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Hoy se cumplía siete días del entierro de la Señora Flora. Mis padres había intentado llevarme a casa pero me negué, después de que ella me dejara la biblioteca lo menos que podía hacer era abandonar este lugar, que fue mi hogar. Mis padres habían decidido quedarse aquí, a un que yo me negaba a salir del cuarto podía escuchar que ellos se le pasaban limpiando cada rincón de la biblioteca e incluso llegué a ver cómo hojeaban los libros. Cómo todas las noches saqué el álbum de fotos que teníamos juntas, algunas las había tomado sin que yo me diera cuenta. Las lágrimas caían y los recuerdos volvían abrir la herida que tenía en el pecho.

—Qué diría usted Señora Flora si me viera en esta situación.

Me llevé el álbum a mi pecho y lo abracé con toda mi fuerza; si pudiera regresar el tiempo aprovecharía al máximo todo mi tiempo con ella. Nunca debí pisar esa mansión que solo terminó de marcar mi vida, nunca debí de confiar en él y nunca debí de haberme quedado.

No! No puedo odiarlo cuando hubiera dado mi vida por él, el dolor me mata todos los días, no el dolor de saber que me traicionó con la persona que el odiaba; si no el dolor de saber que en el fondo lo amaba y extrañaba su presencia. Pero no podía dejar que esto me siguiera atormentando, mientras que el estaba feliz sin mi, yo estaba aquí haciéndome pedazos con casa día que pasaba y no podía estar más así.

Me levanté y mire mi reflejo; era tiempo de olvidar todo

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Me levanté y mire mi reflejo; era tiempo de olvidar todo. Desde hoy en adelante haría cómo que Brahms nunca existió, cómo si jamás hubiera entrando en la mansión Heelshire; todo recuerdo quedaría enterrado.

Al llegar la mañana me levanté más temprano,  me arreglé y tomé el álbum de fotos

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Al llegar la mañana me levanté más temprano,  me arreglé y tomé el álbum de fotos.

Escuché que mis padres estaban desayunando en el jardín, que era lo que más atraía a las personas, leer tu libro favorito, rodeado de aire fresco y un pequeño pero bello jardín de flores; parecía ser mágico.

—Buenos días!

Mi padre fue el primero en saludar, tenía puesto uno de sus trajes, desayunaba su típico desayuno de café y huevos. Mientras que mi madre tenía puesto un hermoso vestido de flores color púrpura, su cabello estaba suelto sosteniendo unos mechones con un broche. Mentiría si diría que no extrañaba ésto, desayunar en familia era algo que alegraba mis mañanas y talvez a partir de hoy eso me ayudaría.

Beso De Buenas Noches Donde viven las historias. Descúbrelo ahora