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Una vez que la mansión se veía un poco más iluminada tomé los cestos de la ropa y comencé a llamar a Brahms.

—Brahms la ropa ya esta lista —me quedé callada por unos segundos pero no hubo ningún ruido presente, me dio miedo que el se volviera a encerrarse así que corrí con su ropa hasta una de las puertas.

El pasillo me causaba mucho terror porque tenía demasiadas puertas, algunas eran entradas que conectaban con más cosas "cómo un laberinto" así que me aterraba el hecho de perderme y más cuando estaba en completa oscuridad.

Al fin logré llegar aquel cuarto dónde Brahms me había dicho que corriera.

La puerta estaba cerrada así que toque antes de entrar "modales", al no tener respuesta entré pero al igual que toda la mansión estaba en una completa oscuridad. A ciegas intenté encontrar algo iluminar el cuarto, en ningún momento sentí la presencia de Brahms lo cual era extraño ya que no tenía muchos lugares para ir.

—Brahms?

No había respuesta pero al final encontré una veladora y cómo llevaba el encendedor de la cocina no tenía problemas para encenderla. Ahora con algo de luz me di cuenta que no había rastro de él, me tomé la libertad de ordenar la ropa y dejarla encima de su pequeña cama.

—Cómo es que alguien tan grande puede dormir cómodo en esa cama diminuta —termine por recostar me unos segundos al final un ruido en la habitación llamó mi atención.

Intente buscar de donde provenía ese ruido pues parecían ser unas gotas de agua cayendo "el baño", claro seguro Brahms había dejado el grifo abierto y ahora el agua estaba tirándose.

Con la veladora en mi mano intenté encontrar la puerta del baño, si este era su habitación tenía que aver un baño por aquí. En la segunda planta podía observar una puerta, fuera de esta había una toalla colgando de la puerta. Era más que obvio que ahí estaba el baño, subí despacio las escaleras ya que al subir se sentía que está se rompería pues la madera estaba demasiada maltratada.

—Dios! —me sujete antes de caer atrás pues mis ojos no lo podían creer.

Una chica estaba tirada en el piso, su cabello era corto y de un tono café oscuro. No podía ver bien si está estaba viva o muerta pero intenté correr hasta ella.

—Hey! Hey! Estas bien? —antes de acercarme quería asegurar si podía escuchar me.

Intenté acercarme pero sin darme cuenta el sonido de la puerta abriéndose me alertó "Brahms", el estaba parado en toda esa oscuridad justo cómo el primer día que lo conocí.

—Quiero que bajes en este instante —su voz había retomado ese tono—. No sigas más.

—Quién es ella?

—Eso no es de tu incumbencia, bájate —su voz cada vez sonaba más fría—. Bá-ja-te ahora.

No podía dejar aquella chica tirada y fingir que no había pasado nada.

—No —corrí hasta aquella chica y la tomé del rostro—. Necesito que me hables.

Me lleve una mano a la boca del susto. Lo que estaba en el suelo no era más que una simple muñeca de tela con una maldita peluca por los nervios solté la vela y esta cayó encima de aquella terrorífica haciéndola arder en el instante.

 Lo que estaba en el suelo no era más que una simple muñeca de tela con una maldita peluca por los nervios solté la vela y esta cayó encima de aquella terrorífica haciéndola arder en el instante

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Beso De Buenas Noches Donde viven las historias. Descúbrelo ahora