tus manos de tus ojos.

La voz de Brahms me tranquilizó y de poco en poco me quite las manos; al ver la escena sentí que mí corazón se iba a derretir. Lo que mis ojos veían era nada más y nada menos que una cena romántica; pues casi todo estaba adornado con rosas y velas.

Te gusta? —preguntó emocionado.

—No.

—No?

—Me encanta —corrí hasta el otro lado de la mesa para poder abrazarlo—. Gracias Brahms, todo está tan hermoso.

—No me agradezcas —me tomó de una mejilla mientras besaba mi frente—. Tu te mereces más que esto.

—Esto es suficiente para mí.

—Bueno en ese casó vamos a sentarnos para cenar —el fue el primero en tomar asiento en una almohada ya que no había sillas alrededor—. Una vez dijiste que te hubiera aver ganado para pedir un pícnic.

—Cómo olvidar ese día —me senté enfrenté de él—. Fue el día que me besaste.

Vaya que grande es tu mente para recordar —Brahms tomó un trago de lo que suponía que era algo de licor—. Te preparé esto por que quería sorprenderte pero también porqué quiero pedirte una disculpa.

—Brahms tú no.

—No digas que no lo haga, ambos sabemos que mi comportamiento de a noche no fue lo mejor y menos después de pasar un momento tan lindo.

Beso De Buenas Noches Donde viven las historias. Descúbrelo ahora